DOP queso manchego, un producto único en el mundo con una tradición milenaria

30/11/2022 - 09:18 Redacción

La historia del queso manchego se remonta mucho más atrás de lo que la mayoría de la gente piensa. De hecho, se han encontrado restos arqueológicos que demuestran que en la Edad de Bronce ya se elaboraba este producto a base de leche de oveja manchega

Las ovejas de la civilización ibérica criada por entonces en los asentamientos de la Mancha son las que se pueden considerar antecesoras de la actual raza manchega. Esta última era muy apreciada desde los orígenes del queso manchego. Por este motivo, los primeros ganaderos de la zona no permitieron que se mezclase con otras, mejorando y potenciando así la pureza de la casta. 

A partir del siglo XX, los ganaderos de la región se centraron en el uso de las ovejas de raza manchega para la elaboración de quesos. Esto derivó en un crecimiento del sector, en la creación de la Denominación de Origen Protegida y en un enorme reconocimiento mundial. Es uno de los exquisitos productos de la gastronomía castellano-manchega y que con su DOP se recoge en la marca Campo y Alma Castilla-La Mancha.

La zona de producción de la Denominación de Origen Protegida Queso Manchego está constituida por términos municipales de las provincias de Albacete (46 entidades locales), Ciudad Real (79 entidades locales), Cuenca (155 entidades locales) y Toledo (122 entidades locales), que constituyen la comarca natural de La Mancha.

Único en el mundo
La climatología de la región ofrece un carácter extremado, de grandes oscilaciones, con inviernos muy fríos, veranos calurosos y escasas precipitaciones, lo que favorece el crecimiento de una vegetación muy rústica, alimento de una raza de ovejas que son sometidas a un control morfológico y sanitario muy estricto. Estas características ofrecen como resultado un queso único en el mundo. Aunque hay constancia de que se ha intentado elaborar en otros lugares, dentro y fuera de nuestro país, ha sido imposible imitar tantos y tan antiguos factores al mismo tiempo más allá de las fronteras de La Mancha.

El queso amparado por la DOP Queso Manchego es de pasta prensada, elaborado con leche de oveja de la raza manchega exclusivamente, con una maduración mínima de 30 días, para quesos con peso igual o inferior a 1,5 Kg y de 60 días, para el resto de los formatos, y máxima de dos años. De forma cilíndrica, con una altura máxima de 12 cm, un diámetro máximo de 22 cm y un peso entre 0,4 y 4 Kg. Su corteza es dura y libre de parásitos, de color amarillo pálido o verdoso-negruzco. La pasta es firme y compacta, de color variable desde el blanco hasta el marfil amarillento, pudiendo presentar ojos pequeños homogéneamente repartidos. Posee un olor láctico, acidificado intenso y persistente que evoluciona a matices levemente picantes en los más curados. El sabor es ligeramente ácido, fuerte y sabroso, que se transforma en levemente picante en quesos muy curados.

 

DOP Azafrán de La Mancha: la especia más icónica de Castilla-La Mancha
Hace siglos, el azafrán se adaptó de forma muy particular a las condiciones de suelo, clima e intervención humana sostenible de La Mancha y, por eso, es como El Quijote, una parte intrínseca de la identidad y cultura de esta tierra.

La Denominación de Origen Protegida Azafrán de La Mancha es la única figura de calidad diferenciada que, a nivel nacional, ampara a este tipo de especia. Su zona de producción abarca 335 municipios de Castilla-La Mancha pertenecientes a las comarcas manchegas de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo y su cultivo y elaboración se siguen realizando de manera tradicional.

La forma de realizar las operaciones de monda o desbriznado de la rosa del azafrán, así como el tostado de las hebras, está fuertemente ligada al buen saber hacer, la experiencia y la tradición acumuladas por los productores y transmitida entre generaciones de azafraneros manchegos. Esto, unido a un cuidado envasado, garantiza la puesta en el mercado de un azafrán en hebra de intenso color rojo y máximas cualidades organolépticas (color, sabor y aroma). El Azafrán de La Mancha solo se vende en envases (nunca a granel) que tienen que mostrar la contraetiqueta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Azafrán de La Mancha. Esta etiqueta constituye por sí misma una triple garantía para el consumidor: azafrán con origen en España, máximo nivel de calidad reconocido por el mercado en color, sabor y aroma, y un sistema de control exhaustivo que elimina cualquier riesgo de vulnerabilidad en el producto.

IPG Melón de La Mancha
Campo y Alma Castilla-La Mancha recoge entre sus excelentes productos los melones amparados por la Indicación Geográfica Protegida Melón de la Mancha. Son de la variedad botánica «saccharinus», de los cultivares «Piñonet» o «Piel de sapo», en cualquiera de sus variedades comerciales, destinados a su venta en estado fresco a los consumidores. 
La zona de producción de los melones de la IGP Melón de la Mancha comprende las localidades de Alcázar de San Juan, Arenales de San Gregorio, Argamasilla de Alba, Campo de Criptana, Daimiel, Herencia, Las Labores, Llanos del Caudillo, Manzanares, Membrilla, Puerto Lápice, Socuéllamos, Tomelloso, Valdepeñas y Villarta de San Juan, todas pertenecientes a la llanura manchega, con una altura media entre los 500-700 m.
Los terrenos en los que se localiza el cultivo son poco profundos, con tierras de labor de no más de 35 cm de profundidad y escasa fertilidad, bajos niveles de materia orgánica y PH elevados. Son terrenos arenosos o franco-arenosos, muy permeables y altamente mineralizados. Climatológicamente es una comarca fría y seca. Estas condiciones edafoclimáticas proporcionan al producto unas propiedades cualitativas en cuanto al tamaño, el color, el escriturado de la piel y la conformación externa de los frutos; la textura y la fibrosidad de la pulpa.

LA RECETA

Gazpacho de melón

1 melón pequeño IPG de la Mancha
80 gramos de tomates secos
Aceite de oliva virgen extra ’Campo y Alma’
1 ramita de menta fresca
Sal

1. Corta el melón
Abre el melón, retira las pepitas y córtalo en tajadas grandes. Retira la piel y trocea cada tajada en varios pedazos reservando una de ellas.

2. Tritura con tomates secos
Coloca el melón troceado y los tomates secos (reservando varios trocitos para la decoración final) en el vaso de la batidora y tritura unos minutos hasta conseguir una crema fina.

3. Añade aceite y sal
Añade cuatro cucharadas de aceite de oliva y una pizca de sal. Tritura unos segundos hasta que el aceite quede incorporado a la crema.

4. Enfría en la nevera
Guarda esta sopa fría de melón en el frigorífico, cubierta con film de plástico, hasta que sea el momento de servir.

5. Añade tropezones y sirve
Corta el melón reservado en cuadraditos. Sirve el gazpacho bien frío, con los tropezones de melón, los trocitos de tomates secos y la menta picada.