De nuevo, Semana Santa

19/04/2019 - 19:24 Pedro Villaverde Martínez

Cada día trae su afán y cada momento puede ser propicio para vivir el sentimiento religioso por más que se encuentre en uno u otro lugar. 

Oh tempora!, ¡oh mores!, que dirían los latinos. Antes la Semana Santa era un tiempo de mayor oración reflexión y recogimiento en el que eran suprimidos ciertos, o casi todos, los ahora llamados eventos de diversión. Por supuesto que a la gran mayoría de ahora parecería fuera de traste aquellas costumbres y formas de vivirla, incluso a los más entusiastas. Ahora es más una semana de vacaciones que santa. La playa o la montaña son los lugares de distracción preferidos para muchos. Otros se quedan todavía en su ciudad o marchan a sus pueblos donde esos días son vividos con intensidad religiosa. Ahora son más los que las toman, según hemos dicho, como unos días más de descanso. No faltan quienes se suman y en gran número a las celebraciones religiosas, aunque las alternen con otras formas de diversión antes prácticamente prohibidas. Escribimos de estas cosas porque queremos constatar realidades, y porque nos parece que pueden celebrarse estos días de manera fervorosa aunque  de manera acorde a los tiempos que vivimos. Nos acordamos aquí de Santa Teresa cuando dicen que afirmaba que un santo triste era un triste santo. La tristeza que solía rodear a estos días santos era, o parece, un tanto exagerada. Estamos seguros que son muchos los que allí donde pasen estos días, si son creyentes, tendrán sus momentos para la celebración religiosa, aunque luego la alternen con tiempo para ese ocio. Cada día trae su afán y cada momento puede ser propicio para vivir el sentimiento religioso por más que se encuentre en uno u otro lugar. Habrá quienes vayan a ver esas interminables procesiones que con tanto fervor realizan en casi todos los lugares de nuestra geografía, y otros que encontrarán en sus pueblos y costumbres el retiro que desean. No queremos comparar tiempos, ni costumbres y mucho menos enfrentarlos como buenos o malos. Son tiempos distintos y costumbres diferentes, aunque el sentimiento religioso puede y de hecho estará en ambos. Bueno es, no obstante, que sean días para los cristianos de un mayor recogimiento, como nos indica nuestra Iglesia. Para los que salen fuera que la carretera les sea propicia, y para todos que sirvan de descanso para el cuerpo y salud para el espíritu. A todos feliz Semana Santa.