Declarado en ruina un viejo palacio de la plaza de San Esteban, que podría ser derribado

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: ANDRÉS BACHILLER. GUADALAJARA
El Ayuntamiento ha decretado el estado de ruina en un edificio de la plaza de San Esteban que antaño fuera el Palacio de los Vizcondes de Palazuelos, debido a su mal estado de conservación. Aunque se trata de un inmueble protegido en el catálogo municipal, el alcalde confirmó ayer que se abren dos posibilidades que dependerán de la voluntad de sus propietarios –privados–: la rehabilitación o el derrumbe. Izquierda Unida denuncia que su desaparición podría incumplir la legislación vigente sobre la materia, y no descarta acudir a los tribunales.
El viejo Palacio de los Vizcondes de Palazuelos, datado en el siglo XVI y ubicado en uno de los laterales de la plaza de San Esteban –en el que se sitúa el bar Boquerón–, podría tener los días contados. Según destapó ayer el Grupo municipal de Izquierda Unida, la Junta Local de Gobierno reunida el pasado mes de septiembre decretó el inmueble, catalogado como bien de interés ambiental, en estado de ruina debido a su mal estado de conservación, que en meses pasados provocó el desprendimiento de algunos elementos de la fachada.
Según denunció el portavoz de los izquierdistas, José Luis Maximiliano, de esa Junta manó una doble vía de solución que contempla, en una de ellas, la opción del derrumbe, a pesar de la catalogación del Palacio como edificio protegido. La otra posibilidad pasaría por su rehabilitación de mano de los legítimos propietarios, que según Maximiliano son los herederos de Felipe Solano Antelo, quien fuera alcalde de Guadalajara, aunque, según las fuentes consultadas, su idea es la del derribo.
Para Maximiliano, la decisión de la Junta Local de Gobierno supone un “atentado contra el patrimonio histórico de Guadalajara”, ya que entiende que “con la legalidad en la mano no cabe la demolición”. aludiendo al artículo 48 de las normas urbanísticas y en aplicación de la LOTAU.

Informe técnico contrario
Para más inri, Maximiliano confirmó ayer la existencia de un “contundente” informe del propio técnico municipal de Patrimonio totalmente contrario al derrumbe del edificio, y en el que se insta a conservar sus elementos fundamentales.
Para Izquierda Unida, “los propietarios no han cumplido con la obligación de mantener el edificio”, desplazando ahora la responsabilidad al propio Ayuntamiento. “Creemos que es [el mantenimiento del inmueble] una voluntad política que corresponde al equipo de Gobierno”, máxime cuando el Plan Especial del Casco Histórico –desechado de momento por el alto coste que supondría– proponía aumentar el grado de protección del edificio, según señala el dirigente izquierdista. Por su ello, añadió Maximiliano, IU está estudiando con su gabinete jurídico la posibilidad de llevar, a través de un proceso contencioso-administrativo, el caso a los tribunales con el objetivo de impedir un hipotético derrumbe.

La versión del alcalde
En contraposición con la postura sostenida desde IU, el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, recordó ayer que, “en aplicación de la legalidad –y en este caso en concreto–, se permite la demolición o la rehabilitación”, siempre con las condiciones marcadas por los técnicos municipales de urbanismo. “La ley lo que permite es o bien conservar o rehabilitar según está o bien demoler y volver a construir con las mismas condiciones previas, incluso conservando en algún caso escaleras, en otros balcones,...”, apuntaba ayer el primer edil, tal y como se recoge en el informe técnico del propio Consistorio.
Respondiendo a la denuncia pública de IU, Román puntualizó que coincide en la necesidad de “conservar al máximo el patrimonio de la ciudad, pero tratando de que no se nos caiga y cumpliendo la ley”. “Si ésta nos obligara a no tocar ni una piedra, entonces tendríamos que mantenerlo así; el edificio tiene elementos de valor y otros en ruina que hacen peligrar el edificio. Por eso, como en otros muchos edificios del casco histórico, se ha tratado de levantarlo en las mismas condiciones, incluso con la conservación de algunos elementos de valor”. No obstante, el primer edil recordó que el deterioro del inmueble no es cuestión exclusiva de los últimos años, sino que es una trayectoria de hace ya mucho tiempo y, además, en una propiedad privada. “El Ayuntamiento no puede comprar cualquier edificio que está en ruinas, porque entonces sería un negocio de los propietarios”. “Lo que sí es necesario, probablemente, es establecer unos criterios por lo que la ruina no sólo sea una cuestión económica y que el tema de conservación del patrimonio esté presente”.
Uno de los casos más recientes y sonados de los últimos tiempos en la ciudad en cuanto a conservación de edificios catalogados fue el del Banco de España, para el que se decidió conservar de manera invariable algunos de sus elementos, como la rotulación exterior de su parte alta.