Detienen a un vecino de Guadalajara por formar parte de una red de falsificadores
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
La Policía Nacional y la Bundeskriminalamt alemana, en el marco de una operación conjunta denominada Iyoyo, han detenido a 54 personas, entre ellas un vecino de Guadalajara, por formar parte de una red de falsificadores de escala internacional que introducía a mujeres nigerianas para prostituirlas posteriormente, bajo amenazas de vudú. En dicha operación, cuya investigación se inició a principios de 2009, se han efectuado más de 20 registros en distintas provincias, entre ellas Guadalajara.
Un ciudadano de Guadalajara ha sido detenido junto a otras 53 personas por formar parte de una red de escala internacional que falsificaba documentos ilegales que se destinaban a la introducción de mujeres nigerianas en Alemania para explotarlas sexualmente bajo amenazas de vudú. La operación internacional, conocida como Iyoyo y llevada a cabo conjuntamente por la Policía Nacional española y la Bundeskriminalamt alemana (Policía Criminal), comenzó a principios de 2009 y se ha saldado con más de 20 registros en diferentes provincias españolas entre ellas, Guadalajara y cinco ciudades alemanas.
La investigación se inició a principios de 2009, cuando se detectó la presencia de un hombre que se dedicaba a falsificar todo tipo de documentos y a distribuirlos por diversas provincias. Semanas más tarde se recibió una solicitud de colaboración de la policía de Alemania para localizar a una persona, pareja de una mujer nigeriana que realizaba funciones de mamy mujer que controla a las jóvenes explotadas sexualmente en aquel país. Este individuo, especializado en falsificar documentos de viaje, resultó ser la misma persona que estaba siendo investigada en España por agentes de la Policía Nacional.
Trabajo conjunto
Una vez comprobado que las policías de ambos países investigaban paralelamente a la misma organización, se celebró una reunión en Madrid con miembros de la Bundeskriminalamt (Policía Criminal de Alemania), en la que se establecieron las directrices para realizar de manera conjunta la investigación. A partir de ese momento se centraron las pesquisas sobre los responsables de la organización, que residían en la localidad madrileña de Fuenlabrada. Las gestiones practicadas por los agentes permitieron averiguar la existencia de otros dos individuos dedicados a falsificar documentaciones a gran escala, en cuanto a volumen y variedad. Más adelante se confirmó que su principal actividad era la falsificación de tarjetas de residencia y su distribución entre conocidos de origen nigeriano en distintos comercios y tiendas en los municipios madrileños de Leganés, Fuenlabrada y Parla. Posteriormente se tuvo conocimiento de que la distribución de documentos falsos no sólo se limitaba a estos municipios y los alrededores, sino que también llegaba hasta numerosas provincias españolas, como Guadalajara. En algunos casos los receptores de los documentos se desplazaban desde sus ciudades de origen hasta Fuenlabrada para recoger de propia mano de los falsificadores los documentos fraudulentos encargados.
Entre la documentación falsificada se han encontrado pasaportes de Nigeria, tarjetas de residencia y de trabajo, certificados de antecedentes penales y policiales o carnés de conducir. La enorme diversidad de falsificaciones responde a que la organización atendía las solicitudes de sus clientes y, empleando diferentes sistemas, realizaban por encargo cualquier documento.
Además, entre los efectos intervenidos en los registros se halló diversa documentación fraudulenta como 300 certificados falsos y 44 sellos también falsificados, moldes para simular documentos, 6 tarjeteros para plastificar, diverso material informático, 8.310 euros en efectivo, 100 gramos de heroína, 30 piezas de joyería y efectos de vudú.
La investigación se inició a principios de 2009, cuando se detectó la presencia de un hombre que se dedicaba a falsificar todo tipo de documentos y a distribuirlos por diversas provincias. Semanas más tarde se recibió una solicitud de colaboración de la policía de Alemania para localizar a una persona, pareja de una mujer nigeriana que realizaba funciones de mamy mujer que controla a las jóvenes explotadas sexualmente en aquel país. Este individuo, especializado en falsificar documentos de viaje, resultó ser la misma persona que estaba siendo investigada en España por agentes de la Policía Nacional.
Trabajo conjunto
Una vez comprobado que las policías de ambos países investigaban paralelamente a la misma organización, se celebró una reunión en Madrid con miembros de la Bundeskriminalamt (Policía Criminal de Alemania), en la que se establecieron las directrices para realizar de manera conjunta la investigación. A partir de ese momento se centraron las pesquisas sobre los responsables de la organización, que residían en la localidad madrileña de Fuenlabrada. Las gestiones practicadas por los agentes permitieron averiguar la existencia de otros dos individuos dedicados a falsificar documentaciones a gran escala, en cuanto a volumen y variedad. Más adelante se confirmó que su principal actividad era la falsificación de tarjetas de residencia y su distribución entre conocidos de origen nigeriano en distintos comercios y tiendas en los municipios madrileños de Leganés, Fuenlabrada y Parla. Posteriormente se tuvo conocimiento de que la distribución de documentos falsos no sólo se limitaba a estos municipios y los alrededores, sino que también llegaba hasta numerosas provincias españolas, como Guadalajara. En algunos casos los receptores de los documentos se desplazaban desde sus ciudades de origen hasta Fuenlabrada para recoger de propia mano de los falsificadores los documentos fraudulentos encargados.
Entre la documentación falsificada se han encontrado pasaportes de Nigeria, tarjetas de residencia y de trabajo, certificados de antecedentes penales y policiales o carnés de conducir. La enorme diversidad de falsificaciones responde a que la organización atendía las solicitudes de sus clientes y, empleando diferentes sistemas, realizaban por encargo cualquier documento.
Además, entre los efectos intervenidos en los registros se halló diversa documentación fraudulenta como 300 certificados falsos y 44 sellos también falsificados, moldes para simular documentos, 6 tarjeteros para plastificar, diverso material informático, 8.310 euros en efectivo, 100 gramos de heroína, 30 piezas de joyería y efectos de vudú.