De Pastrana al cielo de la publicidad gracias a los ‘Óscars’ del diseño gráfico

20/02/2020 - 11:14 D. Pizarro

Mónika Teruelo ha recibido dos premios CLAP por sendos trabajos de diseño encargdos desde Pastrana, un folleto institucional y un paquete de gachas instantáneas.

El diseño, al parecer, es como un guiso: requiere tiempo y amor. Así de claro lo tiene Mónika Teruelo, una diseñadora gráfica todoterreno que ha navegado por todas las aguas del sector. Fue maquetadora en un diario y actualmente es su propia jefa en su estudio de comunicación gráfica, Dynamai, ubicado en Zamora. Ello le permite compaginar esta faceta artística con la de maquilladora de lo que se conoce como belly painting, es decir, dibujar en las barrigas de las embarazadas. 

Pero ha sido su buen hacer en el diseño gráfico lo que ha llevado a esta mujer zamorana a tocar el cielo. Y es que dos de sus últimas obras han sido galardonadas en los prestigiosos CLAP, premios internacionales de Diseño, Branding y Comunicación que reconocen los mejores trabajos de los profesionales del diseño gráfico de Latinoamérica, Estados Unidos, Brasil, España y Portugal. Y, casualidades de la vida, o no, las dos obras tienen como protagonista a Pastrana.

 

 

La primera, titulada Pastrana villa ducal –Mejor folleto paginado–, es un librito institucional de turismo “que hace viajar al lector a través de la fascinante historia de la ducal villa de Pastrana, residencia de grandes personajes de la historia, como la Princesa de Éboli y Santa Teresa de Jesús en la época del Renacimiento Español, estilo artístico en el que se inspira cada página”. Reconoce Mónika Teruelo que este tipo de trabajos requiere “mucha investigación”, lo que, por otro lado, disfruta, al ser una enamorada de la historia. 

 

 

El otro premio se lo llevó su producto titulado El cenador de las monjas –Mejor ilustración aplicada al packaging–, un encargo del restaurante del mismo nombre que se encuentra en la villa ducal. Se reconoció, en este caso, el packaging, más concretamente el diseño con el que se presenta el envoltorio, una cajita de cartón para las gachas manchegas de este establecimiento. Sin embargo, la idea va más allá de la fórmula instantánea de esta receta. Se ha buscado crear una marca para comercializar las recetas tradicionales elaboradas en este restaurante.  “Teniendo en cuenta que las decisiones de compra se toman en menos de siete segundos, el diseño del packaging debe comunicar en un impacto los valores de la marca y del producto”, señala la autora en la presentación de este diseño.

Para esta creación, Teruelo realizó un estudio de mercado con el fin de conocer dónde se podría posicionar el producto. Es decir, interesaba saber si se vendería en establecimientos de productos gourmet, si debía pesar poco para facilitar su traslado, etc. “El tipo de turista que va a Pastrana tiene un perfil bastante definido. Es alguien al que le gusta la historia e indagar en los orígenes de los lugares que visita, y Pastrana rebosa de historia y además está muy vinculado a la religión”. Todo eso pesó, y mucho, en la elaboración de ambos productos, “pues ése es el perfil que hemos seleccionado: un turista que cuando vaya a Pastrana disfrute con este folleto, con la historia y los personajes que en él aparecen”.

 

    
Un producto, un cliente
En cuanto al diseño del paquete de gachas manchegas, la diseñadora ha tratado de reflejar toda la historia que se respira en sus muros. Y es que el establecimiento fue nada menos que los aposentos de Santa Teresa de Jesús. Y nuevamente se tuvo en cuenta al perfil de cliente, “alguien que busca un lugar selecto, escondido y especial para celebrar algún evento o para comer de la mejor manera”. Y todo ello para envolver un producto que trata de dar valor añadido a recetas tradicionales de la zona. Trabajar con Manuel Cámara y Silvia Prieto, propietarios del restaurante, fue “como si se alinearan los planetas”. Porque una cosa llevó a la otra y ahora tiene más clientes en Guadalajara. 

Con todo, estos premios han sido recibidos con “mucha ilusión”. “Lo que más me gusta es que son reconocimientos profesionales y creo que lo que más ha llamado la atención del público es la estética tradicional de ambos productos”. Y  es que, reconoce Teruelo, “en estos momentos se intenta ser transgresor, vanguardista, pero nos olvidamos de los valores tradicionales”.