Cospedal anuncia que las máquinas empezarán a trabajar la semana que viene en el Parador

16/03/2015 - 18:33 Javier Pastrana Margüenda

La presidenta de la región, María Dolores Cospedal, acudió a Molina de Aragón para presentar el proyecto del Parador y el inicio inminente de los trabajos. “Va a ser la semana que viene cuando veamos las primeras máquinas operando en Molina de Aragón para el Parador”, aseguró la presidenta tras recordar que estas instalaciones son “un símbolo del reconocimiento de lo que hicieron 11 personas por nuestro medio ambiente” y del trabajo que realizan los molineses para sacar adelante su tierra. El ministro de Industria y Turismo, José Manuel Soria, también acudió al acto y se mostró convencido de que Molina de Aragón, con la construcción de estas instalaciones, “aparece como una de las fortalezas del sector turístico en España en lo que respecta al turismo cultural e histórico”. Y no menos feliz se mostró el alcalde de la localidad, Jesús Herranz, quien apuntó que “nunca se hizo en nuestra tierra una inversión tan importante, más de 3.000 millones de pesetas”. En el Parador de Turismo, aseguró, “tenemos los molineses depositadas también nuestras ilusiones, pues sabemos que traerá actividad económica, empleo y que será el inicio de un futuro mejor”.
Cospedal destacó que el edificio estará integrado en el entorno
La arquitecta del Parador, Pilar González, explicó que se ha desarrollado “un establecimiento hotelero de importantes dimensiones, en un entorno marcadamente rural” en el que prevalece el castillo de Molina de los Caballeros. Por eso “el edificio se concibe como un mirador hacia el castillo”, algo que han resaltado construyendo “un pequeño mirador en la zona norte”. Además, se ha diseñado pensando en evitar “que su tamaño distorsione o compita con su entorno”, por lo que tiene una “altura reducida, predominio de la horizontalidad” y se han escogido materiales que armonicen con el entorno. “Se concibe una fachada básicamente plana, con aspecto murario y composición de huecos verticales”. La actuación implica urbanizar una parcela de 14.000 metros cuadrados en la que, además del propio Parador, habrá zonas aterrazadas, accesos pavimentados y otros espacios. El edificio tiene una superficie superior a los 6.500 metros cuadrados que se distribuyen en tres plantas. La planta inferior, dedicada a la restauración, cuanta con 3.200 metros cuadrados. En ella existe un restaurante de diario con 150 metros cuadrados y capacidad para 75 personas; un restaurante de desayunos con 130 metros cuadrados; y dos salones multiusos de 150 y 130 metros cuadrados. El espacio total es de uno 570 metros cuadrados y su capacidad de entre 300 y 500 personas. Además, cuenta con una cocina de 300 metros cuadrados dotada de todas las instalaciones, lavandería y zona de personal. La planta en la que se accede al edificio tiene 2.000 metros cuadrados. Y la planta primera tiene 1.400 metros cuadrados construidos. La recepción es un espacio que enmarca las impresionantes vistas y las habitaciones se desarrollan en dos plantas de manera longitudinal. La estandar tienen una superficie de 30 a 40 metros cuadrados y las suite unos 70. “Estas habitaciones se apoyan por salones de clientes que permiten una estancia cómoda y separada de los clientes no alojados, arrojando unos ratios de 300 metros cuadrados por habitación”. Y, por último, existen habitaciones para discapacitados. Igualmente destacable es la existencia de una zona de bienestar cercana a los 200 metros cuadrados en la que hay recepción, vestuarios, baño turco, sauna, duchas activas, cabinas de tratamiento y una zona de relajación. “Se ha concebido un establecimiento hotelero que dialogue con su entorno y que esté dotado con los espacios y característica adecuadas para un Parador de Turismo”, terminó de explicar la arquitecta. Consciente de las críticas que ha suscitado el proyecto en la oposición, Cospedal defendió que éste es “un Parador adaptado al entorno, con los materiales del entorno, que representa un edificio moderno, pero que no parece un platillo volante en medio de Molina. Es algo de lo que vamos a estar muy orgullosos”, indicó antes de asegurar que gracias a él “Molina va a poder crear empleo”. Además, lanzó una promesa de cara al futuro al recordar que el castillo Alcazar es uno “de los más importantes que hay en nuestro país y del cual nos tendremos que ocupar también a su tiempo”. Por su parte, Soria no esquivó la cuestión sobre los retrasos que ha sufrido el proyecto. “Yo puedo responder, como responsable de la empresa Paradores, por qué hoy y no antes. Otros deberán responder porque, durante seis años, no movieron ni una piedra, aunque sí pusieron una”. Soria explicó que al llegar a Parador, “un ejemplo de buena gestión hasta el año 2004”, encontraron un déficit de 115 millones de euros. “A lo largo de este tiempo hemos estado trabajando para evitar la quiebra de uno de los símbolos del turismo en España y para poner en valor la fortaleza de uno de los grandes activos turísticos de España”.