Cáritas celebra el Día de los Sin Techo con las mayores cifras de transeúntes de su historia usarse la semana próxima
01/10/2010 - 09:45
Por: BEATRIZ PARIENTE
El albergue Betania ha triplicado la cifra de comidas que sirve diariamente
Su historia es parte de la nuestra. Con este lema, Cáritas Diocesana Sigüenza-Guadalajara celebró ayer una jornada repleta de actividades incluida en la Campaña de Transeúntes de 2009, dedicada a los sin techo, cuyo día se conmemora mañana.
Durante dos horas, un grupo de profesionales especializado en el trabajo con este colectivo debatió sobre la situación presente de cientos de personas abocadas a una situación que, tal y como explicaron, nos puede tocar a todos. Así lo aseguraba ayer el vicario episcopal para la Pastoral Social, Braulio Carlés, quien señaló que en tiempos de crisis Guadalajara también ha visto cómo se incrementaban las cifras de usuarios del albergue Betania o de los servicios prestados por Cáritas, también en las parroquias de toda la provincia. En medio de la crisis se han dado casos de muchas personas que trabajaban en la construcción o en empresas vinculadas que se han quedado sin empleo de repente. Han podido caer en problemas de alcohol u otras circunstancias que les han llevado a acabar en la red de transeúntes, explicó Carlés. Las dos circunstancias originarias de esta situación suelen ser la pérdida de empleo y las drogodependencias. De hecho, la crisis ha marcado definitivamente el perfil de los usuarios de estos servicios, ya que mientras que hace unos años el 70 por ciento de los transeúntes eran inmigrantes y el 30 por ciento restante españoles, la situación ha invertido la estadística y ahora el 70 por ciento corresponde a españoles y el 30 por ciento a los nuevos vecinos. La mayoría de ellos son hombres de entre 20 y 40 años, aunque también hay gente de 50 o 60 que están fuera del mercado laboral, que son transeúntes crónicos.
Cáritas ha intentado adaptar sus recursos al incremento de la demanda tirando de ingenio y de la buena fe de los 450 voluntarios que colaboran hoy en día con la organización. Así, por ejemplo, Carlés cuenta que mientras que antes servían unas 20 comidas en el albergue, ahora llegan a servir 70 triplicando los turnos y si viene más gente les damos un bocadillo. Además, este recurso proporciona la oportunidad de asearse a los transeúntes que no tienen plaza en el centro. Todos los jueves se les facilitan 25 duchas, que no es mucho, pero les proporciona un mínimo de dignidad. El albergue ofrece alojamiento a 14 hombres y cuatro mujeres, siempre para personas que están de paso por la ciudad, ya que sólo pueden pernoctar tres noches seguidas, cada dos meses. Otro programa, el denominado Techo y café se encarga de dar alojamiento a siete personas en los casos en que, por ejemplo, buscan una vivienda o un empleo o esperan un recurso más especializado.
Un tercer recurso es el Centro de Atención Integral (CAI) donde se ofrece estancia tutelada las 24 horas del día, con el fin de lograr la recuperación personal de las personas sin hogar, iniciar un proceso de inserción y prepararles para la segunda fase de recuperación. Pueden permanecer en él entre tres y seis meses para acceder, después, a otros recursos de la región. En este centro hay disponibles ocho plazas para hombres y dos para mujeres y, además, se les ofrece la posibilidad de participar en talleres de ocupación sobre cultura general, habilidades sociales, cuidado de salud...
Las Hermanas Doroteas son las encargadas del trabajo del albergue, junto a dos psicólogos, un trabajador social, dos educadores sociales, dos monitores, tres vigilantes de seguridad, tres profesionales de la limpieza y personal de cocina. Además, 20 voluntarios en activo colaboran en la realización de los talleres, en la cocina, en el comedor...
Para ampliar sus servicios, Cáritas ha construido un edificio que albergará un restaurante y supermercado solidario. No obstante, es necesario la colaboración de todos para sufragar los 300.000 euros que aún quedan por pagar. Los donativos pueden realizarse en todas las cajas de la provincia y en casi todos los bancos a nombre de Cáritas.
Cáritas ha intentado adaptar sus recursos al incremento de la demanda tirando de ingenio y de la buena fe de los 450 voluntarios que colaboran hoy en día con la organización. Así, por ejemplo, Carlés cuenta que mientras que antes servían unas 20 comidas en el albergue, ahora llegan a servir 70 triplicando los turnos y si viene más gente les damos un bocadillo. Además, este recurso proporciona la oportunidad de asearse a los transeúntes que no tienen plaza en el centro. Todos los jueves se les facilitan 25 duchas, que no es mucho, pero les proporciona un mínimo de dignidad. El albergue ofrece alojamiento a 14 hombres y cuatro mujeres, siempre para personas que están de paso por la ciudad, ya que sólo pueden pernoctar tres noches seguidas, cada dos meses. Otro programa, el denominado Techo y café se encarga de dar alojamiento a siete personas en los casos en que, por ejemplo, buscan una vivienda o un empleo o esperan un recurso más especializado.
Un tercer recurso es el Centro de Atención Integral (CAI) donde se ofrece estancia tutelada las 24 horas del día, con el fin de lograr la recuperación personal de las personas sin hogar, iniciar un proceso de inserción y prepararles para la segunda fase de recuperación. Pueden permanecer en él entre tres y seis meses para acceder, después, a otros recursos de la región. En este centro hay disponibles ocho plazas para hombres y dos para mujeres y, además, se les ofrece la posibilidad de participar en talleres de ocupación sobre cultura general, habilidades sociales, cuidado de salud...
Las Hermanas Doroteas son las encargadas del trabajo del albergue, junto a dos psicólogos, un trabajador social, dos educadores sociales, dos monitores, tres vigilantes de seguridad, tres profesionales de la limpieza y personal de cocina. Además, 20 voluntarios en activo colaboran en la realización de los talleres, en la cocina, en el comedor...
Para ampliar sus servicios, Cáritas ha construido un edificio que albergará un restaurante y supermercado solidario. No obstante, es necesario la colaboración de todos para sufragar los 300.000 euros que aún quedan por pagar. Los donativos pueden realizarse en todas las cajas de la provincia y en casi todos los bancos a nombre de Cáritas.