Adace pide más recursos sanitarios el Día del Daño Cerebral Adquirido

La lectura de un manifiesto en el salón de actos del Hospital Universitario de Guadalajara fue uno de los actos centrales del programa diseñado para la jornada, que además de reivindicativa, trato de informar y concienciar a la sociedad sobre el daño cerebral sobrevenido o adquirido, una enfermedad que cualquier persona es susceptible de sufrir, pues puede llegar tras un accidente de moto, de coche o como consecuencia de un ictus cerebral, por poner algunos ejemplos.
El manifiesto, elaborado por la Federación Española de daño Cerebral Adquirido (Fedace) y distribuido en la jornada de ayer por todo el país, este año ha pretendido hacer hincapié en la necesidad de establecer “una coordinación sanitaria específica” para estos enfermos, además de “más recursos sanitarios y más dotados”, como explicaba el presidente de Adace Guadalajara, Juan José de la Cámara. Bajo el lema Una vida salvada merece la pena ser vivida, el manifiesto trató de ser una llamada de atención a la comunidad sanitaria, al objeto de que se avance más en la convivencia de la enfermedad, toda vez que actualmente es más abundante porque el avance de la medicina en cuestión de cuidados intensivos ha permitido que muchas personas logren salvar la vida tras un accidente o un ictus, quedando afectados de por vida por una enfermedad que tiene vertiente física, psíquica, sensorial e incluso psicológica.
Tras la lectura del manifiesto, dos especialistas en la materia trataron de ahondar más en la enfermedad, de modo que la sociedad logre llegar a entender su trascendencia. Los doctores Antonio Yusta –del servicio de Neurología del Hospital Universitario– y Belén González –de Rehabilitación– realizaron una exposición del alcance de la enfermedad, ofreciendo interesantes conocimientos sobre la misma y distintas orientaciones, en una conferencia pronunciada bajo el título El daño cerebral sobrevenido: una problemática creciente (alcance y respuestas).

Testimonios vitales
Por último, la jornada concluyó con el testimonio de distintas personas que de una forma o de otra sufren o padecen diariamente esta enfermedad. Sus vivencias humanas sobre su día a día, sobre las dificultades que encuentran a la hora de realizar cualquier actividad cotidiana o sobre los apoyos y orientaciones recibidas desde los distintos colectivos y asociaciones permitieron averiguar “el calvario” que padecen estas personas y sus familiares diariamente.
La jornada se completó con la instalación de tres mesas informativas en la capital –en la plaza del Jardinillo y en el propio Hospital Universitario– y en Azuqueca de Henares –en la calle Quebradilla– a través de las cuales los voluntarios de Adace ofrecieron a los ciudadanos que así lo desearon toda la información a su disposición al respecto de recursos sanitarios disponibles para estos enfermos –como residencias específicas–, asociaciones y colectivos que pueden ayudarles a sobrellevar y convivir con una enfermedad algo “invisible” pero que afecta de manera directa a unas 10.000 personas de Castilla-La Mancha y a muchas más –familiares, amigos– de forma indirecta.