Cirugía maxilofacial en el Hospital de Guadalajara

07/01/2022 - 09:24 Redacción

Más de 30 pacientes se han beneficiado ya en Guadalajara del uso de la reconstrucción tridimensional para mejorar los resultados en cirugía maxilofacial

Más de 30 pacientes se han beneficiado ya en Guadalajara de las ventajas que ofrece el uso de la impresión en tres dimensiones para la mejora de los resultados en cirugías maxilofaciales.

La sección de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital de Guadalajara lleva más de dos años utilizando la recreación virtual y la reproducción tridimensional de los huesos faciales de los pacientes para facilitar las intervenciones y el ajuste de placas personalizadas en cirugías para el tratamiento de fracturas faciales y reconstrucciones motivadas por problemas oncológicos, entre otras intervenciones. 

La reconstrucción tridimensional y la planificación virtual de estas cirugías se utiliza desde hace tiempo en casos muy seleccionados, si bien el propio servicio viene creando desde 2019 modelos tridimensionales de la estructura facial de los pacientes. Estas técnicas se emplean cada vez más al facilitar las cirugías y el ajuste de las placas empleadas en las mismas, y todo ello garantiza además mejores resultados en estas intervenciones.

El doctor José Antonio García de Marcos, facultativo del servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital de Guadalajara, ha detallado que, a partir de los archivos de las pruebas de imagen, especialmente los TC (tomografías computarizadas) y mediante distintos programas informáticos se obtienen archivos en tres dimensiones de los huesos de los pacientes que posteriormente se imprimen en el propio servicio. 

Estos modelos son empleados sobre todo en el tratamiento de las fracturas de los huesos faciales, y permiten disminuir el tiempo de quirófano y aumentar la precisión de la cirugía. Como ha explicado el doctor García de Marcos, “podemos preformar previamente las placas y las mallas de titanio que empleamos en el quirófano”.

Asimismo, ha señalado que “en los casos en los que las fracturas no están desplazadas o tienen un mínimo desplazamiento, “directamente moldeamos estas placas y mallas de titanio sobre la recreación del hueso del paciente”.

En los casos en los que existe mucho desplazamiento de las fracturas, se pueden separar los diferentes fragmentos óseos y operar al paciente de manera virtual en nuestra consulta, moldeando así las placas, o bien crear un modelo tridimensional del otro lado (el lado sano o no fracturado) usando un programa informático. Este modelo se emplearía para preformar las placas que posteriormente se utilizan en el quirófano. 

Mediante el uso de estos modelos se consigue reducir el tiempo de quirófano y se aumenta la precisión de las cirugías.

Otra ventaja es que pueden emplearse en cirugías en las que el abordaje y exposición de las fracturas es limitado por su localización, como sucede con las fracturas de órbita. “El hecho de disponer de mallas de titanio preformadas a medida para cada paciente facilita la cirugía, aumenta la precisión y mejora los resultados”, ha apuntado el doctor José Antonio García de Marcos. Esta técnica ha sido aplicada en diez pacientes con este tipo de fracturas con excelentes resultados.

Otro de los usos principales de estos modelos es el tratamiento de pacientes oncológicos con cáncer de cabeza y cuello con afectación de la mandíbula. En estos pacientes a veces es necesario realizar una resección o extirpación completa de la mandíbula, dependiendo de cómo afecte el cáncer al hueso. 

Para preservar la forma de la mandíbula, tras la resección se emplean placas de reconstrucción de titanio para las que se emplea como molde la mandíbula del paciente, y “el hecho de poder disponer del modelo en tres dimensiones de la mandíbula del paciente antes de la cirugía nos permite preformar previamente estas placas de titanio y disponer de ellas en la intervención, disminuyendo así el tiempo de quirófano”, según ha detallado García de Marcos. 

Una última aplicación de estos modelos sería el abordaje de tumores de cabeza y cuello y el tratamiento de patologías no oncológicas craneofaciales.

La ventaja de esta tecnología radica en la posibilidad de planificar cada caso de forma virtual y hacer una simulación de la cirugía en base a una reproducción exacta del cráneo y de los huesos faciales del paciente.