Belén Macías: “La película habla del velo que ha puesto la iglesia sobre los abusos sexuales, pero desde un lugar de respeto y equilibrado".

08/09/2023 - 09:40 Sara Sánchez

Verano en Rojo denuncia los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia Católica. Se estrena hoy en los Multicines Guadalajara. 

Verano en rojo se estrena en cines el 8 de septiembre. Este thriller nos lleva a través de la investigación de un doble asesinato por parte de una policía y un periodista, representado por Marta Nieto y José Coronado. Nueva Alcarria ha tenido la oportunidad de hablar con Belén Macías, directora de esta película, sobre la historia que ha decidido llevar a la gran pantalla.

 

Verano en rojo es la adaptación a la gran pantalla del libro homónimo de Berna González Harbour. ¿Qué implica llevar un libro al cine?

Es un trabajo laborioso, porque hay que decidir exactamente qué es lo que quieres trasladar a imágenes. Es un poco más complicado en este caso, porque es un thriller con muchos parlamentos y sensaciones de los protagonistas que no podíamos trasladar a la pantalla, porque si no hubiese tenido un código mucho más lento. Ha sido un trabajo que he hecho con Helio Mira, que es el otro guionista, y con la complicidad de Berna González Harbour, autora del libro. Era su historia y quería que la película tuviera su esencia, aunque yo luego me detuviese en otras cosas. A mi esta utilización del thriller para poder detenerme en algo social me parecía muy interesante, de ahí viene el interés por la novela.

 

¿Dirías que es más thriller o más cine social?

Es una mezcla de los dos. La película tiene el tempo del thriller y es entretenida. Tú vas descubriendo una trama, pero va en paralelo la investigación policial, con la comisaria interpretada por Marta Nieto, y la periodística, con el periodista de José Coronado. Al mezclarlas he podido ir deteniéndome en un sitio y en otro.

 

¿Cómo ha sido trabajar con dos actores que ya están muy curtidos en el género del thriller como Marta Nieto y José Coronado? 

Ha sido muy fácil, los más grandes normalmente son los más sencillos. A mí Coronando me impresionaba por toda la trayectoria que tiene, con todos los directores que ha trabajado. Y de repente descubrí que el lugar que ocupa es debido a esa pasión que tiene por el cine. Coronado es facilísimo, un hombre que está siempre en el set, que no se va a descansar, que está charlando con el equipo y dispuesto a todo lo que le digas. Tiene una ductilidad estupenda. Desde el minuto uno a él le gustó lo que yo le proponía, le di referencias cinematográficas de personajes en el cine que a mí me gustaban y una playlist con la música que escuchaba su personaje. Fue un entendimiento estupendo. Yo con Coronado voy a donde sea, la verdad.

Y luego con Marta Nieto es lo mismo. Marta tiene una forma de trabajar que se acerca mucho a la mía. Es una mujer muy concienzuda a la que le gusta analizar todo frase por frase, necesita entenderlo todo. A mí me gusta lo mismo, tener todo muy bien atado antes de ir a un set de rodaje, por eso nos hemos entendido tan bien.

 

 

Hablando de Coronado, le hemos visto miles de veces como policía y como un tipo duro y ahora le vemos como periodista. ¿Tú como su directora dirías que se le da mejor el ámbito policiaco o el periodístico?

Yo creo que no es tanto de qué trabajan los personajes que interpretas sino su mundo interior, de dónde vienen y qué circunstancias personales tienen. Tanto los policías como los periodistas, para que realmente calen en el espectador, deben tener un mundo interior interesante. Por eso le hablé de Mads Mikkelsen en Otra Ronda y de Mark Ruffalo en Spotlight,  que son personajes que van evolucionando hacia un lugar luminoso. Es lo que yo quería para el personaje de Javier Luna.

 

Verano en rojo es un thriller que se centra en un doble asesinato, pero también que habla de los abusos cometidos en el seno de la Iglesia Católica. ¿Tú crees que hablar sobre esta historia te va a traer algún problema?

