Alcer animó a los guadalajareños a convertirse en donantes de órganos

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: VIRGINIA BODEGA
Con motivo de la celebración, ayer, 2 de junio, del Día Nacional del Donante, la Asociación para la Lucha de Enfermedades de Riñón de Guadalajara (Alcer) instaló dos mesas informativas en la capital con el objetivo de concienciar a la población sobre la importancia de convertirse en donantes. En esta ocasión, la asociación destacó la necesidad de hablar sobre este tema con los familiares.
La Asociación para la Lucha de Enfermedades de Riñón de Guadalajara (Alcer) utilizó el Día Nacional del Donante, celebrado ayer, 2 de junio, para animar a los ciudadanos guadalajareños a convertirse en donantes de órganos. La entidad presidida por Enrique Peñuelas instaló dos mesas informativas en distintos puntos de la capital, la plaza de Santo Domingo y el Hospital Universitario, que trataron de acercarse a la población con el fin de concienciar sobre la importancia de donar órganos e informar sobre cómo convertirse en donante. Como explicaba Peñuelas, convertirse en donante es muy sencillo, basta con hacerse el carné de donante, para lo cual simplemente hay que aportar los datos personales en el Hospital Universitario y dejar claro y por escrito en qué términos se quiere ser donante, una vez que la persona en cuestión fallece.
Sin embargo, como señala el presidente de Alcer, es la familia la que al final tiene la última palabra. Por esta razón, este año, el Día Nacional del Donante ha tratado de hacer hincapié en este punto, instando a que los ciudadanos que quieran donar sus órganos a que llegado el momento lo hablen con sus familias. “No cuesta nada dedicar un día unos minutos, mientras por ejemplo se está comiendo en familia, a dejar claro si se quiere o no ser donante”, explica Peñuelas. “Hay que perder el miedo a hablar de este tema –continua el presidente– y pensar que ese minuto de conversación puede acabar siendo muchos años de vida para una persona”.
Y es que, como lamentan desde Alcer, en demasiadas ocasiones los familiares de un fallecido desconocían su voluntad sobre si quería o no donar sus órganos y ese desconocimiento puede traducirse en la pérdida de la oportunidad de mantener con vida a otras personas. Desde este planteamiento, la asociación pide a la sociedad que dedique tan sólo un minuto de su tiempo a comentar con sus familiares si quieren que sus órganos sirvan para otras personas.
Y todo esto a pesar de que, según la legislación vigente, todo el mundo es donante de órganos al fallecer si no se demuestra lo contrario. Sin embargo, la única forma de atestiguarlo es preguntando al respecto a los familiares más cercanos, siendo estos quienes verdaderamente se convierten en los transmisores de la voluntad del donante.

Negativas familiares
En España un 17 por ciento de los familiares acaban negándose a que los órganos del fallecido sean donados, a pesar de que en muchas ocasiones no sabían con certeza cuál hubiera sido la voluntad de éste. Son las llamadas negativas familiares. Pero este dato no se puede analizar sin tener en cuenta la angustia del momento. Al dolor de la pérdida del fallecido se une muchas veces no saber cuál era el deseo de éste sobre donar sus órganos. Esto pone al familiar que debe tomar la decisión en la difícil tesitura de elegir entre contravenir la voluntad del fallecido o no permitir algo que él hubiera deseado y que es la más auténtica de sus voluntades. En algunos casos también se produce el fenómeno de que, días después, pasado el dolor del duelo, el familiar que se negó a la donación tiene pensamientos de arrepentimiento por estar convencido de que en el momento indicado no supo tomar la decisión más apropiada.
Mitos, creencias y miedos basados en supersticiones influyen en quien decide finalmente, aunque no siempre el fallecido compartiera esas mismas ideas o reservas.