Asapia reunió a cerca de un centenar de apicultores en Molina

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: M.TOVAR ATANCE
Cerca de un centenar de apicultores de la provincia participaron el pasado jueves en la primera jornada apícola que Asapia (Asociación de Apicultores de la Alcarria y demás comarcas de Castilla-La Mancha) ha organizado en Molina de Aragón con el fin de mejorar el conocimiento del mundo de las abejas por parte de los apicultores.
La jornada tuvo lugar en el centro de jubilados de Caja de Guadalajara de la localidad molinesa, a la que asistieron también, entre otros, el delegado de Agricultura y Desarrollo Rural, Sergio Cabellos.
La jornada fue un compendio de algunos de las temas tratados por la asociación en los cursos de iniciación que se llevan a cabo, que se dividió en tres ponencias. La primera versó sobre el control sanitario de varroa, a cargo de Claudio Villar; la segunda tuvo como tema central la flora de interés apícola, en la que el naturalista Javier Ruíz, autor de un estudio sobre variedad de flora que existe en la zona expuso la cantidad de floraciones melíferas que se pueden encontrar en la zona de Molina. La tercera charla tuvo como eje la cría e introducción de las abejas reina, impartida por el apicultor Javier Ruiz.

Una zona “marcada”
“Fue un acierto hacerlo en Molina porque hubo una respuesta importante”, detalló ayer Sergio Viñuelas, responsable de Asapia. La razón de que, por primera vez, las jornadas formativas de la asociación se hayan desplazado a la comarca molinesa es que en este año se ha producido un incremento elevado de socios que viven en los pueblos molineses como Cobeta, Peralejos de las Truchas, Turmiel u Hombrados. Estas nuevas incorporaciones han hecho que el número de socios alcance los 228 desde que nació la agrupación en 1992 y empezó su periodo de crecimiento.
A diferencia de lo que ocurre en el resto de la provincia, en la que se entremezclan las zonas, la comarca molinesa, dada su lejanía, “es una zona muy marcada” en cuanto a la apicultora se refiere, explica Viñuelas. Su climatología además la hace especial, ya que al registrar temperaturas muy bajas se considera “tardía”, por lo que la producción se retrasa al final de la primavera o, incluso, a principios del verano.