Colocada la primera piedra del futuro Louvre de Abu Dhabi
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
Abrirá sus puertas en 2012 con el objetivo de crear un "museo universal" que instaure un "diálogo entre civilizaciones"
El príncipe heredero de Abu Dhabi y el presidente francés Nicolas Sarkozy protagonizaron ayer durante una sobria ceremonia el acto de colocación de la primera piedra del futuro museo del Louvre que se levantará en la isla de Saadiyat, en el emirato árabe, un proyecto concebido por el arquitecto francés Jean Nouvel que se inaugurará en 2012.
Una inmensa cúpula de acero a través de la cual se filtrará la luz, albergará los edificios cúbicos con los que Abu Dhabi busca convertirse, gracias a este emblemático 'Louvre de las arenas', en la capital cultural de las monarquías del Golfo Pérsico.
"El objetivo es llegar a constituir un museo universal que instaure un diálogo entre las civilizaciones europea, asiática y de medio oriente. El Louvre de Abu Dhabi es un proyecto en sí mismo y no es ni mucho menos una antena del Louvre de París", relata en 'Le Figaro' el presidente del Louvre, Henri Loyrette.
Su construcción se enmarca en un gigantesco proyecto cultural previsto en la isla que ocupará una superficie de 24.000 metros cuadrados en la que además del Louvre habrá un museo dedicado a la Historia de los Emiratos, otro de la Marina, una extensión del Guggenheim de Nueva York, un centro de espectáculos, 19 pabellones especializados y una zona turística.
Francia recibirá casi 1.000 millones de euros a cambio de usar el nombre de la prestigiosa institución artística, asistencia técnica, expertos y, sobre todo, préstamo de obras. En principio, el acuerdo sellado entre las partes prevé una cooperación de 30 años, aunque en diez años el Louvre de Abu Dhabi deberá tener lista su propia política de adquisición.
La iniciativa generó en su momento una fuerte ola de protestas en Francia entre quienes ven en la operación una "mercantilización de la cultura" pero el presidente del Louvre defiende, al contrario, su papel en la diplomacia cultural francesa.
Intenta también disipar los recelos de quienes temen ver los museos franceses vacíos debido a los préstamos y recuerda que tanto el Louvre como el resto de museos nacionales prestarán sus obras con arreglo a un sistema de rotación que puede ir de seis meses a dos años.
El Louvre, que presta ya entre 1.500 y 2.000 obras al año, no será el único en llevar sus obras al Emirato sino que lo harán otros como el Quai d'Orsay, el Centro Pompidou, el Quai Branly o la Biblioteca Nacional.
El número de préstamos girará en torno a los 300 e irá disminuyendo a medida que el nuevo museo vaya constituyendo su propia colección. Los préstamos finalizarán, en principio, dentro de diez años.
En cuanto a la elección de los objetos --pinturas, telas, esculturas o dibujos-- Loyrette asegura que se hará en función de un programa científico y cultural fijado cada año. "Prestaremos en función de las necesidades, las demandas o las lagunas", añade.
RESPETO A LOS TRABAJADORES
Además de los recelos del mundo cultural, el proyecto se ha tropezado con las críticas de la ONG Human Rights Watch (HRW) que acusa a las autoridades del Emirato de no respetar los derechos de los trabajadores extranjeros que realizan las obras en la isla destinada a albergar el museo.
Bill van Esveld, investigador de Human Rights Watch, se ha entrevistado con los obreros, en su mayoría llegados del sudeste asiático y señala que muchos han pagado a una agencia hasta 2.900 euros por lograr un visado de trabajo y que no ganan más de 8 dólares diarios por una jornada media de doce horas de trabajo.
"Se tiene que poner fin a estos abusos en nombre del patrimonio francés", pide el miembro de la ONG. El arquitecto Jean Nouvel prometió ser "muy vigilante" y velar por las condiciones de seguridad, de comodidad y de respeto de estos trabajadores", indica en 'Libération'.
"El objetivo es llegar a constituir un museo universal que instaure un diálogo entre las civilizaciones europea, asiática y de medio oriente. El Louvre de Abu Dhabi es un proyecto en sí mismo y no es ni mucho menos una antena del Louvre de París", relata en 'Le Figaro' el presidente del Louvre, Henri Loyrette.
Su construcción se enmarca en un gigantesco proyecto cultural previsto en la isla que ocupará una superficie de 24.000 metros cuadrados en la que además del Louvre habrá un museo dedicado a la Historia de los Emiratos, otro de la Marina, una extensión del Guggenheim de Nueva York, un centro de espectáculos, 19 pabellones especializados y una zona turística.
Francia recibirá casi 1.000 millones de euros a cambio de usar el nombre de la prestigiosa institución artística, asistencia técnica, expertos y, sobre todo, préstamo de obras. En principio, el acuerdo sellado entre las partes prevé una cooperación de 30 años, aunque en diez años el Louvre de Abu Dhabi deberá tener lista su propia política de adquisición.
La iniciativa generó en su momento una fuerte ola de protestas en Francia entre quienes ven en la operación una "mercantilización de la cultura" pero el presidente del Louvre defiende, al contrario, su papel en la diplomacia cultural francesa.
Intenta también disipar los recelos de quienes temen ver los museos franceses vacíos debido a los préstamos y recuerda que tanto el Louvre como el resto de museos nacionales prestarán sus obras con arreglo a un sistema de rotación que puede ir de seis meses a dos años.
El Louvre, que presta ya entre 1.500 y 2.000 obras al año, no será el único en llevar sus obras al Emirato sino que lo harán otros como el Quai d'Orsay, el Centro Pompidou, el Quai Branly o la Biblioteca Nacional.
El número de préstamos girará en torno a los 300 e irá disminuyendo a medida que el nuevo museo vaya constituyendo su propia colección. Los préstamos finalizarán, en principio, dentro de diez años.
En cuanto a la elección de los objetos --pinturas, telas, esculturas o dibujos-- Loyrette asegura que se hará en función de un programa científico y cultural fijado cada año. "Prestaremos en función de las necesidades, las demandas o las lagunas", añade.
RESPETO A LOS TRABAJADORES
Además de los recelos del mundo cultural, el proyecto se ha tropezado con las críticas de la ONG Human Rights Watch (HRW) que acusa a las autoridades del Emirato de no respetar los derechos de los trabajadores extranjeros que realizan las obras en la isla destinada a albergar el museo.
Bill van Esveld, investigador de Human Rights Watch, se ha entrevistado con los obreros, en su mayoría llegados del sudeste asiático y señala que muchos han pagado a una agencia hasta 2.900 euros por lograr un visado de trabajo y que no ganan más de 8 dólares diarios por una jornada media de doce horas de trabajo.
"Se tiene que poner fin a estos abusos en nombre del patrimonio francés", pide el miembro de la ONG. El arquitecto Jean Nouvel prometió ser "muy vigilante" y velar por las condiciones de seguridad, de comodidad y de respeto de estos trabajadores", indica en 'Libération'.