Del sobresalto a la indignación en dos días
Los vecinos de Cifuentes se despertaron el martes sobresaltados con una noticia que desde primera hora de la mañana fue penetrando en todos los hogares. Un miembro de la familia Hernando Arévalo, conocidos empresarios de la localidad, había sido presuntamente secuestrado la noche anterior, por lo que se encontraba en paradero desconocido. Se trataba de Miguel Ángel, de 30 años de edad.
Sus padres recibieron el lunes a las 21.30 horas una llamada telefónica en la que se les exigía un rescate a cambio de entregarles a su hijo, y algunas fuentes apuntaban a que la cantidad reclamada ascendía a 60.000 euros. En el pueblo, nadie daba crédito a los hechos, más propios de una película de suspense que de la vida tranquila que, según los vecinos, caracteriza a este municipio.
Ello ha hecho que durante estos dos días saltaran las conjeturas de una esquina a otra, aunque todas descartaban que se tratase de un ajuste de cuentas. No se trata de algo que se diga en estos casos, es la realidad misma. Este chico no ha tenido nunca problemas con nadie, no se ha metido en un lío... era muy querido, comentaba ayer un joven en una de las muchas conversaciones que lamentaban el trágico final. De hecho, se pensó en organizar batidas para localizarle. Según explicó una vecina, trabajadora de la gasolinera, estábamos esperando a que alguien diera la orden para salir a buscar a Miguel Ángel a donde hiciera falta. Tanto, que mi hijo, que está estudiando en la universidad, decía que le llamara cuando se tomara esta decisión. Lamentablemente, como reconoció esta vecina, no ha sido necesario.
Una de las últimas personas en ver a Miguel Ángel fue un amigo suyo, que prefiere mantenerse en el anonimato. Esta misma mañana por el martes me he enterado de lo sucedido, y lo primero que he hecho ha sido llamar a su teléfono móvil, por si se trataba de alguna broma. Lamentablemente estaba apagado o fuera de cobertura. Este amigo se encontró con él en la mañana del lunes, mientras estaba haciendo algunos trabajos de electricidad en una vivienda del municipio. Miguel Ángel, miembro de la peña La Cucharilla, desapareció, no obstante, sin que hubiera ningún testigo que pudiera dar cuenta de lo sucedido.
No tiene sentido que haya pasado una cosa así, ya que era una persona que no se llevaba mal con nadie, y que no había recibido amenazas de ningún tipo, o al menos nunca nos había dicho nada relacionado, explica este amigo, quien en ese momento quería pensar que la elección del secuestrado ha sido totalmente fortuita. Nos podría haber tocado a cualquiera, aunque no creo que fueran a por él directamente, ya que no es una persona con horarios fijos ni hábitos marcados, pues se trata de una familia de autónomos. De hecho, según una vecina que el martes paseaba por las cercanías de la nave industrial de los Hernando, ayer el lunes hacia las 2.30 horas de la madrugada todavía había luz, y no me extrañó porque no es raro que continúen trabajando hasta bien entrada la noche. En este pueblo hay muchos empresarios, por lo que cualquiera podríamos ser víctimas de este tipo de secuestros, insistía su amigo.
Negocios cerrados
A raíz de los hechos, los negocios familiares una nave industrial a las afueras del pueblo y una ferretería debajo de la vivienda permanecieron desde el martes cerrados a cal y canto. De hecho, la ferretería, situada en la plaza de San Francisco, estaba presidida por un cartel en el que se podía leer Cerrado por enfermedad. De la misma manera, las dos casas que ocupan las plantas superiores al establecimiento tenían las persianas totalmente bajadas, aunque la salida de varias personas hacía pensar que en el interior se encontraban algunos de los familiares de Miguel Ángel. Ello hizo que varias personas que pretendían acercarse al hogar familiar pasasen de largo al comprobar que todo se encontraba cerrado. En el pueblo hay muchas dudas, pero sobre todo una gran incertidumbre acerca de lo que pueda pasar en las próximas horas, explicaba el amigo, quien quería comunicarse con la familia para ayudarles en cualquier cosa que necesiten. Este joven, de la misma edad que el desaparecido, se enteró de la noticia a través de otro amigo. Se encontraba junto con el hermano de Miguel Ángel, que estaba trabajando. Pero a las 20.00 horas recibió una llamada y salió corriendo dejando todo tirado. Todo parece indicar que le habían comunicado esta triste noticia.
En los corrillos
A medida que avanzaba la mañana del martes eran más los datos que se ofrecían en los corrillos que se formaron en cualquier esquina de la localidad. Una de las novedades estaba relacionada con el rescate exigido a la familia . Las cantidades que se barajan son excesivas, aunque se trate de una familia trabajadora que ha hecho dinero únicamente con su esfuerzo, explicó Inocencio Carrasco, un vecino que se percató desde primera hora del martes del martes de la presencia de la Guardia Civil en la calle Empedrada, muy cerca del domicilio familiar.
Allí se encontraba el vehículo que, presuntamente, conducía Miguel Ángel el día que desapareció. Estaba estacionado en esta vía, en un tramo en el que era imposible el paso de otro vehículo. Está mal aparcado, lo que podría significar que fue aquí donde lo abordaron y se lo llevaron, aunque nadie que yo conozca fue testigo de nada, señalaba Inocencio en una de sus conjeturas.
Otro vecino de la calle Empedrada, Jesús Batanero, el que fuera propietario de la panadería del mismo nombre, asistía todavía sin salir de su asombro a la investigación que realizaba la Guardia Civil en el vehículo del desaparecido, una furgoneta blanca de la marca Citröen.
Registro del vehículo
Ante la imposibilidad de abrir el coche con las llaves del propietario, los guardias civiles se vieron obligados a forzar la puerta trasera, con el fin de registrar el interior del mismo. Posteriormente, a las 13.30 se desplazó hasta el lugar un perito que, cámara en mano, fotografió algunos detalles de la furgoneta, con el fin de desvelar los entresijos del suceso.
Cuando finalizó este proceso, la grúa municipal se encargó de retirar el vehículo de la vía y trasladarlo hacia dependencias judiciales para continuar con la investigación. Este coche estaba aparcado aquí desde las 19.00 horas de ayer por el lunes, por lo que en un principio creímos que el chico se encontraba trabajando en alguna de las viviendas de esta calle, explica Jesús Batanero, quien no tenía más que buenas palabras para la familia del joven.
Con la misma preocupación entraba otra vecina a uno de los establecimientos del municipio, que hoy no tenían más que esta conversación. Da pánico que en un pueblo tan pequeño y en el que nos conocemos todos sucedan estas cosas. Pero claro, como saben que aquí hay dinero....
Sin dejar de mostrar la carne de gallina que se le había puesto con la noticia, la mujer mostró su miedo por los pequeños del pueblo, tras contar que acababa de ser abuela. Nos va a dar miedo dejar que vayan solos por la calle, pues si esto ha pasado una vez, ¿quién te dice que no se vuelva a repetir?. Además, reprodujo una conversación con otra vecina dueña de un hostal, que mostró su temor a abrir su negocio a gente desconocida. Es que ya no sabemos ni a quién alquilamos una habitación.