De Sacecorbo a la escena nacional a cuenta de la exhumación de Franco

28/08/2018 - 10:21 D.Pizarro

El alcalde de este municipio dirigió al equipo que enterró al dictador en el Valle de los Caídos.

En los 40 años que llevamos de democracia, el Valle de Los Caídos y Franco han ido siempre de la mano. Esta relación, sin embargo, está a punto de desaparecer una vez que se lleve a cabo la exhumación del cuerpo del dictador. Esta decisión del Gobierno de Pedro Sánchez se basa en la petición que ya hizo el Congreso de los Diputados en mayo de 2017, con 198 votos a favor y ninguno en contra, según recuerda Moncloa. Sin embargo, ha tenido que pasar un año y un cambio de Gobierno para que la exhumación esté a punto de producirse. La medida, obviamente, ha levantado polémica y enfrentamiento entre el Ejecutivo y algunos partidos de la oposición, como PP o Ciudadanos. Pero lejos de la escena política, el anuncio del desenterramiento de Francisco Franco también ha servido para sacar a la luz historias como la de Gabino Abánades, de 72 años, actual alcalde de Sacecorbo (Guadalajara) y, durante 43 años, trabajador de los Servicios Funerarios del Ayuntamiento de Madrid. Desde que a primeros de julio saliera su nombre publicado en un reportaje de El Mundo sobre la exhumación del dictador, asegura haber concedido medio centenar de entrevistas a medios de todo el país. Porque Abánades era el responsable del equipo que acudió el 23 de noviembre de 1975 al Valle de los Caídos para proceder al enterramiento del hombre que había dirigido el país durante los últimos 40 años. Sin embargo, la polémica no va con Gabino Abánades, natural de Canales del Ducado, pedanía de Sacecorbo. “No tengo mucho que decir al respecto, pero es evidente que no me esperaba una noticia similar, dado que lo lógico habría sido que la exhumación la hubiera pedido la familia”. 

Siempre disponible

Pero Abánades se ofrece para ayudar “en lo que necesiten” en el proceso de exhumación. “No tengo ningún problema a la hora de asesorarles técnicamente”. Y es que la experiencia de haber enterrado personalmente al dictador es un plus añadido. “Entonces yo era el encargado de los cementerios municipales, y nos dijeron que el día 23, a las 9.00 horas, estuviéramos preparados porque iban a venir a recogernos”, explica el alcalde de Sacecorbo. Pasó un vehículo por la sede de este servicio municipal y trasladó a Abánades y a cuatro enterradores al Valle de los Caídos. “Fue un entierro como cualquier otro, aunque es cierto que entonces hubo un protocolo especial por tratarse de quien se trataba”. Así que Gabino Abánades no deja de insistir en que “estoy a disposición de quien me necesite, como he estado siempre”. 

Su ayuda, de hecho, sería muy valiosa para la exhumación del cuerpo, teniendo en cuenta la “complejidad” que supondrá la retirada de la lápida. “Es lo único complicado del proceso, dado que está colocada en la rasante del pavimento. Si estuviera encima de unos zócalos, sería mucho más fácil, porque sólo habría que levantarla con una barra, elevarla unos centímetros y meter debajo una caña, que es una especie de hierro redondo, para desplazarla”. Sin embargo, dada la colocación de la tumba de Franco, habrá que hacer lo que Abánades denomina un cajeo para introducir posteriormente la radial en todo el perímetro de la lápida. “Entonces se podrán meter las herramientas necesarias y elevar la lápida”, explica el alcalde.

De jardinero a enterrador

Gabino Abánades nació en Canales del Ducado, “donde estuve estudiando hasta que me dejaron”. Luego se trasladó a Sigüenza y “de allí me escapé –bromea– porque no quería ser cura”. Entonces, con apenas 16 años, se marchó al servicio militar, tras lo cual recaló en Madrid. Trabajó en una compañía de seguros desde 1966. Hasta que, por casualidad, supo de la convocatoria de plazas para jardineros en los cementerios de Madrid. Se presentó, consiguió el trabajo, y poco a poco fue ascendiendo en la empresa hasta que, los últimos 18 años en activo, estuvo al frente del servicio. “Trabajar en un cementerio es como todos los trabajos, donde lo más importante es habituarte a ello, te guste más o menos”.

Ahora, pese a que está jubilado, se sigue manteniendo en primera línea. Desde 2011 es alcalde de Sacecorbo y continúa colaborando con cuestiones de sanidad mortuoria y medio ambiente. Es vocal del comité de Aenor relacionado con este tema. “Mientras mi disco duro funcione y me deje trabajar, yo voy a seguir colaborando como siempre, de forma desinteresada”.