De las Heras critica que la urbanización del Fuerte lleva un retraso de 28 meses
01/10/2010 - 09:45
Por: BEATRIZ PARIENTE
URBANISMO
Considera que la demora puede perjudicar a los compradores de las viviendas del sector
El concejal de Urbanismo, Juan Antonio De las Heras, echó mano del calendario para criticar, ayer, el retraso acumulado de 28 meses en las obras de urbanización del Fuerte de San Francisco.
A juicio del teniente de alcalde, el plazo máximo para la realización de estos trabajos, según se refleja en el convenio que se firmó en noviembre de 2004, era de 36 meses, es decir, de manera que se ha sobrepasado en 28 meses el término de la puesta a punto de este nuevo desarrollo.
Las consecuencias menos deseables de este retraso son, según el concejal, que el retraso en la urbanización perjudicará notablemente a las diferentes promociones de viviendas de protección que se están construyendo y, en especial, a una, la R-3, cuyos trabajos están muy avanzados y es previsible que la firma de escrituras y posterior entrega de llaves tenga lugar en julio.
De hecho, hasta que la Junta de Comunidades, promotora de la iniciativa, no concluya la urbanización de los terrenos no será posible que el Ayuntamiento capitalino recepcione las obras ni que conceda a los primeros inquilinos la licencia de primera ocupación, lo que provocará que muchos ciudadanos tengan su casa ya este verano, estén pagando su hipoteca y no puedan vivir en ella como consecuencia de la nefasta gestión de la Junta de Comunidades, señala De las Heras.
Por su parte, De las Heras señaló que tienen absoluta disposición para avanzar y adjudicar la licencia de primera ocupación cuanto antes, pero precisó que albergaba sus dudas con respecto a que se pudieran subsanar todos los problemas que padece hoy en día el sector, unos de mayor envergadura, como es la falta de la conexión rodada de Francisco Aritmendi y Velázquez Bosco y la prolongación de la calle Chorrón, y otras de menor calado, como las deficiencias halladas en la jardinería, mobiliario, pavimentación, etc.
Los mínimos
De las Heras indicó ayer cuáles debían ser las exigencias mínimas para que el Ayuntamiento pueda proceder a firmar la recepción parcial del sector. Estas serían que las redes de abastecimiento y saneamiento, y el servicio de luz y gas funcionen en plenas condiciones, ya que sólo con estas condiciones básicas se garantizaría que los nuevos vecinos pueden acceder a sus viviendas sin precariedad.
Las consecuencias menos deseables de este retraso son, según el concejal, que el retraso en la urbanización perjudicará notablemente a las diferentes promociones de viviendas de protección que se están construyendo y, en especial, a una, la R-3, cuyos trabajos están muy avanzados y es previsible que la firma de escrituras y posterior entrega de llaves tenga lugar en julio.
De hecho, hasta que la Junta de Comunidades, promotora de la iniciativa, no concluya la urbanización de los terrenos no será posible que el Ayuntamiento capitalino recepcione las obras ni que conceda a los primeros inquilinos la licencia de primera ocupación, lo que provocará que muchos ciudadanos tengan su casa ya este verano, estén pagando su hipoteca y no puedan vivir en ella como consecuencia de la nefasta gestión de la Junta de Comunidades, señala De las Heras.
Por su parte, De las Heras señaló que tienen absoluta disposición para avanzar y adjudicar la licencia de primera ocupación cuanto antes, pero precisó que albergaba sus dudas con respecto a que se pudieran subsanar todos los problemas que padece hoy en día el sector, unos de mayor envergadura, como es la falta de la conexión rodada de Francisco Aritmendi y Velázquez Bosco y la prolongación de la calle Chorrón, y otras de menor calado, como las deficiencias halladas en la jardinería, mobiliario, pavimentación, etc.
Los mínimos
De las Heras indicó ayer cuáles debían ser las exigencias mínimas para que el Ayuntamiento pueda proceder a firmar la recepción parcial del sector. Estas serían que las redes de abastecimiento y saneamiento, y el servicio de luz y gas funcionen en plenas condiciones, ya que sólo con estas condiciones básicas se garantizaría que los nuevos vecinos pueden acceder a sus viviendas sin precariedad.