Detenido el narco más importante del norte de África

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Dicen los expertos del Ministerio del Interior que más del diez por ciento del hachís que se fuma en toda España pasa por sus manos.
Y que el porcentaje en el sur de Europa es similar. Mohamed Taieb Ahmed, ‘El Nene’, un ceutí con doble nacionalidad hispano-marroquí, el capo más importante de la droga en el Magreb, fue detenido el miércoles en la ciudad autónoma. Allí se escondía desde que el pasado 7 de diciembre se fugara de su ‘jaula de oro’ en la cárcel de máxima seguridad de Kenitra, a 40 kilómetros al norte de Rabat, tras sobornar a los funcionarios que le custodiaban.
El Nene, con 33 años, presumía de tener en su bolsillo más millones de euros que años. Pero su dinero no le ha dado la inmunidad en España. Efectivos de la Jefatura de Policía de Ceuta y funcionarios del Grupo de Localización de Fugitivos capturaron al huido, contra el que pesaba un ‘código rojo’ de búsqueda de Interpol dictado por un tribunal de Kenitra el pasado 18 de diciembre. Los agentes interceptaron a ‘El Nene’ cuando circulaba en el automóvil propiedad de un hermano suyo, un lujoso todoterreno negro 'Hummer', en la zona conocida como Fuente Caballos, una carretera costera que recorre la bahía sur de la ciudad autónoma.
Los expertos antidroga de Interior conocen desde hace años los negocios de Mohamed Taieb Ahmed, al que también conocen con el sobrenombre del ‘Rey de Ketama’, la zona de mayor producción de cannabis del norte de África, cercana a Tetuán. Desde su adolescencia ha sido un dolor de cabeza para las fuerzas de seguridad que le han perseguido primero por las calles de Ceuta y, posteriormente, con helicópteros y embarcaciones rápidas cuando huía en potentes planeadoras cargadas de resina. Sus primeras aventuras ya le hicieron terminar en la cárcel en España. Pero sus ‘negocios’ continuaron hasta convertirle en el narcotraficante más rico e influyente de todo el Magreb.
En agosto de 2003 entró en la cárcel de alta seguridad de Kenitra para cumplir ocho años por tráfico internacional de estupefacientes. Una condena mínima en comparación a sus causas pendientes.