Abuela Maravillas, gastronomía castellana a la orilla del río Tajo
En el pilar de un antiguo puente del siglo XVI se asienta el restaurante Abuela Maravillas, en Zorita de los Canes. La tradición y los productos de la tierra y de temporada son las características de este establecimiento, restaurante embajador de la marca Raíz Culinaria Castilla-La Mancha, sello que representa la auténtica cocina que define a la región: una gastronomía honesta a la tradición y al origen, de extraordinaria riqueza y diversidad.
El Abuela Maravillas es un restaurante con carta tradicional basada en la cocina castellana de siempre en la que no faltan los callos a la madrileña, las manitas de cerdo deshuesadas, las albóndigas estofadas con champiñón o las carrilleras; poniendo atención a la temporada, como puede ser la perdiz de tiro estofada con castañas y boletus o la alcachofa confitada con parmentier de ibérico; y con pinceladas de otras cocinas como la francesa –terrina de foie con manzana caramelizada–, la italiana –berenjenas a la parmesana–, japonesa –tataki de bonito del norte–, vasca para los pescados –bilbaínas, orios, pilpiles, etc– y la brasa tradicional de carbón de encina para las carnes.
“Se usa el recetario tradicional regional y básicamente se guisa todos los días, a veces dando un giro de tuerca”, explica el gerente, jefe de sala y chef ejecutivo, Elías Baldominos, que pone como ejemplo el atascaburras gratinado con manchego, miel y pistachos de la Alcarria; pisto manchego con cecina de ciervo, huevos de codorniz y pan carasau, el lingote de oreja y morro con salsa kimuchi; y también aplican técnicas más modernas como la cocción al vacío a baja temperatura, como en el jarrete de cordero lechal a baja temperatura durante 22 horas, con ajo morado o los sifones para espumas como la piña colada.
En sus elaboraciones está siempre presente la cocina y los ingredientes locales y regionales, como la Miel de la Alcarria, presente en muchos de sus platos como el bizcocho borracho de miel, el lagarto de ibérico flambeado con miel, whisky y tomillo o la ensalada que queso de cabra con vinagreta de miel y nueces; y también la caza como la perdiz roja de Toledo, o el cordero lechal alcarreño, entre otros.
El Abuela Maravillas se está convirtiendo también en un foco de atracción de visitas para el pueblo, que se une a su encanto turístico. Abren de martes a domingo. Actualmente tienen 12 personas en plantilla y en verano llegan a 20. Baldominos asegura que están “muy agradecidos a Zorita y al pueblo por la acogida y por poder trabajar en un pueblo tan estupendo”.
Una década de trabajo
El nombre del restaurante está dedicado “a quien me enseñó lo bonito que puede ser cocinar para los demás: mi abuela, Maravillas Rodriguez Trujillo”, explica Elías Baldominos, que añade que era “gran cocinera, no profesional” con raíces en Málaga, que era “las manos y los ojos del equipo de cocina que formaba en casa con mi abuelo Manuel de Prada”. Este tenía origen donostiarra, fue comisario jubilado y también articulista gastronómico y de turismo en varios medios, incluida Nueva Alcarria en sus primeros pasos. Manuel de Prada se quedó sordo y prácticamente ciego en su madurez y se afanaba con uno de los placeres que le quedaba: el arte culinario. “Son muchos los recuerdos que guardo tanto de la cocina en casa como en los viajecitos que hacíamos con ellos por toda la geografía nacional, recorriendo los mejores restaurantes y zonas gastronómicas del país”.
Ese gusto familiar por la gastronomía llevó a querer desarrollar una carrera profesional relacionada con ella. Así uno de sus hermanos estudió cocina y Elías se decantó por la Dirección de Empresas de hostelería. Después de formarse y trabajar en varios hoteles y restaurantes del país tuvo la oportunidad de abrir el restaurante en Zorita, que ya cumple diez años de vida, un motivo más que suficiente para haber sido uno de los 25 restaurantes de la región en recibir el ‘Broche Gastronómico del Medio Rural‘ el pasado 2021.
El restaurante Abuela Maravillas se ubica en Zorita de los Canes, un municipio de origen árabe situado en una curva del Tajo, que le permite tener un parque fluvial incomparable. Pero este no es el único atractivo de este pueblo. Resalta también el castillo (aunque temporalmente no es visitable) y el parque arqueológico de Recopolis, el yacimiento de la única ciudad visigoda conocida en Europa (declarado Conjunto Histórico Artístico en 1946).