Cientos de guadalajareños se apostaron a las puertas de la iglesia de San Nicolás para ver la salida de Jesús Nazareno

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: VIRGINIA BODEGA
SEMANA SANTA- PROCESIÓN DEL JUEVES
Jesús Nazareno inició ayer su camino hacia la cruz con el respaldo de sus fieles, los hermanos de la Cofradía de la Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno, así como el de cientos de guadalajareños que siguieron la procesión, a pesar de la fría tarde, desde San Nicolás.
Jesús Nazareno salía a la plaza del Jardinillo, portado desde el interior de la parroquia de San Nicolás por sus 32 cargadores. Fue uno de los momentos de mayor expectación de esta procesión, la que protagoniza la Cofradía de la Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno cada Jueves Santo, pues los hermanos tienen que desplazar la imagen del Nazareno de rodillas, dado que su altura no permite que la salida se pueda realizar con los cofrades levantados. Además, la salida del templo consta de varios escalones, lo que complica aún más la operación, aunque los cargadores sortearon los obstáculos, un año más, a la perfección, ganándose los aplausos de los cientos de alcarreños congregados en torno a la portada principal de San Nicolás, que reconocieron la labor de los costaleros cuando éstos se pusieron en pie, maniobra nada sencilla dado el peso que cada uno soportaba.
La tradicional túnica morada del Nazareno resaltaba aún más en la tarde de ayer, dado que su imagen se erigía sobre una alfombra de claveles rojos, como rojas eran las rosas que portaba delante en un inmenso ramo. Al sonar de los tambores, los cargadores comenzaron a girar la imagen del titular de la Cofradía, con leves movimientos, milimétricamente coordinados y acompasados por sus propios palos –cada cargador portaba el suyo–, para encarar la figura esbelta de Jesús Nazareno hacia la calle Mayor en dirección bajada, para luego tomar la calle Alfonso López de Haro, por donde continuó la procesión, que fue seguida por cientos de fieles guadalajareños. Junto a ellos, todos los componentes de la procesión, los miembros participantes de la Cofradía de la Esclavitud de Jesús Nazareno, en sus lugares correspondientes flanqueando y protegiendo a su titular, perfectamente ordenados. También caminaron tras el Nazareno seis damas de mantilla, una de ellas, visiblemente emocionada, incluso emprendió el paso con lágrimas en los ojos.

Un largo caminar
Sólo entonces comenzó el largo periplo del Nazareno por las calles de la capital con el siguiente recorrido: calle San Bartolomé, calle Benito Chávarri, plaza de San Esteban, calle de San Esteban, travesía de San Miguel, cuesta de San Miguel, plaza Beladíez, calle Exposición, plaza Moreno y calle Condesa de la Vega del Pozo, zona toda esta, que el Nazareno pudo ver, por primera vez, totalmente renovada, después de las obras de rehabilitación que esta parte del casco histórico ha sufrido en el último año. En este punto, la procesión regresó a la calle Mayor, llegó a la plaza de Santo Domingo, siguió por la calle Capitán Boixareu Rivera, el Asilo de Ancianos, la calle Padre Félix Flores, calle Virgen del Amparo, de nuevo plaza de Santo Domingo, calle Mayor otra vez y de nuevo la plaza del Jardinillo, donde la imagen del Nazareno, cerca de dos horas después, regresó a su iglesia, San Nicolás el Real.
Los cofrades de Nuestro Padre Jesús Nazareno, este año un total de 480, como es tradición en Jueves Santo, vestían anoche su hábito color morado, su capa blanca, el capirote también morado, un cíngulo dorado, cordón amarillo, al igual que la botonadura, luciendo, además, su escudo y su escapulario identificativos. Fueron acompañados, también como es costumbre, por su banda de tambores, un elemento de gran importancia en la procesión dado que imprime el ritmo y el paso a la misma, dotándola de gran solemnidad.