Alrededor de 2.500 personas disfrutaron del regreso de Almonacid al dominio de la Orden de Calatrava

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: M.TOVAR ATANCE
La localidad celebró durante dos días la esencia de su pasado medieval renacentista

Aprovechando el cariz histórico que le confieren sus edificios más representativos como el Casón de los Condes de Saceda, la ermita de Nuestra Señora de la Luz o la Casa del Comendador, Almonacid de Zorita se convirtió durante todo el día de ayer, y por tercer año consecutivo, en un pueblo medieval renacentista.

Aprovechando el cariz histórico que le confieren sus edificios más representativos como el Casón de los Condes de Saceda, la ermita de Nuestra Señora de la Luz o la Casa del Comendador, Almonacid de Zorita se convirtió durante todo el día de ayer, y por tercer año consecutivo, en un pueblo medieval renacentista. Sus vecinos se echaron a la calle caracterizados como si fueran ciudadanos de otra época y disfrutaron de los puestos artesanos, de los caballeros luchando espada con espada, de las damas, de los malabaristas, del pasacalles, de las aves rapaces –que fueron las que se llevaron más miradas– y de las actividades organizadas durante todo el día.

Entre unas y otras fue cobrando especial importancia el mercado medieval instalado en los alrededores de la plaza del Ayuntamiento. Un total de 26 tiendas se repartieron a lo ancho de este espacio ofreciendo todo tipo de productos elaborados a mano. Entre ellos, los usuarios del centro de mayores Los Olivos, con el fin de recaudar algo de dinero para financiar actividades especiales durante el resto del año. El resultado de los cursos de manualidades y las técnicas que han aprendido durante todo el año lo expusieron ayer en su propia carpa: una teja, muñecas y ángeles de tela y paneras, entre otros, que en su mayoría consiguieron que cambiaran de dueño. "Cada año se va superando, aunque el peor fue el primero porque no lo habíamos hecho nunca", comentaba ayer Carmen López. Ella, junto a Rosario de las Heras y Consuelo Camacho, custodiaban ayer su puesto vestidas con su traje medieval, confeccionado por ellas mismas.

En los puestos colindantes, se asentaron también las integrantes de la Asociación de Mujeres y los del colectivo de empresarios, que se decantaron por ofrecer un refrigerio y un dulce a los asistentes.

Estas eran un reflejo de la implicación que desde su inicio hace tres años hasta la actual edición ha conseguido el Ayuntamiento almorcileño de la mano de las asociaciones, y que poco a poco va en aumento. Uno de los que ha ido mejorando su puesto con los años y confería al mercado un cariz muy tradicional era el de Manuel Toledano. Colocado estratégicamente en la esquina de la plaza, construido con vigas de madera, ofrecía los productos más característicos de la villa: las zambombas hechas en orinales, aunque no eran las únicas. Su dedicación a este oficio ha derivado en la creación de zambombas de todo tipo, desde las más características en barriles hasta las más atípicas en un vidrio, cerámica, en un dedal, una nuez o un huevo de avestruz, adaptadas al gusto del cliente y totalmente personalizadas. Pero además de estos conocidos industrumentos navideños, lo que más curiosidad levantó en este pequeño espacio fue el trillo y la aventadora. Como se encargaba de explicar Toledano, "se trataba de separar lo que se trillaba, se trituraba la mies y para separar la paja del grano se utilizaba la aventadora". La máquina, aunque con aspecto viejo, todavía funcionaba; de hecho despertó un gran interés entre los asistentes en la tarde del viernes, sobre todo, porque la vieron funcionar como antaño. "Son cosas que si no intentamos recuperarlas y transmitirlo a los chavales se pierde y es una lástima.La gente todavía añora esas cosas", comentaba Manuel con orgullo.

Entre puesto y puesto transcurrió la jornada matutina, mientras los almorcileños iban despertando, y fue durante la tarde cuando hubo mayor afluencia de público. A las 19.00 horas dio comienzo una de las representaciones más esperadas, simulando la época en la que el municipio pertenecía a la Orden de Calatrava. Entonces los comendadores iban visitando los pueblos y el alcalde los recibía y les daba cuenta de las actividades que se habían hecho en el municipio. "Y los visitadores vigilaban y controlaban lo que había en el pueblo y si las construcciones eran idóneas", apuntaba el alcalde, Gabriel Ángel Ruiz, que iba caracterizado como un caballero de dicha orden. En esta ocasión fueron Fray Pedro Vélez de Jaén, comendador de Calatrava, y Fray Íñigo de Guevara, comendador de las Casas de Toledo, los que se presentaron simbólicamente ante el alcalde. Además, el primer edil les entregó y dio cuenta de todos los títulos existentes en la localidad y pertenecientes a las cofradías.

La tercera edición de las jornadas medievales renacentistas terminó con la escenificación audiovisual a cargo de la Asociación Stalmoz, que en su papel de caballeros de la Orden de los Templarios representaron el nombramiento de nuevos miembros ante un buen número de asistentes.

organizadores.

Como recordaba ayer el primer edil de Almonacid, no sólo sus edificios, sino también su historia ligada a esta época es uno de los componentes esenciales de esta jornada y por el que las pusieron en marcha. Con el broche de oro de ayer, ya queda menos para que la localidad acoja una próxima edición en 2011. Una forma diferente de disfrutar el verano en los pueblos, pues así las altas temperaturas, como las que se registraron ayer, son más fáciles de combatir.