Comienzan las apuestas para elegir a los cinco mejores cortos del Fescigu
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Con la tercera jornada del Festival Solidario de Guadalajara llegaron los cortometrajes favoritos de esta sexta edición, poniéndo cada día más complicada la elección de las cinco mejores cintas. Un día marcado por la crudeza de los documentales proyectados dentro de la Sección ONG y Cine Comprometido, y nuevamente por el homenaje al director Vicente Aranda, que a pesar de su ausencia en el día de ayer, fue recordado por todos con la proyección de dos de sus películas, Técnicas para un golpe de Estado y Tiempo de silencio.
Aunque aún con la resaca espiritual que se vivió en la jornada del pasado miércoles, fruto del polifacético lama Thubten Wangchen, que sin lugar a dudas ha dejado su sello en Guadalajara, la relativa normalidad regresó a la sexta edición del Festival de Cine Solidario de Guadalajara durante el día de ayer. Volvían a la palestra una vez más secciones como la Sección ONG, que se encargaba de iniciar nuevamente la tarde cinéfila con la proyección de tres documentales pertenecientes a AMREF, Resistentes por la paz y Cives Mundi, ésta última con una cinta de Jaime Díaz que mostró el trabajo de esta agrupación soriana para intentar atajar la enfermedad del sida en Kenia y Tanzania. Una cruda realidad que viene a sensibilizar los corazones solidarios de los espectadores, y que viene a compartir labor con las siete ONG apostadas en el hall del teatro, que durante estos días se afanan por hacer llegar a cuanta más gente posible información sobre los proyectos que desarrollan en las más diversas partes del mundo y que se han convertido en un punto de obligado encuentro durante los descansos entre las secciones.
Igualmente comprometida fue la única cinta que se emitió dentro de la Sección de Cine Comprometido, En un segundo, a la que se encargó de dar paso el propio director del documental en cuestión, Tomás Martínez.
Tras él, se sucedería nuevamente la Sección Oficial de Cortometrajes, aunque con una significativa puntualización. La sesión de ayer encerraba los mejores cortos presentados a este Fescigu, a saber, 18 segundos, Hererosexuales y casados y Miente, tres cintas que aspiran y prometen a llevarse uno de los cinco premios del Fescigu. Con la Sección Oficial volvieron a repetirse los momentos de votación popular, que en el día anterior ya alcanzaron un buen porcentaje de parcitipación, con algo más de 200 papeletas.
Tras ella, volvería una vez más el homenaje a Vicente Aranda, aunque esta vez sin la presencia física del director. En esta ocasión, se proyectaron dos de sus películas, Técnicas para un golpe de Estado, la única cinta del cineasta que podría considerarse como cortometraje y que ahonda en el anarquismo; y Tiempo de Silencio, la primera película en que Imanol Arias formaría parte de su equipo actoral y al que acompaña el inolvidable Paco Rabal.
El doblete cinematográfico acabaría una jornada maratoriana en el que se empiezan a perfilan los mejores trabajos.
Igualmente comprometida fue la única cinta que se emitió dentro de la Sección de Cine Comprometido, En un segundo, a la que se encargó de dar paso el propio director del documental en cuestión, Tomás Martínez.
Tras él, se sucedería nuevamente la Sección Oficial de Cortometrajes, aunque con una significativa puntualización. La sesión de ayer encerraba los mejores cortos presentados a este Fescigu, a saber, 18 segundos, Hererosexuales y casados y Miente, tres cintas que aspiran y prometen a llevarse uno de los cinco premios del Fescigu. Con la Sección Oficial volvieron a repetirse los momentos de votación popular, que en el día anterior ya alcanzaron un buen porcentaje de parcitipación, con algo más de 200 papeletas.
Tras ella, volvería una vez más el homenaje a Vicente Aranda, aunque esta vez sin la presencia física del director. En esta ocasión, se proyectaron dos de sus películas, Técnicas para un golpe de Estado, la única cinta del cineasta que podría considerarse como cortometraje y que ahonda en el anarquismo; y Tiempo de Silencio, la primera película en que Imanol Arias formaría parte de su equipo actoral y al que acompaña el inolvidable Paco Rabal.
El doblete cinematográfico acabaría una jornada maratoriana en el que se empiezan a perfilan los mejores trabajos.