Apéate en la parada del cambio para hacerlo posible


 

Los resultados del 28 de abril abren una puerta a la posibilidad real de un cambio en Guadalajara, pero no está hecho, ni mucho menos.

Guadalajara vivió el 28 de abril un día histórico, en el que el PSOE volvió a ganar las elecciones después de 37 años. Eran unos comicios claves para el futuro de España, tal vez tanto como lo fueron los de 1982, en los que estaba mucho más en juego que un gobierno. Nos jugábamos, en el 82 y ahora, el futuro.

 

Los socialistas llegamos entonces al gobierno de España para cambiar para siempre este país. Lo hicimos y lo volveremos a hacer.

 

Lo mismo nos jugaremos el próximo 26 de mayo aquí, en Guadalajara. Caminar hacia atrás o hacia adelante, olvidarnos del pasado o volver a él. Avanzar con un gobierno nuevo, honesto, limpio, capaz, eficaz, aliado del progreso, o seguir anclados en el abandono, la resignación y la apatía en la que vive hoy esta ciudad.

 

Los resultados del 28 de abril abren una puerta a la posibilidad real de un cambio en Guadalajara, pero no está hecho, ni mucho menos. Está cerca, pero no está garantizado por más que Guadalajara lo necesite como agua de mayo, ni por mucho que la mayoría de guadalajareños y guadalajareñas quieran que todo cambie en esta ciudad.

 

La clara victoria del PSOE en Guadalajara el domingo se cimentó en la concentración del voto progresista en torno al Partido Socialista, a Pedro Sánchez.  Y esa será también la clave de las elecciones del 26 de mayo, la verdadera palanca del cambio que tendremos que pulsar entre todos los que lo anhelamos para esta ciudad.

 

Recuerdo la explicación que un buen profesor y amigo le dio en una ocasión a sus alumnos, escépticos con la política y dudosos con relación a quién votar.  “La política, les dijo, es lo mismo que un autobús. Ninguna parada te deja delante de tu casa, pero algunas te dejan más cerca que otras”.

 

Esta será la gran decisión de las elecciones municipales: bajarse en la parada que está más cerca del cambio, la única que lo garantiza, o en otra que nos aleje de esa posibilidad. Entiendo que para algunos puede no ser una decisión fácil, pero todos debemos de meditarla mucho por la transcendencia que tendrá.

 

La verdad es que no me gusta hablar de voto útil, porque todos son útiles, pero no todos sirven para lo mismo, ni tampoco todos nos llevan hasta el objetivo final, que en este caso es poner el punto y final a 12 años de un gobierno que ha entristecido esta ciudad, que no ha resuelto ninguno de sus grandes problemas, se ha olvidado de casi todos y que además ha cercenado la esperanza de miles y miles de ciudadanos y ciudadanas.

 

Creo honestamente que el 26 de mayo solo hay dos opciones: bajarse en la parada del cambio o apearse en cualquiera de las anteriores.

 

Esa parada es la del PSOE, cuya lista yo encabezo, el único partido que puede hacerlo posible, que incluso puede garantizarlo si obtiene el apoyo mayoritario del electorado progresista.

 

Apearse en cualquier otra, votar a otras opciones, es legítimo, faltaría más, pero nos meterá en una dinámica de ruleta rusa en la que es posible que acabe pasando todo lo contrario de lo que tú quieres que pase.

 

Piénsalo.