Alarilla recibe a la primera botarga de la provincia, el Zarragón

31/12/2010 - 00:00 M:Pérez

 El nombre de Alarilla salta a los medios en Navidad por dos hechos que hacen especial a este pueblo, por el que más es conocido es por contar con la única cabalgata de Reyes aérea y nocturna a nivel mundial y, la otra es por recibir a la primera botarga de la provincia, el Zarragón de Alarilla después de la campanadas de fin de año. Un mozo de la localidad se viste con el traje tradicional del Zarragón, caracterizado por su variedad de colores, una máscara y una serie de cencerros atados con una correa a la cintura, que hará sonar mientras recorre las calles de nuestro municipio, asustando a chicos, jóvenes y mayores, anunciando de esta forma que el año nuevo ha llegado.
Una vez terminadas las celebraciones del nuevo año, por la mañana alrededor de las 11.00 horas el Zarragón sube a la iglesia, donde atraviesa su porra, impidiendo el paso a las mujeres, hasta que éstas le dan una pequeña propina, según manda la tradición; al término de la misa nos reparte unas bolsas de anisillos y frutos secos, y continua danzando con el resto de la gente.
Un canto a la tradición costumbrista de estas tierras que tres días después quedará eclipsado por la llegada de los Reyes Magos. En Alarilla, como todos sabemos, no hay ostentosas carrozas, ni comitivas interminables para recibir a Melchor, Gaspar y Baltasar. Ellos han decidido llegar por aire desde hace décadas y este miércoles- alrededor de las 19.00 horas- volverá a cumplirse. La Asociación Cultural y la Asociación Juvenil, en colaboración con el Excmo. Ayuntamiento, la Escuela de Parapente La Tienda de La Muela, la Federación de Deportes Aéreos de Castilla La Mancha e Ibercaja se encargan de prepararlo todo para que Sus Majestades se encuentren como en casa.
Los Reyes bajarán desde La Muela en ala delta mientras que sus pajes lo harán en parapentes en medio de un gran despliegue de luz y color. Durante el descenso, es vital la colaboración de todos los vecinos del municipio, que de forma voluntaria y ataviados con prendas típicas de la época (realizados por ellos mismos) preparan en todos los puestos para la llegada de Los Reyes Magos. Los más jóvenes suben a la ladera de la montaña y configuran con antorchas la palabra PAZ, que ilumina la penumbra durante el aterrizaje real. Una vez en el pueblo, los Reyes reparten caramelos mientras todo el mundo presencia un gran espectáculo pirotécnico y se dirigen hacia el centro urbano para dorar al Niño en el Belén Viviente y repartir un detalle a los socios de los colectivos locales. Durante su travesía por Alarilla se reparten migas, chorizo y caldo para todos los asistentes.