Alovera se vuelca con España y su Ejército

21/10/2023 - 20:18 Francisco Campos Vicente

Un total de 219 personas juraron bandera este sábado en el campo de fútbol Nuevo  Tomillar de Alovera. Lo hicieron en presencia de unas gradas abarrotadas de vecinos de todas las edades.

Fotos: IVÁN SERRANO

Fue un día muy especial además, para la multitud de guardias civiles que presenciaron el evento, junto con la teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Guadalajara, Cristina Moreno; el subdelegado de defensa en Guadalajara, coronel Andrés Centenera Jaraba; y otros altos mandos del Ejército, así como el jefe de la Policía Local de Alovera, Abraham Martínez.

Multitud de miembros de la Corporación municipal y de caras muy conocidas de Alovera, entre ex concejales, ex presidentes de asociaciones y miembros de Protección Civil se encontraban entre el público y jurando bandera, inmersos en una formación variopinta, todos de gala, cada uno a su manera, conformada por gente de todas las edades.

El acto principal fue la jura, propiamente dicha, y, como complemento, la Brigada Paracaidista del Ejército de Tierra (BRIPAC) desarrolló una muestra del armamento que habitualmente  utiliza una compañía de fusiles, material de paracaidismo y vehículos para las misiones en el exterior.

Una exhibición enfocada a los menores y las familias que quisieran acercarse a la Calle Felipe Inés, muy cerca del complejo deportivo donde se iba a celebrar la gran cita. Todo, asegura Tortuero, la alcaldesa, para “reforzar el vínculo de la ciudadanía con la labor del Ejército y el compromiso con la defensa nacional”, en un municipio que tiene –continuaba- “numerosos vecinos profesionales de las Fuerzas Armadas, por lo que hay un sentimiento mayoritario de orgullo a las mismas que va a tener continuidad con un espacio público dedicado a esta institución, para lo que se va solicitar la donación de recursos del Ejército para distinguir una rotonda en el futuro”.

El teniente de la Primera Bandera de Paracaidistas Roger de Flor del Regimiento Nápoles número 4, Alfonso Pardo de Santayana Castro, al Mando de la I Compañía de fusiles, forma parte del equipo que preparó la muestra de forma conjunta con la Bandera Roger de Lauria, perteneciente a la misma unidad. Unos, los primeros, se distinguen por su paño rojo al cuello, mientras los otros, portan uno amarillo. Ambos proceden de la Base Príncipe, emplazada en Paracuellos del Jarama. “Uno de los cometidos que tenemos, además de prepararnos para el combate, es dar a conocer el Ejército a la sociedad”, ilustraba.

“El hecho de que haya tantos niños en una localidad como Alovera nos permite que estas generaciones tengan una estrecha relación con el Ejército, porque para nosotros es fundamental que España crezca conociendo nuestra labor”, concluía.

Joaquín reside con sus padres en Alovera desde hace tres años. A sus siete años de edad, ya tiene pose de paracaidista. Mientras que una soldado le ajustaba la mochila y preparaba para concluir una perfecta recreación infantil de Caballero Legionario Paracaidista (CLP) la cara del pequeño reflejaba su orgullo por portar los pertrechos. Él  quiere ser militar: “No me da miedo saltar en paracaídas porque soy muy valiente, tengo una bicicleta, me caí y seguí. Cojo mucho la bici para mantenerme en forma para cuando sea paracaidista”, aseveraba.

Hacia las 12 de la mañana comenzó el acto, compuesto de la Jura, desfiles de entrada y salida de la bandera, Homenaje a los caídos por España y el  desfile de la fuerza que marcó la conclusión del acto. El evento castrense corrió a cargo del Regimiento de Infantería "Nápoles" n.º 4, perteneciente a la Brigada Almogávares VI de Paracaidistas. Participaron en él la Escuadra de Gastastadores, Banda de Guerra de la BRIPAC, bando de compañía y tres secciones de fusiles, vistiendo el uniforme verde tradicional paracaidista.

Todos los grupos, perfectamente alineados, presentaron armas y sonó el himno nacional. Pese a la gran cantidad de niños el silencio era estremecedor. Todos en pie vibraron con la interpretación musical de la Banda de Guerra. El coronel Calvo leyó el juramento reglamentario al que se sumaron con una contestación afirmativa los 219 jurandos: “¡Españoles!: ¿Juráis o prometéis, por vuestra conciencia y honor, guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey y, si preciso fuera, entregar vuestra vida por España? Tras un sonoro Viva a España, sonó el pasodoble La Banderita.

Les tocaba el turno a los civiles. Uno a uno iban saliendo de una formación que ocupaba el centro del campo deportivo, que estuvo ya organizada desde el principio en base a las pautas que recibieron  días atrás en los ensayos, e iban besando la bandera hasta alcanzar el número de 219 que la componían. Cerraron esta parte del acto la alcaldesa de Alovera y el jefe del Regimiento, ambos besando la enseña.

El coronel Calvo, tras la jura, procedió a la lectura de un austero discurso: “Hay que felicitar a aquellos que hoy han jurado o prometido ante la bandera, porque con ello han decidido abandonar la comodidad que proporciona una preocupación exclusiva por sus intereses individuales en beneficio del interés común”. Y es que –remarcaba- “el acto de jura o promesa ante la bandera es, junto al Homenaje a los Caídos, el más solemne de los realizados en el ámbito militar”, se dirigía a los presentes. Un acto “que representa el mayor compromiso con la seguridad y defensa de España”, continuaba, “que incluye el mayor sacrificio que podemos realizar individualmente, el de dar nuestra vida en defensa de España, que se refrenda con un beso a la bandera”.

Y concluía: “Por nuestra parte, los que hoy formamos con ustedes, custodiando y honrando la bandera de todos los españoles, lo hacemos en representación de todos los que servimos vistiendo uniforme, por lo que les pido que hoy nos vean como una pequeña representación de todos los que cada día nos preparamos, con esfuerzo y tesón, para defender los intereses de España allí donde se requiera”. Lo dijo en referencia,  entre otras misiones, a la que desarrollan los miembros de la BRIPAC destacados en el Líbano.

Llegó el momento esperado en memoria de los caídos en defensa de España: Varios soldados, acompañados por los jurandos de menor y mayor edad, que recibieron su título especial, depositaron la corona ante un monumento a los caídos portátil, compuesto por dos fusiles de asalto cruzados, una cruz y el escudo del regimiento, mientras sonaba La muerte no es el final. Todos volvieron a la formación. Sonaba el Toque de Oración. Tras un silencio atronador sonaba la salva reglamentaria de fusilería.

Regresaban los vivas a España y el himno nacional. La bandera era retirada y comenzaba el desfile de los soldados que recorrieron dos veces el perímetro del campo de fútbol provocando la admiración de pequeños y mayores. “Papa quiero ser paracaidista”, decía uno de ellos. El acto finalizó entre aplausos.