Avatar 2: Puede que tenga que levantarse a hacer pipí, pero no creo que se aburra

22/12/2022 - 15:42 J. Pastrana

Han sido muchos años de espera. ¿Hasta qué punto era necesario reencontrarnos con los Na´vi? Si preguntas por la calle, serán mayoría los que digan que era totalmente innecesario, que de hecho la primera película, un fenómeno de masas, ya era innecesaria en sí misma. Y sin embargo, la mayoría silenciosa a hablado: en menos de una semana Avatar 2 ha hecho más de 440 millones de dolares. Mucho dinero. 

Ahora, con el taquillazo demostrando que necesidad no habría, pero interés mucho, toca hablar de la película, un estreno que cae en todo lo que se puede esperar del cine de James Cameron, un auténtico Rey Midas cada vez que se pone detrás de las cámaras. Avatar 2, el sentido del agua, resulta bastante poco original en lo que a su guión se refiere. De hecho, copia más o menos la estructura de la primera entrega. Ahora bien, Cameron consigue componer una historia deslumbrante en lo visual, al menos vista en 3D, y narrativamente ágil y divertida. Vamos, que hacer pipi puede que tendra que hacer pipi, porque son tres horas, pero que no cae en el aburrimiento. 

Jake y Neytiri han vivido felices y en paz desde que expulsaran a los humanos del planeta Pandora. Durante este tiempo han formado una estuenda familia numerosas, con tres hijos biológicas, una adoptada y un humano que es casi como la ´mascota´ de la familia. Sin embargo, los humanos volvemos dispuestos a seguir esquilmando los recursos de ese maravilloso planeta y de paso reventando su delicado y espiritual equilibrio medio ambiental. También regresa un antiguo enemigo de Sully, lo que obliga a toda la familia a escapar de su hogar y refiguarse con un clan que vive en el mar: nuevas costumbre, nuevos receleos, nuevos animalicos y fondos marinos a cascoporro. 

Cmaron sigue utilizando la saga para hacer un alegato ecologista, aunque en esta ocasión le sale más convicente. Resulta más fácil empatizar con las situaciones que plantea trasladar la belleza de seres y paisajes de aquel mundo al nuestro. El director se gusta con un tema que le apasiona: el agua, e intenta contagiar esa pasión descubriendo al espectador detalles, luces y seres casi mágicos. En ese sentido, puede que el elemento más arriesgado del segundo acto sea la amistad que plantea entre uno de los hijos de Sully una especie de ballena cuya historia recuerda a la de Orca, la ballena asesina.

Avatar 2 es divertida de ver, pero puede que resulte ridícula o aburrida a quien no conecte plenamente con la reglas que plantea. Es una película coherente, propia de una sala de cine, de la que a lo mejor nos mofamos en unos años como ahora también os mofamos de su hermana mayor, pero que me atrevería a decir que resulta imprescindible.