Cantamañanas a las seis

04/02/2017 - 12:47 Antonio Yagüe

Para quién debe acabar la jornada a las 6? Los funcionarios (15% de la población laboral) terminan a las 3 o antes. Los trabajadores de la  construcción (otros tantos) ya acaban a las 6 o antes...

 El presidente Donald  Trump se basta y sobra para desacreditarse a sí mismo. Un día descalificando contrincantes y otro elogiándolos; un día prometiendo cosas y otro matizándolas. Cierto que lo dicho en campaña no debe tomarse en estricta literalidad, pero ya veremos lo que cumple, aunque ojalá sea nada. En mi pueblo se usa un adjetivo para quienes muestran tanta volubilidad: cantamañanas.
    Rajoy y la ‘vicetodo’ Soraya también hacen sus méritos. Ante las elecciones de 2011 prometieron limpiar el calendario de puentes y viaductos, sobre todo en diciembre, y hacer coincidir los días festivos de entre semana, sin eliminarlos, con viernes o lunes. Todo quedó en agua de borrajas. Pero hace unos meses el Gobierno ha lanzado otra iniciativa en el Senado y la ministra Báñez en el Congreso: legislar para que la jornada laboral acabe a las 6 de la tarde. Y, ya metidos en harina, que se modifique el huso horario (el centroeuropeo) para corrernos al de Greenwich, como el Reino Unido y las Islas Canarias. Es decir, una hora menos. Un embrollo a sumar a la permanente polémica cada seis meses al cambiar la hora verano/invierno.
    ¿Para quién debe acabar la jornada a las 6? Los funcionarios (15% de la población laboral) terminan a las 3 o antes. Los trabajadores de la  construcción (otros tantos) ya acaban a las 6 o antes.  La actividad de los agricultores, ganaderos y pescadores (5%) va con el ciclo natural. ¿Se les va exigir a quienes trabajan en el sector transporte, comercio y hostelería (30%) que cierren sus establecimientos y paren sus camiones, trenes o aviones a las 6? Y a quienes prestan los servicios a la industria (12%) ¿se les impondrá cerrar a esa hora las cadenas de producción?
    Hoy apenas trabaja hasta las 10 el 20% restante, integrado por oficinas de grandes compañías y profesiones liberales. Y ya aplican convenios colectivos de empresa, que tienden a recortar y comprimir la jornada. Quizás el objetivo (se le ha visto el plumero a Ana Pastor) es que diputados y senadores con semanas caribeñas de tres días laborales corten a las 6 o, lo sumo, a las 8. Fuegos de artificio ‘marianos’ para dar de qué hablar e ir de modernos haciendo ver que piensan en la gente. Y de cantamañanas.