Declarado Bien de Interés Cultural el refugio antiaéreo de la Posición Saldón en Alcohete, Yebes Guadalajara
El refugio fue edificado en 1937 por orden de Cipriano Mera formando parte de la 'Posición Saldón', nombre en clave.
Vea aquí el VÍDEO del bunker.
El Consejo de Gobierno ha declarado Bien de Interés Cultural el refugio antiaéreo de la Posición Saldón en Alcohete, en el municipio de Yebes (Guadalajara), con la categoría de Monumento.
Según publica este jueves el Diario Oficial de Castilla-La Mancha y recoge Europa Press, el refugio antiaéreo de la Posición Saldón en Alcohete está situado a cinco kilómetros al norte del núcleo urbano y a pocos metros del antiguo sanatorio de tuberculosos que en la actualidad cumple las funciones de Unidad Residencial Rehabilitadora de Enfermos Psíquicos.
El refugio fue edificado en 1937 por orden de Cipriano Mera formando parte de la 'Posición Saldón', nombre en clave del refugio del Cuartel General del IV Cuerpo de Ejército de la República, unidad que cubriría un extenso frente entre los Montes Universales, en la provincia de Cuenca, y Guadarrama-Somosierra en Madrid.
Tras los fracasos por parte del ejército de Francisco Franco por tomar Madrid mediante un ataque directo entre noviembre de 1936 y enero de 1937, se decidió adoptar una nueva táctica para aislar a la capital mediante su envolvimiento a distancia por el sur y el este. Consecuencia de este nuevo planteamiento fueron las batallas del Jarama (febrero de 1937) y la de Guadalajara (marzo de 1937). Esta última se inició el 8 de marzo y, tras el fracaso en su objetivo final, el mando nacional abandonó los intentos de tomar Madrid, limitándose durante el resto de la guerra a mantener el asedio en la capital.
El peso de la ofensiva en la batalla de Guadalajara recayó sobre las tropas italianas de la CTV, que estarían cubiertas en su flanco derecho por tropas españolas de la 22 División de Soria. El planteamiento era sencillo y revolucionario, ya que se trataba de poner en práctica la llamada "guerra célere", que había dado buenos resultados a los italianos en África. Pero, a pesar de que se conquistó terreno enemigo, no se consiguieron los objetivos que se habían marcado.
Una de las causas que propiciaron ese fracaso fue la reacción del mando republicano. Entre las medidas adoptadas estuvo la reorganización general de las fuerzas y la creación el día 11 de marzo de 1937 del denominado IV Cuerpo de Ejército Republicano, que incorporaba las Divisiones 11 (Lister), 12 (Lacalle, sustituido poco después por Narretti), 14 (Mera) y la Brigada LXXII, con otras fuerzas adjuntas.
El 7 octubre de 1937 se puso al frente del IV Cuerpo de Ejército el líder anarcosindicalista Cipriano Mera, en sustitución del mayor de milicias Gutiérrez. La disposición inicial del Cuerpo fue reorganizada y, bajo el mando de Mera, se componía de las divisiones 12, 14, 17 y 33. En un principio, el Cuartel General se encontraba en Guadalajara, pero los constantes bombardeos de la ciudad aconsejaron su traslado a un lugar más seguro.
Por ello se trasladó al sanatorio antituberculoso de Alcohete, a unos 10 kilómetros de la capital provincial, después de que se hicieran algunas reparaciones y se construyera el refugio antiaéreo. A mediados de diciembre, según indica el propio Mera en sus memorias, ya se había efectuado el traslado.
El refugio de Alcohete responde en sus conceptos generales a los patrones de las construcciones subterráneas tras la Primera Guerra Mundial, y que en Madrid alcanza su máxima expresión en la Posición Jaca, nombre con el que se conocía el búnker del general Miaja que se encuentra en la Alameda de Osuna y que sirvió como refugio del Cuartel General del Ejército Republicano del Centro.
Las características fundamentales de esa clase de construcciones eran su excavación a una profundidad segura contra la explosión de proyectiles de artillería de 156 mm y de bombas de aviación de 100 kilos, para lo cual se enterraban al menos 10 metros en el terreno; el refuerzo de la capa de tierra protectora con estructuras intermedias de hormigón sobre las galerías y estancias, especialmente en terrenos blandos; la estructuración de accesos principales y salidas de emergencias por las que poder efectuar un escape ante una eventual ocupación por tropas enemigas; la habilitación de estancias sanitarias para la atención de heridos; y el establecimiento de sistemas autónomos (aire, agua, electricidad) que permitieran la permanencia en su interior de un número importante de personas.