Cogolludo celebra sus tradiciones de San Isidro Labrador
La villa serrana de Cogolludo, partiendo de su condición de pueblo agrícola, celebra tradicionalmente, con gran entusiasmo, la fiesta de San Isidro Labrador. Y lo hace gracias al interés y la participación de la Asociación de Agricultores y Ganaderos local, en colaboración con la parroquia, que se encarga de sufragar y organizar los sencillos actos conmemorativos, y del Ayuntamiento.
La celebración se lleva a cabo en el entorno de la Ermita de San Isidro, que anteriormente se llamó de San Sebastián. Recibía este nombre porque era la que más cerca estaba de la torre y puerta del mismo nombre, en la antigua muralla, de entre las cinco que llegó a tener. Está en el lado derecho del camino de Cogolludo en dirección a Aleas.
Después de que el papa Gregorio XV canonizara a San Isidro, en 1622, la Ermita cambió su nombre por el del Santo labrador. Cuando en 1960 el papa Juan XXIII lo hizo patrón de los agricultores españoles, mediante bula, la celebración tomó aún más auge.
A partir de las siete de la tarde, Mauricio Muela, el párroco de Cogolludo, oficiaba la misa en la ermita, reparada con fondos europeos de Adel Sierra Norte, hace ya algo más de una década. Presidiendo la celebración estaba la talla del Santo, adornada con un bonito arco de chopo y rosas. Y para terminarla, se cantó, un año más, el himno de San Isidro.
A continuación, los labradores invitaban al pueblo a un aperitivo, a los pies de la Ermita. Generoso, este año hubo hasta un jamón.
Los organizadores prepararon la gran pira de leña, entre el mayo, de 22 metros, que preside la plaza, y el Palacio Ducal, cuando cayó la noche. Compuesta toda ella por restos de la poda municipal, se le prendía fuego en una fresca noche de primavera en la que el calor de la hoguera invitaba a arrimarse. Igualmente se aprovechaba para hacer una barbacoa, en la que no faltaron los espárragos de la tierra, chorizo y morcilla, y las ricas carnes de Cogolludo.
Ayer, día de San Isidro, la Asociación volvía a invitar al pueblo, en el mismo lugar, en la explanada frente al campo de cereal cogolludense, y se sacaba al santo en procesión, dándole tres vueltas alrededor de la Ermita, una por cada una de las tres personas de la Trinidad. Mauricio Muela bendecía los campos, este año especialmente verdes, si bien los agricultores afirmaban que vuelve a hacer falta agua ya.
La semana que viene, las previsiones apuntan a algo más de 20 litros por metro cuadrado. A ver si se cumplen, puesto que el municipio cuenta con cerca de 2000 hectáreas de labor, de las que casi la mitad podrán ser transformadas en regadío cuando finalicen las obras del regadío de Cogolludo.