Animales mamíferos de nuestro entorno
Mención muy especial, por ser menos corrientes en otras latitudes, merece la cantidad y variedad de murciélagos nocturnos.
Son infinidad, como consecuencia de su ambiente extraordinariamente rural, las especies de mamíferos y la cantidad de ellos que prefieren para vivir y para reproducirse los campos de la provincia. Sin contar los muchos millares de reses de ganado, estudiados en otro lugar, y los animales domésticos -perros y gatos especialmente-, la fauna guadalajareña se distribuye en individuos que viven en régimen de absoluta libertad, siendo los más corrientes aquellos que suelen considerarse como especies de caza menor: conejos y liebres, sobre todo, que aparecen en cualquier lugar de los montes. De entre los animales predadores son frecuentes los zorros, en la baja comarca molinesa y sierras de Atienza y Sigüenza; el gato montés, la gineta y el garduño, prefieren como habitáculo ideal los bosques del Alto Tajo, las sierras de Molina y la comarca alcarreña de los pantanos; el jabalí, extendido por toda la provincia, es pieza bastante castigada por los ojeadores; en los Montes Universales y el Macizo de Ayllón suelen pastar los ciervos y los corzos respectivamente, dos piezas fundamentales, casi únicas, de la caza mayor provincial. Hay ríos de montaña en los que resulta frecuente la aparición de la nutria, en tanto que los topos, las ratas de agua, lirones, tejones, turones, erizos y comadrejas, suelen aparecer con más frecuencia según las distintas comarcas y según sus especies.
Mención muy especial, por ser menos corrientes en otras latitudes, merece la cantidad y variedad de murciélagos nocturnos. Desde el llamado “enano”, que sorprende con sus rápidas evoluciones y cabriolas durante las noches de todos los pueblos, de los campos de la provincia e incluso de la capital, contamos con el “orejudo” que suele verse por las sierras del Alto Tajo, el “ribereño” frecuente en la comarca de los pantanos, y los “vampiros” de mayor tamaño, asidos a los techos de las cuevas y de las simas de la provincia. Puede decirse que las noches guadalajareñas cuentan con una singular escuadrilla de vigilantes, con los que siempre conviene contar. De mi libro Diccionario Enciclopédico de la Provincia de Guadalajara.