Antiguos seminaristas de la comarca de Molina de Aragón celebran un reencuentro

22/08/2023 - 13:13 Oscar Gil

Aunque la mayoría de ellos no siguieron en el camino religioso, el Seminario Menor de Guadalajara dejó una profunda huella en sus vidas. Fue allí donde forjaron amistades duraderas y compartieron experiencias que aún hoy, casi medio siglo después, siguen recordando con cariño

La idea de organizar este reencuentro surgió de uno de los antiguos seminaristas, quien sentía nostalgia por aquellos años de formación y quería revivirlos, al menos por un día. Poco a poco, fue contactando a sus compañeros y, para su sorpresa, la respuesta fue abrumadoramente positiva.

Así fue como 18 hombres, ahora en la plenitud de su vida adulta, se encontraron en un restaurante de la comarca de Molina de Aragón para celebrar su reencuentro. La emoción se palpaba en el aire mientras se saludaban efusivamente y compartían anécdotas de aquellos tiempos pasados.

 

Durante la comida, se recordaron los momentos más significativos del seminario, desde las clases de teología hasta las actividades deportivas. A pesar de que muchos de ellos tomaron caminos diferentes en sus vidas, el vínculo que los unía era innegable. Había un profundo respeto y admiración mutua, pues sabían que habían compartido una etapa importante de sus vidas.

 

Entre risas y lágrimas, compartieron sus éxitos y fracasos, hablaron de sus familias y de cómo la vida había transcurrido para cada uno de ellos. Aunque algunos se habían alejado de la fe, reconocían la importancia que el seminario había tenido en su formación como personas.

 

Al final de la comida, se tomaron una fotografía grupal, como evidencia de aquel reencuentro tan esperado. Prometieron mantener el contacto y organizar futuros encuentros, para seguir compartiendo sus vidas y recordando juntos aquellos años de juventud.

 

A pesar de que la vocación religiosa no fue el camino elegido por la mayoría de ellos, el reencuentro demostró que el Seminario Menor de Guadalajara había dejado una marca imborrable en sus corazones. Aquella comida fraternal fue la oportunidad perfecta para recordar y agradecer a aquellos padres que, con humildad, enviaron a sus hijos en busca de un futuro mejor.