Culpable, pues, Occidente por haber permitido en su día que el régimen de los ayatollahs se instalara en Irán al facilitar el regreso de Jomeini.
Las asociaciones de consumidores denuncian que se está empujando a la población más desfavorecida a recurrir a gestorías, locutorios, imprentas o abogados para gestiones esenciales.
Ante el Marchamalo, Raúl cazó a la carrera dos pepinos que convirtió en obuses y quemaron las redes. Yo les paré un penalti y dejé la cuenta a cero.
Lo cierto es que ahora ya empieza el éxodo de vuelta a los lugares de donde se vino para empezar ese nuevo curso.
Las nuevas ideas o ideas progresistas –como dicen ellos- no son más que la insistencia en la repetición de las viejas.
A Palazuelos no le queda otro remedio que hacer un festival medieval, porque el Medievo nunca ha dejado allí de estar presente con sus formidables murallas y su iglesia románica.
Yo también me declaro amante de los bares, en alguno me enamoré, muchos otros fueron domicilio habitual de mi juventud, allí me he reído y he encontrado amigos.
La estructura de la Nación es la que es, sin que eso suponga minimizar otras estructuras autonómicas.
Simplemente cada uno aporta un plato de comida de lo que le parezca o un alimento que tenga a mano.
¡Mira tú que poder elegir libremente como espectador la asistencia al coso taurino cuando lo fácil es prohibirlo por decreto anulando la celebración de corridas…!
Recuerdo mi primera visita veraniega a Benidorm en los años cincuenta, cuando empezaba a ganar prestigio de la mano de su alcalde, Pedro Zaragoza, que fue después gobernador civil de Guadalajara.
Tanto el imán, como el presidente del Centro Islámico Alcarreño La Paz lanzan el mensaje a la gente de Guadalajara de que ellos no tienen nada que ver con esos radicales, a los que califican de delincuentes.
Estos mazazos emocionales generan paranoia, inestabilidad, fobias.
Recordaba hace poco Carmelo García, también economista y vicerrector de la Universidad de Alcalá, que Sampedro decía que él estaba “con los de mañana”.
Las administraciones madrileñas llevan a cabo lo que el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, no quiso hacer.
La pequeña ciudad, igual que nuestros pueblos, se adormece durante el resto del año, aunque haya un cierto turismo los fines de semana.
El hábito es el digno vestido con el que uno se identifica, generalmente para desempeñar una profesión. El disfraz es lo contrario.
Los partidos políticos han contribuido a hacer invisible la vinculación de estos grandes principios originales y antiguos con la ciudadanía de hoy.
La asistencia de gente demuestra que sigue tirando y mucho tanto la misa y posterior procesión del patrón como la celebración de encierros y sueltas de reses.
En la entrevista que le hice en 1985, que recogí en el libro Alcarreños de la Transición ya le califiqué de “Profeta en su tierra”.