Desmantelan un chiringuito financiero por estafar a empresas
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
La Guardia Civil ha desmantelado una red que se dedicaba a estafar a pequeños y medianos empresarios con supuestas inversiones bursátiles de alta rentabilidad. Les engañaban con pequeñas inversiones que ofrecían una buena rentabilidad y con una lujosa sede en un reconocido centro de negocios en Las Rozas (Madrid) que daba apariencia de seriedad.
Los estafados entregaban entonces altas cantidades de dinero para inversiones tanto bursátiles como inmobiliarias que presumiblemente ofrecerían altos beneficios. Una vez que daban esos fondos, los estafadores dejaban de contactar con ellos y abandonaban las oficinas en las que se habían instalado. Los investigadores han explicado que el denominador común de los chiringuitos financieros es no figurar en ningún registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Banco de España u otro organismo.
La operación Navas se desplegó en las localidades madrileñas de El Escorial, Colmenarejo y las Rozas y en Mahón (Baleares). Los agentes han practicado cinco registros domiciliarios en propiedades de los detenidos y en las oficinas de la sede social de la empresa. Los investigadores iniciaron el operativo en marzo de 2009, a raíz de las denuncias de diversos perjudicados, en su mayoría pequeños y medianos empresarios. Los afectados denunciaron haber sido víctimas de estadas llevadas a cabo por un grupo de personas que utilizaban una estructura fraudulenta, con una lujosa sede social en un reconocido centro de negocios de Las Rozas (Madrid). La empresa, denominada Siempre Comisiones Bajas S.L. se había apropiado de los ahorros de clientes para depositarlos en supuestas inversiones, con las que prometían obtener altas rentabilidades.
La red captaba clientes a través de un servicio de telemarketing. Después de entrevistarles, el operador adquiría información que plasmaba en unas fichas manuscritas donde anotaba su profesión, vulnerabilidad para invertir, poder adquisitivo y otros datos de interés para la organización. Una vez que el cliente era atraído, entraba en un juego alguno de los responsables del chiringuito financiero, que se comunicaba con él. Daba así comienzo al proceso defraudatorio. Tras asesorarle en pequeñas operaciones bursátiles que, en alguna ocasión, resultaban beneficiosas para el cliente, los responsables se ganaban la confianza de las víctimas. Los empresarios entregaban entonces un nuevo depósito por cantidades económicas muy elevadas. Una vez que el dinero estaba en poder de la red, sus responsables dejaban de contactar con el cliente y abandonaban la sede social que en un principio habían mantenido como tapadera.
Durante el registro llevado a cabo en unas oficinas de un parque empresarial de Las Rozas, los agentes hallaron desperdigados por el suelo multitud de documentos en soporte físico e informático relacionados con la investigación. Esas oficinas habían sido abandonadas precipitadamente por temor a la denuncia de algún perjudicado o simplemente para desaparecer con las inversiones de sus víctimas.
Según los investigadores, el denominador común de los chiringuitos financieros es el de no figurar en ningún registro de Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Banco de España u otro organismo. Su principal atractivo para el cliente es prometer una rentabilidad muy superior a la del mercado.
Cuando el negocio deja de obtener los resultados previstos o sus responsables comienzan a recibir presiones por parte de los clientes, desaparecen súbitamente o cambian de nombre la sociedad, dejando totalmente desamparado al inversor, que suele perder la totalidad de sus ahorros.
En la actualidad, la Guardia Civil analiza la documentación intervenida para identificar nuevas víctimas que pudieran pensar que su inversión salió mal y por ello perdieron su dinero y para establecer la cantidad económica estafada que se sospecha pudiera ser millonaria. Los detenidos llevaban operando más de año y medio. La operación ha sido realizada por el Grupo de Delitos Económicos de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil.
La operación Navas se desplegó en las localidades madrileñas de El Escorial, Colmenarejo y las Rozas y en Mahón (Baleares). Los agentes han practicado cinco registros domiciliarios en propiedades de los detenidos y en las oficinas de la sede social de la empresa. Los investigadores iniciaron el operativo en marzo de 2009, a raíz de las denuncias de diversos perjudicados, en su mayoría pequeños y medianos empresarios. Los afectados denunciaron haber sido víctimas de estadas llevadas a cabo por un grupo de personas que utilizaban una estructura fraudulenta, con una lujosa sede social en un reconocido centro de negocios de Las Rozas (Madrid). La empresa, denominada Siempre Comisiones Bajas S.L. se había apropiado de los ahorros de clientes para depositarlos en supuestas inversiones, con las que prometían obtener altas rentabilidades.
La red captaba clientes a través de un servicio de telemarketing. Después de entrevistarles, el operador adquiría información que plasmaba en unas fichas manuscritas donde anotaba su profesión, vulnerabilidad para invertir, poder adquisitivo y otros datos de interés para la organización. Una vez que el cliente era atraído, entraba en un juego alguno de los responsables del chiringuito financiero, que se comunicaba con él. Daba así comienzo al proceso defraudatorio. Tras asesorarle en pequeñas operaciones bursátiles que, en alguna ocasión, resultaban beneficiosas para el cliente, los responsables se ganaban la confianza de las víctimas. Los empresarios entregaban entonces un nuevo depósito por cantidades económicas muy elevadas. Una vez que el dinero estaba en poder de la red, sus responsables dejaban de contactar con el cliente y abandonaban la sede social que en un principio habían mantenido como tapadera.
Durante el registro llevado a cabo en unas oficinas de un parque empresarial de Las Rozas, los agentes hallaron desperdigados por el suelo multitud de documentos en soporte físico e informático relacionados con la investigación. Esas oficinas habían sido abandonadas precipitadamente por temor a la denuncia de algún perjudicado o simplemente para desaparecer con las inversiones de sus víctimas.
Según los investigadores, el denominador común de los chiringuitos financieros es el de no figurar en ningún registro de Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Banco de España u otro organismo. Su principal atractivo para el cliente es prometer una rentabilidad muy superior a la del mercado.
Cuando el negocio deja de obtener los resultados previstos o sus responsables comienzan a recibir presiones por parte de los clientes, desaparecen súbitamente o cambian de nombre la sociedad, dejando totalmente desamparado al inversor, que suele perder la totalidad de sus ahorros.
En la actualidad, la Guardia Civil analiza la documentación intervenida para identificar nuevas víctimas que pudieran pensar que su inversión salió mal y por ello perdieron su dinero y para establecer la cantidad económica estafada que se sospecha pudiera ser millonaria. Los detenidos llevaban operando más de año y medio. La operación ha sido realizada por el Grupo de Delitos Económicos de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil.