Cerca de sesenta inmigrantes aprenden español en dos iglesias de Azuqueca

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: DIANA PIZARRO
Un total de 58 inmigrantes residentes en Azuqueca de Henares acuden semanalmente a las iglesias de La Santa Cruz y de San Miguel para recibir gratuitamente clases de español. El primer templo fue el que, hace dos años, empezó a desarrollar esta iniciativa, de manos de Gregorio García Villaoslada, quien durante 27 años fue juez de paz del municipio.
“La idea surgió a raíz de comprobar las exigencias para con los inmigrantes, y la necesidad que tienen de aprender el idioma”, explica Gregorio, quien aunque nunca se ha dedicado de manera profesional a la enseñanza “sí lo he hecho de manera excepcional”. Una vez comprobado ese vacío, este vecino de Azuqueca se puso en contacto con los responsables de Cáritas de la iglesia de la Santa Cruz, donde pusieron a su disposición una sala, “que era el antiguo asilo de ancianos de la parroquia”, explica.
Las clases en la Santa Cruz tienen lugar tres días a la semana divididas por niveles. El más bajo se reúne los lunes, miércoles y viernes de 16.00 a 17.00 horas, mientras que el avanzado es de 17.00 a 19.00 horas. Sin embargo, viendo la demanda de este servicio gratuito, Gregorio García optó por extenderlo a la iglesia de San Miguel hace apenas unas semanas. Allí, los inmigrantes acuden los martes, jueves y sábados de 10.00 a 12.00 horas. En cuanto al número de usuarios, este profesor no se siente abrumado, “pues nunca vienen todos al mismo tiempo, ya que dependen del tiempo libre que les deje el trabajo u otros quehaceres”.
A los cursos asisten inmigrantes de diversas nacionalidades, como de Rumanía, Polonia, Nigeria, Somalia, Senegal, Mauritania, Camerún..., cada uno de ellos con distintas particularidades a la hora de aprender el español. “En general me apaño bien aunque hablen muy poquito, pues con el lenguaje de las manos y el diccionario se entiende todo el mundo”. Gregorio cuenta con la ayuda de otros dos voluntarios.
La eficacia de este servicio se va extendiendo por el “boca a boca” entre la población inmigrante del municipio, aunque son muchos los que entran en contacto con Gregorio García a raíz de haber solicitado ayudas a Cáritas. “No es una condición sine qua non”, reconoce, pero muchos nos conocen cuando vienen a recoger una bolsa de alimentos”.
Después de dos años de clases, el pasado mes de diciembre se realizó en La Santa Cruz una ceremonia de entrega de diplomas para los alumnos “más aventajados”. “Espero que en poco tiempo podamos celebrar más graduaciones de este tipo”, apunta el profesor.