Cientos de personas disfrutaron de un completo XII Mercado Medieval de Tamajón
01/10/2010 - 09:45

Por: BORJA TORRE. GUADALAJARA
Cuentos, magia, malabares, aves rapaces, armas antiguas, batallas, artesanía y un largo etcétera fue lo que se encontraron las personas que decidieron visitar ayer Tamajón en su XII Mercado Medieval. Las calles principales del pueblo se vieron abarrotadas de público que quiso disfrutar del extenso programa que el Ayuntamiento organizó en honor a los tiempos pasados.
Tamajón revivió de nuevo los tiempos de la Edad Media en la celebración de su XII Mercado Medieval, que congregó a cientos de personas por las calles principales del pueblo durante un día en el que se sucedieron nubes y claros.
La gran participación fue la nota más destacada. Personas de todas las edades iban llegando a lo largo del día, listas para disfrutar del más que completo programa de actos que el Ayuntamiento de la localidad había preparado. Da gusto ver así el pueblo, es una maravilla. Yo creo que vamos superándonos años tras año, comentó el alcalde de Tamajón, Eugenio Esteban. La calle del poeta José María Alonso Gamo y la Plaza fueron los lugares en los que se concentró la mayor parte de la acción, sin olvidar la explanada frente a la iglesia.
Entre los rincones de la calle principal del pueblo se podía encontrar desde un cuentacuentos explicando sus historias a los más pequeños o un mago mostrando sus trucos, hasta un herrero o un escultor ya fuese de madera o de piedra haciendo gala de sus habilidades. Además, a ambos lados se concentraban los puestos en los que se vendían desde collares y baratijas hasta vino o miel, así como muchos otros productos artesanales. El olor a la comida de siempre invitaba a hacer un alto en el camino y reponer fuerzas, mientras que los Gaiteros Mirasierra amenizaban el día con sus melodías tradicionales y varios malabaristas deleitaban a quienes se paraban a mirarles.
En la Plaza, por su parte, los principales protagonistas eran los animales. Una gran jaula contenía a aves rapaces como halcones, águilas o búhos, mientras que otros animales tenían sus propios espacios. Igualmente, fue el espacio de algunas actuaciones, como un baile de danza del vientre que dejó a todo el público boquiabierto. Por otro lado, dentro del Ayuntamiento se encontraba una exposición de antiguas armas e instrumentos de tortura, en la que más de uno se sorprendió de las utilidades de algunas de ellas.
Campamento militar
Frente a la iglesia estaba desplegado un campamento militar perfectamente ambientado, con sus tiendas, sus estandartes y sus armas, en el que los caballeros realizaron las demostraciones de combates y batallas. Los niños disfrutan mucho con los talleres de caballeros en los que pueden aprender como luchaban en la época, destacó el primer edil. Ese también fue el lugar elegido para la exhibición de vuelo de las rapaces, que sobrevolaban las cabezas de los asistentes.
Esta fiesta se realiza porque tenemos un documento de 1259, el cuarto más antiguo de la provincia, en el que Alfonso X el Sabio concedía como día de mercado al martes. Luego tenemos otro del 1600 que lo ratifica y otro posterior del 1800, finalizó Esteban.
Sin miedo al lince
Los animales destacaron sobremanera en el XII Mercado Medieval de Tamajón, ocupando el lugar principal en la Plaza de la localidad. De entre ellos, un joven lince ibérico fue objeto de todas las miradas, ya cuando estaba en su jaula. No obstante, en el momento en el que su cuidador lo sacó a dar un paseo, todo el mundo pudo advertir la docilidad y la nobleza de este animal tan español. Incluso los más pequeños se atrevieron a acercarse a él y acariciarlo sin ningún temor.
La gran participación fue la nota más destacada. Personas de todas las edades iban llegando a lo largo del día, listas para disfrutar del más que completo programa de actos que el Ayuntamiento de la localidad había preparado. Da gusto ver así el pueblo, es una maravilla. Yo creo que vamos superándonos años tras año, comentó el alcalde de Tamajón, Eugenio Esteban. La calle del poeta José María Alonso Gamo y la Plaza fueron los lugares en los que se concentró la mayor parte de la acción, sin olvidar la explanada frente a la iglesia.
Entre los rincones de la calle principal del pueblo se podía encontrar desde un cuentacuentos explicando sus historias a los más pequeños o un mago mostrando sus trucos, hasta un herrero o un escultor ya fuese de madera o de piedra haciendo gala de sus habilidades. Además, a ambos lados se concentraban los puestos en los que se vendían desde collares y baratijas hasta vino o miel, así como muchos otros productos artesanales. El olor a la comida de siempre invitaba a hacer un alto en el camino y reponer fuerzas, mientras que los Gaiteros Mirasierra amenizaban el día con sus melodías tradicionales y varios malabaristas deleitaban a quienes se paraban a mirarles.
En la Plaza, por su parte, los principales protagonistas eran los animales. Una gran jaula contenía a aves rapaces como halcones, águilas o búhos, mientras que otros animales tenían sus propios espacios. Igualmente, fue el espacio de algunas actuaciones, como un baile de danza del vientre que dejó a todo el público boquiabierto. Por otro lado, dentro del Ayuntamiento se encontraba una exposición de antiguas armas e instrumentos de tortura, en la que más de uno se sorprendió de las utilidades de algunas de ellas.
Campamento militar
Frente a la iglesia estaba desplegado un campamento militar perfectamente ambientado, con sus tiendas, sus estandartes y sus armas, en el que los caballeros realizaron las demostraciones de combates y batallas. Los niños disfrutan mucho con los talleres de caballeros en los que pueden aprender como luchaban en la época, destacó el primer edil. Ese también fue el lugar elegido para la exhibición de vuelo de las rapaces, que sobrevolaban las cabezas de los asistentes.
Esta fiesta se realiza porque tenemos un documento de 1259, el cuarto más antiguo de la provincia, en el que Alfonso X el Sabio concedía como día de mercado al martes. Luego tenemos otro del 1600 que lo ratifica y otro posterior del 1800, finalizó Esteban.
Sin miedo al lince
Los animales destacaron sobremanera en el XII Mercado Medieval de Tamajón, ocupando el lugar principal en la Plaza de la localidad. De entre ellos, un joven lince ibérico fue objeto de todas las miradas, ya cuando estaba en su jaula. No obstante, en el momento en el que su cuidador lo sacó a dar un paseo, todo el mundo pudo advertir la docilidad y la nobleza de este animal tan español. Incluso los más pequeños se atrevieron a acercarse a él y acariciarlo sin ningún temor.