Espero que no porque creo que está muy equilibrada. Nosotros tenemos un héroe, que es el padre Damián, que interpreta Tomás del Estal, que le da una humanidad a todo y representa a ese sector de la Iglesia que es la inmensa mayoría de gente buena y quiere una Iglesia limpia. Quería tener un equilibrio a la hora de contar las cosas. Nosotros nos preguntamos por qué, sí en la Iglesia y en la sociedad civil existen abusos, ¿en la sociedad civil se penan y en la religiosa en muchas ocasiones se ocultan? Hablamos del velo de la iglesia hacia eso, pero desde un lugar de respeto y equilibrado. La película la puede ver todo el mundo. Insinúa más de lo que se ve y no provoca rechazo. Para mí era importantísimo eso porque quería llegar al máximo público posible

 

Berna González Harbor dice que el germen de la novela es el caso de un profesor de gimnasia de un colegio católico al que, en vez de denunciar, iban trasladando de centro. ¿Piensas que esta historia llevada al cine podría ayudar a las víctimas de pederastia?

Me gustaría mucho. Se ha hecho con todo el respeto, por eso hay una cartela final en la que se hace un reconocimiento a todo ese sufrimiento. Hay un documental que yo recomiendo mucho que es Examen de conciencia, que a mí me sirvió mucho para ver por dónde me detenía en la investigación del personaje de Javier Luna. En el documental hablan de su experiencia unos hombres muy valientes que son capaces de explicarnos a cámara que significaron los abusos en su vida. Yo he utilizado la ficción, pero si puede ayudar a alguien, pues me encantaría.

 

Con El patio de mi cárcel obtuviste cuatro nominaciones a los Goya y luego con tu segundo largometraje, Marsella, dos. ¿Verano en Rojo será la película que por fin te consiga este premio?

Bueno, este año vienen películas fuertes, es complicado. A mí me gustaría que Verano en Rojo llegase a un gran público y que la reconociesen los compañeros de la Academia. Creo que hay muchas cosas para reconocer en esta película a nivel de la Academia, sobre todo el trabajo actoral, que es una maravilla, o la adaptación literaria que he hecho con Helio. Nos ha costado un año y medio equilibrar bien las cosas, pero la pretensión de la película sobre todo es que pueda llegar a un gran público. Me gustaría mucho animar a la gente a ir al cine porque va a pasar un rato bueno de entretenimiento que luego le va a llevar a una reflexión. Para eso es el cine, para hacernos pensar.

 

Hace unos años diste una entrevista en la que decías que “no se puede rodar una película, comer y afrontar una hipoteca.” ¿Sigues pensando lo mismo?

Era una reflexión de que, excepto la gente que realmente tiene grandes éxitos, que son muy pocos, es muy difícil vivir del cine. La experiencia después de unos años me ha dado la razón, porque yo donde más trabajo es en la series de televisión, Y me siento afortunada, porque me gusta mucho este oficio y tengo la posibilidad de contar historias de otros en la televisión que me permiten vivir y experimentar en mi profesión. Ahora estoy haciendo una película de cine, ojalá haya más, pero siempre estoy dirigiendo y eso a mí me da mucho confort.

 

También has trabajado en teatro. ¿Qué es lo que te lleva a decidir que quieres contar historias?

Es una pulsión que tuve siempre. Yo, cuando no estoy rodando, doy clases de dirección en la Escuela de Cine de Madrid y siempre se lo digo a mis alumnos: “El que quiere ser director y la que quiere ser directora tiene la necesidad constante de querer contar historias, como el novelista.” Lo que pasa es que nosotros elegimos el formato cinematográfico, las imágenes. Siempre tienes las ganas de  contar esas historias, esa es la base fundamental de la dirección. 

 

Aquellos que leen tu página Wikipedia pueden ver todo lo que has hecho y, al final, hay una frase que dice “Belén Macías es parte de la Asociación de Mujeres Cineastas”. ¿Cuál es el papel de la mujer en el cine ahora mismo?

Afortunadamente está en un lugar mucho más protagónico y cambiando. Para eso estamos luchando desde CIMA, para que al cine también llegue la mirada de la mujer. En la historia del cine prácticamente todo se ha hecho a través de los ojos de los hombres y ahora eso está cambiando. A mí me encanta ver todas las mujeres cineastas jóvenes que están saliendo, contando sus historias y cambiando la manera de ver el cine. Es un triunfo, es muy reconfortante.