Cuando los niños sufren las consecuencias: Servicio de Atención Psicológica a Menores

04/12/2023 - 11:58 J. PASTRANA

 

El Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha cuenta con un importante servicio de atención psicológica para atender a menores que han sido víctimas de situaciones de violencia de género. Este servicio, financiado por el Ministerio de Igualdad en el marco del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, supone un apoyo fundamental para aquellos jóvenes que han vivido una situación que fácilmente podría marcarles de por vida... Y tuvo su germen en Guadalajara.

“Nació en 2008, de un grupo de madres que estaba en la casa de acogida de Azuqueca que vio la necesidad que tenían sus hijos de recibir atención especializada. Ellas pusieron la semilla del programa que en 2015 ya terminó de asentarse en toda la región” relata Pablo Nieva, un coordinador del Servicio Asistencia Psicológica a Menores víctimas de violencia de género en C-LM.

La iniciativa se centra en proporcionar atención psicológica gratuita a menores que han sufrido violencia de género. “Estos niños sufren la violencia de uno de los progenitores o porque la presencian, o porque la sufren ellos mismos. Cuando sufres violencia por parte de quien te cuida.. eso tiene unas consecuencias devastadoras”. 

 

 

El propósito fundamental de este programa es mitigar el impacto emocional y psicológico de los episodios traumáticos que estas personas han experimentado. La intervención se caracteriza por ser especializada e individualizada, diseñada para guiar a las víctimas hacia una recuperación completa. “Si quien me tiene que cuidar me maltrata... es terrible. Vivir en un entorno de violencia, provoca problemas en la autoestima y el equilibrio emocional. Además, viven experiencias de estrés post traumático, porque el trauma se da en la relación de intimidad y eso genera desconfianza a la hora de mantener relaciones íntimas”. 

Las personas beneficiarias de este servicio son diversas: menores de 4 a 17 años que hayan quedado huérfanos de madre debido a la violencia de género; menores de 4 a 17 años que hayan estado expuestos a la violencia de género y cuyas madres estén recibiendo atención en recursos de acogida; y mujeres menores de edad, de 14 a 17 años, que sean o hayan sido víctimas de violencia de género y que estén siendo atendidas en Centros de la Mujer.

“Las consecuencias que tienen estas situaciones son distintas entre niños y niñas. Los varones suelen manifestar transtornos de conducta, conducta disruptiva, hiperactividad… lo sacan hacia fuera. Las mujeres lo enfocan hacia dentro, con depresión, ansiedad, estrés...”, explica Nieva.
El programa se adapta a las necesidades específicas de cada menor y su entorno, brindando una intervención psicológica flexible, continua y progresiva. La idea es que el apoyo sea verdaderamente efectivo y pueda contribuir al bienestar emocional y psicológico de quienes lo necesitan. “El tiempo de tratamiento  varía, pero lo normal es al menos un año”.

 

En cuanto a los resultados del programa, “están condicionados a las medidas que se tomen respecto al progenitor. En el caso en que los menores pueden romper la relación con el maltratador, cuando no hay régimen de visitas, la amplia mayoría salen adelante, pero cuando se mantiene el régimen de visitas, que es en el 60 por ciento de los casos, la situación del menor tiende a cronificarse, porque siguen sufriendo y siendo testigos de esa violencia en el ámbito familiar”. 

En este sentido, el coordinador del Servicio Asistencia Psicológica a Menores víctimas de violencia de género señala que “lo deseable sería que se aplicara la Ley de Protección de la Infancia, en la que se dice que en aquellos casos en los que se condena a un hombre por violencia de género o se ponen medidas provisionales, se recomienda suspender el régimen de visitas con el progenitor”.  Sin embargo, la misma Ley abre la puerta a no cumplir esta medida al señalar que no será aplicable cuando el beneficio del menor aconseje mantener el régimen de visitas. “Mantener o no ese régimen de visitas afecta directamente al proceso con el menor, que puede pasar de un año de tratamiento, como mínimo, a alargarse durante varios años o cronificarse”. 

 

La inclusión en este programa se realiza a través de un informe de derivación que proviene de los Centros de la Mujer de Castilla-La Mancha o de los Recursos de Acogida de la misma comunidad. Este enfoque garantiza que las personas que más requieren este apoyo tengan acceso a él de manera oportuna y eficiente.

En cuanto a la ubicación y horario de prestación del servicio, el Servicio de Asistencia Psicológica a Menores Víctimas de Violencia de Género esta disponible en varios municipios de las cinco provincias de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. En el caso de la provincia de Guadalajara las atenciones se llevan a cabo en Guadalajara capital y Molina de Aragón. En lo que va de año, ya han sido 49 los menores de la provincia que han tenido que recibir asistencia en este servicios. A nivel regional, la cifra se dispara hasta los 385 niños y niñas. “Uno de los objetivos principales del tratamiento es ayudar a que se recuperen del estrés posttraumático”, pero la actuación de este servicio también persigue “romper esos roles de género que los jóvenes  han visto en su familia. Es un trabajo preventivo para ayudar a que se alejen de esas conductas violentas de sometimiento”, algo que no siempre es fácil porque, tal y como recuerda Pablo  Nieva: “Quien más poder tiene en la construcción de la personalidad de los hijos es la familia”. 

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