Diablos, vaquillas y masacaritas se reencuentran en el Ducado por Carnaval
Las citas con los enmascarados más tradicionales se suceden durante este sábado por diversos puntos de la comarca.
Un año más, asociaciones y ayuntamientos del antiguo Ducado de Medinaceli se vuelcan en las celebraciones de carnaval que ya son un motivo más para llenar las localidades de alegría y jolgorio por unos días. Unos festejos que están cobrando cada año mayor fuerza, y que ya suman un total de cinco localidades que, al calor de las tradiciones más ancestrales, se afanan en apuntalar la recuperación de estas celebraciones que se remontan a la noche de los tiempos. Es el Jueves Lardero, cuándo se arranca el ciclo festivo que, teniendo el sábado su punto álgido, se dará por finalizado con el Miércoles de Ceniza. Los protagonistas de estas ancestrales citas, antiguas figuras que están siendo recuperadas en los últimos años también estuvieron presentes en Ciruelos del Pinar, Ablanque, Saelices de la Sal, Santa María del Espino, etc.
Diablos y mascaritas en Luzón
Tras su recuperación, el más veterano y uno de los más espectaculares de la provincia. Aunque ya aparecieron unos meses antes, fue el carnaval de mil novecientos noventa y dos el primero que se vivió tras el rescate de estas figuras, de la memoria de los más mayores. Fiesta de Interés Turística Provincial y con aspiraciones de ser de categoría regional. Vienen de participar en la V Mascarada Ibérica de Viana do Bolo (Orense) y ya han recibido invitaciones de otros festivales para este año en curso. La Asociación Cultural Amigos de Luzón y el Ayuntamiento preparan la cita qué este año se complementa con la reapertura del museo instalado en las antiguas escuelas y una exposición que nos hará viajar en el tiempo hacia la escuela rural.
Los Diablos, las verdaderas estrellas de la fiesta, harán su entrada en la localidad en torno a las cinco de la tarde, perfectamente ataviados. Tras recorrer las calles del municipio, buscarán a las mascaritas para acabar juntos en la plaza mayor del casco urbano. Al ritmo de la dulzaina bailarán de forma desenfrenada en un alocado frenesí. Cubiertos con una mezcla que tiene al hollín por principal ingrediente, manchan a todos los que no vayan disfrazados. Destacan sus cornamentas, sus blancos dientes de patata y sus cencerros, que provocan un gran estruendo a su paso. Al acabar la tarde, en el local de la Asociación, se ofrece una merienda popular.
Vaquillas y diablos en Luzaga
La localidad de la ribera del Tajuña es la última que se ha sumado a la recuperación de los antiguos carnavales. Para la ocasión se ha rescatado la figura de la vaquilla que saldrá en la tarde del sábado de carnaval. Después de una comida popular, el personaje sorprenderá a los vecinos e incordiará a los más pequeños al son de los cencerros que lleva colgados en su amuga. Les acompañará otro personaje que permanecía en la memoria de los abuelos, el diablo. Éste, lanza paja que lleva en unas alforjas a todos aquellos que no escapen de las correrías de la figura animal. Se intentó recuperar hace unos años, pero en esta ocasión renace con la intención de ser una cita festiva más en el calendario de la villa.
Vaquilla en Ribarredonda
Por segundo año consecutivo esta pequeña localidad vuelve a celebrar el carnaval tradicional, fruto del trabajo de la Asociación de Amigos y la Asociación Peña el Cabezo. El sábado, los vecinos celebrarán una cena popular en la jornada previa a la saca de la vaquilla. En la matinal del domingo, un mozo recorrerá las calles con esta figura zoomórfica, que comparte similitudes con otras de la zona. Los más jóvenes golpearán al bóvido para evitar que se acerque y moleste a los habitantes. Para la ocasión, la ronda de Riba de Saelices se desplazará hasta la localidad para amenizar el evento. Un vermú para los asistentes cerrará los actos carnavalescos. Han tenido que pasar casi sesenta años para que la vaquilla recorra de nuevo las calles del sitio.
Vaquilla y mascaritas en Anquela del Ducado
Cuarta edición de la salida de la vaquilla de esta localidad, que será el fin de semana posterior al carnaval. Los actos serán amenizados por un grupo de dulzaineros locales quienes iniciarán un pasacalles para mascaritas y resto de disfrazados. La vaquilla, portada por un mozo que mueve con poderío una antigua amuga, recorre las calles de la localidad recogiendo distintos alimentos ofrecidos por los vecinos. Tras el aprovisionamiento de víveres, el concejo invitará a una merienda cena en las antiguas escuelas.
Vaquillal y cencerrá en Riba de Saelices
La Asociación Cultural La Riba ha preparado una programación, que arranca con el Jueves Lardero. “Tortilla, chorizo y torrezno entero” platos principales que se ofrecen en el centro social para todos los vecinos. El sábado, al anochecer, aparecerá la vaquilla, una figura que se compone de una par de amugas atadas, o varillas de cerner, llenas de cencerros y rematadas por una gran cornamenta bovina, y que es portada por dos jóvenes. En la comitiva, también les acompañará la cencerrá, hombres ataviados con antiguas ropas y cencerros en la cintura, y diversas máscaras de aspecto femenino. Pondrá la música al evento, la ronda del municipio que llenará de jotas las calles y plazas de la población. Tras la finalización del pasacalles, se celebrará una cena popular y una discomóvil pondrá el punto y final a la celebración. Recuperado hace unos años por los más jóvenes, tuvieron que pasar más de cincuenta años para que se volviera a celebrar el carnaval cómo lo realizaron los mayores que todavía lo recuerdan. También colabora en los festejos la Comisión de Fiestas.
FOTOS: Vaquilla de Riba de Saelices. Patricia Sotoca; Anquela del Ducado. Javier Benedit y Ribarredonda. Rodrigo García.