Dávalos regaló una noche de sorpresas a 80 jóvenes que se participaron en una velada

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: Redacción
La Biblioteca Pública de Guadalajara celebró ayer la tercera edición de su particular versión de una ‘noche en blanco’, una propuesta para pasar una madrugada diferente incluida en el programa de actividades conmemorativas del Día del Libro. Ochenta jóvenes de entre 14 y 25 años de edad tuvieron el privilegio de compartir una velada llena de sorpresas y de emociones, de cenar a mesa puesta en un palacio del siglo XVI, de asistir a representaciones teatrales, escuchar música en directo, comentar su opinión sobre distintas lecturas o conocer estancias de la Biblioteca que habitualmente se encuentran cerradas al público.
Quién no ha soñado alguna vez con colarse en un misterioso edificio que respira historia por sus paredes y acceder, sin que nadie lo impida, hasta el último de sus recodos. Este pequeño sueño estuvo anoche al alcalce de unos pocos afortunados, 80 jóvenes de entre 14 y 25 años de edad, que experimentaron una convivencia de unas horas, desde las seis de la tarde del sábado hasta la madrugada, con el Palacio de Dávalos, sede de la Biblioteca Pública de Guadalajara, abierto para ellos solos.
Al estilo de las madrileñas ‘noches en blanco’, gracias a las cuales la capital nacional se convierte, por una noche, en punto de atracción cultural para miles de noctámbulos, la Biblioteca Pública de Guadalajara quiso realizar su propia versión de una ‘noche en blanco’ centrada en su mayor exponente en materia de cultura. La primera convocatoria fue para padres y sus hijos pequeños, convirtiéndose en todo un éxito, mientras que la segunda sesión se reservó sólo para adultos. Cada una de ellas fue ideada para sorprender y agradar a sus participantes. El éxito fue tal que la Biblioteca no dudó en organizar otra Noche en Blanco, en esta ocasión dirigida a los más jóvenes.
Uno de los secretos del éxito de esta propuesta cultural reside en su carácter intimista. Permitir la participación de un grupo reducido de personas es garantía para que cada experiencia se viva con la intensidad necesaria, sin distracciones ni aglomeraciones. Por este motivo, el pequeño grupo de participantes llegó hasta Dávalos hacia las seis de la tarde, donde tuvieron oportunidad de tomar el primer contacto antes de enfrentarse al esmerado programa de actividades confeccionado desde la Biblioteca. En su caso, las bibliotecarias decidieron proponerles talleres relacionados con lectura de cómics, hip-hop, decoración corporal con henna, fotografía digital o escritura creativa, pensando en la edad de los participantes.
Hacia las 21.00 horas, los jóvenes se reunieron en el patio central junto a los organizadores de la Biblioteca para reponer fuerzas. Mientras los participantes podían degustar el menú informal confeccionado para la ocasión, el ambiente se llenó de música de percusión como acompañamiento. Posteriormente, los jóvenes participaron en a una puesta en común sobre las lecturas de cómic que se llevaron en préstamo.
Como en otras ocasiones, la colaboración de compañías como Fuegos Fatuos o Ultramarinos de Lucas sirvió para que el teatro también estuviera presente en el acto.
Además, los participantes se dividieron en grupos para iniciar un recorrido por la Biblioteca fuera de lo común, visitando las estancias que están cerradas al acceso público y descubriendo una perspectiva de Dávalos muy diferente.
Al cierre de esta edición, los participantes continuaron celebrando una noche llena de detalles inesperados pensados para ellos.

La anterior ‘noche en blanco’
Recientemente, un grupo de aproximadamente 70 vecinos de Guadalajara participó en la denominada ‘noche de la biblioteca para adultos’, compartiendo cena, baile y nuevas sensaciones en uno de los actos que formaron parte de la celebración del Día del Libro de 2008. El secretismo sobre su desarrollo fue máximo y hasta el comienzo de la fiesta los noctámbulos sólo sabían que debían llevar saco, esterilla, linterna, plato para compartir y un regalo literario. En esta ocasión la fiesta comenzó a las nueve. La sala de lectura fue el escenario de una suculenta cena colectiva, mientras que el patio central acogió un baile y la actuación de un grupo de música. Sobre la una de la noche, los asistentes se dividieron en tres grupos para descubrir los recodos más desconocidos de la sede bibliográfica, con el añadido de la noche y la representación de piezas teatrales. Así, Fuegos Fatuos actuó en el depósito, mientras que Ultramarinos de Lucas hizo lo propio en el almacén y los Hermanos Parcela en las oficinas de la sede bibliográfica. Al amanecer, los participantes tomaron un desayuno basado en chocolate con dulces en la sala de estudio, resistiéndose a admitir que había llegado el fin de la velada.
Aquellos que se han quedado con ganas pueden estar atentos ya que la Biblioteca no descarta realizar nuevas convocatorias de ‘noches en blanco’.