Adiós septiembre

Estamos ya con el verano cumplido, septiembre se nos despide y llega octubre. La realidad palpitante ocupa nuestra atención. La Política siempre en primera línea  lo está aun más en estas circunstancias sanitarias que apremian la aprobación de presupuestos para atender las  necesidades de la ciudadanía y obligan a gestionar la pandemia con las distintas autonomías.Tenemos un Gobierno al que se le acumulan los problemas en este su comienzo de curso, más en un parlamento que no se lo pone nada fácil.

  Septiembre fue la vuelta a las aulas con muchas medidas especiales y el cierre ya de bastantes de ellas que nos tememos venga en cascada en octubre ante la imposibilidad de evitar los contagios.Deseamos que octubre sea oportunidad para enderezar lo que está torcido y despejar el camino hacia ese buen gobernar que necesitamos.  Hemos dicho en más de una ocasión que gobernar es difícil y hacerlo bien casi imposible, pero la Política es necesaria, más ahora, y por los momentos excepcionales que vivimos deberían esforzarse todos más en negociar esas cuentas para que realmente sirvan a los ciudadanos. Vemos con estupor como negocian los apoyos sin que exista documento alguno. Es cuestión política y no técnica el apoyo, priman los vetos sobre los números, el empecinamiento partidista sobre el pacto necesario en una situación única. Pero dos no se entienden si uno no quiere y ninguno está en esa idea, y a buenos entendedores…

Cuando ponemos la televisión o vemos otro cualquier medio de comunicación esperamos casi con ansiedad que las noticias sean las mejores posibles, pero parecen ir a peor. Estamos bastante expectantes  ante la situación que tenemos, especialmente en cuanto a la evolución de los contagios y la deseada cura de la enfermedad en la que octubre se presenta como un mes complicado pero trascendental. En este galimatías recordamos  aquello de si quieres ser feliz no analices, muchacho, no analices pero nos resulta imposible. Ciertamente que es compleja y complicada la política, pero necesaria para la convivencia. Por eso hemos de procurar todos facilitarla lo más posible y esperar que quienes la conducen saquen lo mejor de sí mismos y sepan estar a la altura del momento.