Adighibe, el mesías
El Depor sigue soñando con la salvación después de conseguir que el Amorebieta no sacara nada positivo de su visita al Pedro Escartín. La culpa no solo fue propia, puesto que fueron incapaces de dar ese último pase necesario para hacer gol; también de un chaval del filial por el que David Vidal apostó en la segunda parte. Una apuesta que a la postre se demostraría ganadora. Adihibe se marchó del campo con un gol, una asistencia dos volteretas y un mortal en su haber.
El Depor sigue soñando con la salvación después de conseguir que el Amorebieta no sacara nada positivo de su visita al Pedro Escartín. La culpa no solo fue propia, puesto que fueron incapaces de dar ese último pase necesario para hacer gol; también de un chaval del filial por el que David Vidal apostó en la segunda parte. Una apuesta que a la postre se demostraría ganadora. Adihibe se marchó del campo con un gol, una asistencia dos volteretas y un mortal en su haber.
“Hay que sufrir más”. Fue la frase que, durante el partido, David Vidal estuvo repitiendo entre las numerosas instrucciones que repartió a sus pupilos. Y es que, el de Amorebieta no fue el mejor de sus partidos como entrenador morado o, por lo menos, durante la primera parte. Aunque defensivamente su equipo no hizo errores de bulto, algo poco habitual, la baja en punta de Riki mermaba y mucho las ofensivas alcarreñas. Y eso que Vidal había optado por volver a incluir a Manzano en esa punta de lanza con Miguélez y Marqués, siendo Dani Iglesias el jugador más adelantado. Pero ni Miguélez, ni Marqués, ni Dani Iglesias, ni Manzano eran capaces de desarbolar la defensa vasca, muy bien plantada desde los primeros minutos hasta el descanso, demostrando por qué están donde están en la clasificación.
Así las cosas, tras los primeros 45 minutos apenas se pudieron contabilizar tres ocasiones. Dos por el bando local y una por el visitante: en el minuto 30 Rangel remató con la espalda un córner servido por Miguélez. En el 32, Granados, lesionado, empalaba el balón desde la frontal y el bote complicaba la parada de Sergio. Y en el 36, Moyano sacaba un remate de Seguín en el segundo palo cuando el esférico se dirigía a la portería guardada por Ferrán Ferri. Poco más ofreció una primera parte en la que al Amorebieta le faltó el último pase para desequilibrar el duelo y al Guadalajara más ideas para resquebrajar la zaga visitante.
Así las cosas, el segundo acto comenzó con un Depor muy enchufado y con Sergio apunto de meterse un gol en propia puerta. Los locales se jugaban más, la permanencia, y por fin, se notaba sobre el terreno de juego Por ese entonces, Vidal ya había movido ficha y apostaba por el delantero centro del filial en detrimento de Dani Iglesias para dar algo de mordiente arriba, profundidad y juego de espaldas. Sin embargo, tras cinco minutos, los rojos pararon la ofensiva morada. Una ofensiva que se saldó con dos saques de esquina y con la cantada de Sergio.
Y cuando el Amorebieta tenía controlado el arranque local, Rubén falló en un balón en profundidad hacia Adihibe. Y claro, el jugador del filial hizo lo que tenía que hacer. Control en velocidad y remate raso. Sergio estaba batido. Lo que vino después se puede clasificar como lo más espectacular que se ha visto en el Pedro Escartín en toda la temporada: dos volteretas y un mortal del goleador frente a la peña La Zorra.
El Depor había picado al Amorebieta. Un Amorebieta que hasta ese minuto 58 apenas había rondado la portería de Ferrán Ferri. Un Amorebieta que por ese entonces se sentía herido en su orgullo y que contestaría a la afrenta con un intento de gol olímpico de Seguín y un cabezazo al larguero de Ubis que hizo temblar no solo a la madera, también a toda la afición alcarreña. Tras esa sacudida vasca, el partido se rompió y las áreas cobraron protagonismo. No obstante, los de Carlos Docando seguían buscando ese último pase que no llegaba, mientras que sus rivales perdonaban la sentencia con Marqués. Ajustó la mirilla en el 29 con un disparo desde la frontal. Y en el 30, su sociedad con Miguélez acababa en la madera. Y es que, ayer no era el día del vallecano. No importaba. Adighibe se había ajustado las mallas de superhéroe. A su gol en el 58, habría que añadirle en el minuto 80 una asistencia tras jugada personal dentro del área. El pase de la muerte del nigeriano lo remachó a placer José Vega.
El Depor respiraba. El partido estaba visto para sentencia. Tres puntos más que permiten a los deportivistas seguir soñando con la permanencia en Segunda División B, mientras que ponen en peligro la opción de Copa del Rey para el Amorebieta.