Castil de Griegos, el castro celtibérico situado en Checa que es único en la península

15/07/2020 - 11:07 J. Pastrana

Arrancan los trabajos arqueológicos en el yacimiento de Checa, en el que ya se han hecho importantes descubrimientos. 

La actividad arqueológica ha vuelto al yacimiento de Castil de Griegos, en Checa. Gracias a la colaboración de la Diputación, se han podido realizar cinco contrataciones: tres peones, un arqueólogo y un restaurador. Ellos serán los protagonistas  de una campaña en la que acometerán trabajos de excavación y restauración en uno de los torreones del yacimiento, de unos 90 metros cuadrados de superficie.

Imagen del torreón que se está excavando. 

Durante todo el mes de julio estará en marcha la campaña, que permitirá ahondar en el conocimiento de uno de los castros celtibéricos más importantes de la provincia y del país, ya que en él se han hecho descubrimientos únicos en toda la península. Aquí, por ejemplo, se descubrió un troquel en perfectas condiciones, una pieza que era utilizada para hacer los círculos concéntricos que decoran los ajuares de las tumbas celtibéricas. “Es el único que se conoce de la celtiberia”, asegura Juan Pablo Martínez, arqueólogo responsable del Yacimiento. 

Troquel descubierto en el yacimiento.

También se han localizado en Castil de Griegos dos talleres, una fragua y un taller en el que se debían elaborar cuentas de pasta vítrea para hacer collares. “Nos han salido cientos”. En este caso es ese segundo taller, el dedicado a elaborar cuentas de pasta vítrea, el que llama más la atención, ya que es el único que se ha logrado descubrir en toda la peninsula Ibérica. "El castro destaca por tener dos recintos fortificados, con un complejo sistema defensivo formado por murallas ciclópeas, torres y fosos, y ser un centro productor con zona de talleres relacionados con la forja del hierro y con la artesanía. Le dedicaron mucho esfuerzo”.

 

Fíbula zoomorfa de bronce.

Y en tercer lugar cabe destacar el descubrimiento realizado en la necrópolis, donde se descubrió un tumba datada en las primeras fases de uso del asentamiento, en torno al siglo VIII A. C. “Es la tumba más rica que hemos encontrado”. En ella estaba enterrada una mujer de unos 55 años, “suponemos que era de la clase alta, estaba bien alimentada y su ajuar era muy rico, con gran cantidad de adornos personales, collares, fíbulas, brazaletes, placas de pectoral decorativas”. Gracias a los estudios realizados por la antropóloga María Benito, se ha podido comprobar que “en los momentos antiguos había una igualdad en la alimentación entre hombre y mujeresE, mientras que al final, en torno a los siglos II y III a. C., “se ve que los restos masculinos estaban mejor alimentados que las mujeres”.

Placa pectoral de bronce.

Sin embargo, todavía quedan misterios por resolver en el yacimiento. Uno de ellos es el que rodea a la existencia de pasadizos subterráneros. “Hay un túnel que se ve, que es una oquedad que tiene 5 metros y que después se tapona”, explica Martínez Naranjo. “Existe la leyenda de que hay un túnel más amplio y tenemos un texto de mediados del siglo XIX que habla de una segunda cueva larga, pero que todavía no se ha podido localizar”.

El equipo que este año realizará los trabajos en el yacimiento. 

El arqueólogo destaca que éste castro “es uno de los más notables que se han excavado en la provincia por su sistema defensivo y por la existencia de talleres que no se han documentado en ningún otro yacimiento”. De ahí que, desde hace dos años, se esté trabajando en hacerlo visitable. En este tiempo ya se ha condicionado el camino de acceso, instalado cartelería e incluso construido un parking en la cercana Aguas Peñas. Ahora, esos trabajos continuarán con la actuación en el torreón.