Alta participación en los numerosos actos organizados en las fiestas

07/05/2017 - 21:43 Diana Pizarro

La procesión cerró ayer cuatro días de fiesta que dejaron la tristeza por el fallecimiento del joven mortalmente atropellado.

Dos son las citas festivas en Marchamalo: unas en mayo y otras en agosto. Pues bien, no por estar las de agosto en plena época estival, las primeras pierden un ápice de popularidad. Este fin de semana quedó claro nuevamente que las fiestas patronales, que se celebran en honor al Santo Cristo de la Esperanza, el Gallardo, son uno de los acontecimientos más esperados del año por prácticamente todos los vecinos.
    El alcalde, Rafael Esteban, recordó ayer el “cariño” con el que se preparan siempre estos festejos. Sin embargo, no podía dejar de lado el trágico accidente que costó la vida a un vecino de Cabanillas cuando regresaba de disfrutar de estas fiestas. Con mucho esfuerzo, El regidor realizó un balance de los cuatro días de fiesta, que transcurrieron “con normalidad” y que, una vez más, estuvieron caracterizados “por las ganas de disfrutar que tienen siempre los vecinos”.
    
Abiertos “a todo el mundo
La realidad es que Marchamalo es, quizás, la localidad que abre el calendario festivo de la provincia. Y eso, como confirma el alcalde, se nota. “Pese a que el viernes tuvimos que sufrir un poco las inclemencias meteorológicas, luego por la noche tuvimos mucha afluencia de gente”. Así, el baile público que se celebró en el Recinto Ferial hasta la madrugada estuvo “a tope”, reconoció Esteban. “Han sido unas fiestas espectacularmente pobladas, a lo que hay que sumar que la compañía de la gente de otros pueblos fue tremenda y es algo que hay que agradecer”. En estos días, de hecho, el alcalde asegura que “Marchamalo se abre a todo el mundo”. Tanto fue así que en la paella popular del sábado se superaron “todas las previsiones”, al servirse más de 1.200 raciones de paella. “La gente ha querido salir y disfrutar de estas fiestas, han estado y participado de manera muy activa”, subraya.
    Insiste en que estas fiestas de mayo, pese a no contar con festejos taurinos, son el inicio de las fiestas que se celebran en la provincia de aquí a finales del verano. “Coinciden con la primavera, el buen tiempo nos acompaña la mayoría  de las ocasiones, y eso hace que Marchamalo se convierta en un referente festivo”. Y eso tiene una contraprestación por parte de los marchamaleros, “pues nos encanta recibir a la gente, y seguiremos intentando que sea así y que la gente quiera venir a nuestras fiestas”.
    En cuanto a los actos religiosos, el alcalde hizo hincapié en que el patrón, el Gallardo, es “el referente que une a toda la gente”. Para él, “es espectacular ver niños, mayores, gente joven... y que todos estén aquí expectantes ante el Cristo que es el que nos une”. Añade que hay vecinos que “normalmente” no participan en actos religiosos durante el resto del año, pero en estas fiestas quieren compartir “con familia y amigos” estos momentos de devoción hacia el Santo Cristo de la Esperanza.
    Quitando los fuegos artificiales, que se celebraron ayer por la noche, la procesión del Santo Cristo fue la encargada de poner el punto y final a estos días, cerrando el círculo en torno al Gallardo, verdadero protagonista de estas fiestas.