Almiruete se rinde hoy a sus botargas y mascaritas

18/02/2012 - 00:06 Miriam Perez Gordo

 
La provincia se llena este fin de semana de sus personajes enmascarados más tradicionales. Aunque algunas ya empezaron a aparecer con el primer día del año 2012 y por San Blas y la Candelaria, es ahora cuando el número se multiplica. Caretas naturales, sayos, garrotes, cencerros, cuernos y demás indumentarias están ya sobre la cama para revestir a vaquillones, diablos, botargas y mascaritas que pulularán durante todo el fin de semana por Villares de Jadraque, Robledillo, Almiruete, Luzón, Membrillera, Cogolludo (el Miércoles de Ceniza con sus chocolateros) y otros rincones de nuestra geografía provincial..
Las botargas bajarán al pueblo sobre las 16.00 horas a encontrarse con sus mascaritas 
En el caso de Almiruete,  sus botargas y mascaritas cobran protagonismo este sábado desde hace siglos y aunque sea mañana cuando salen a relucir, llevan todo el año trabajando en sus trajes y máscaras. A partir de las 16.00 de la tarde de mañana, el misterio de esta celebración envolverá a este pequeño pueblo de la Sierra Norte. Los botargas harán su aparición en las laderas próximas al pueblo al toque del cuerno y bajarán hasta el casco para desfilar junto a sus mascaritas. Alrededor de una veintena de parejas, de todas las edades, ayudarán a revivir una historia que vive celebrándose desde el sigo XII o XIII.
 A primera hora de la tarde, los hombres desaparecerán del pueblo para vestirse de botargas, ayudados por otros a los que la edad o su condición física no les permiten ya desfilar. Es entonces cuando se dan a conocer esas máscaras que artesanalmente cada uno construye para ajustarlas a su rostro  y sorprender a la cuadrilla. Hay que destacar que las máscaras se realizan con materiales naturales como cartón, pasta de papel, hojas y demás cosas que se encuentran al alcance de los que por un día se convierten en botargas. Ataviados para la ocasión, irán en busca de sus mascaritas en un lugar que sólo ellos conocen. Ambos salpicarán al personal curioso con confeti y pelusa de juncos como símbolo de fertilidad. Después de pasear por el pueblo, se quitarán la máscara. Las botargas portarán entonces sombrero negro y llenarán la bota de vino para convidar a los asistentes, y si no lo hacen, corren peligro de perder su botillo y dar caza a su ladrón para que le invite en la taberna, de ‘castigo’. Mientras unos juegan al perro y al gato, en la plaza continuarán los bailes populares, en los que se podrá ver a otros personajes típicos de este peculiar Carnaval como lo son la vaquilla y el oso con su domador.
 Una vez la noche caiga sobre el pueblo, botargas y mascaritas irán a pedir el somarro, viandas a fin de cuentas, para cenar en el anonimato, tal y como empezó la fiesta.