Dos detenidos tras hallarse los restos de una pareja descuartizada
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Un hombre y una mujer, que viajaba con un bebé en una furgoneta, fueron detenidos ayer por la mañana en la localidad lucense de Ribadeo como presuntos autores de la muerte de otra pareja de Betanzos (A Coruña), cuyos cuerpos aparecieron el lunes descuartizados dentro de un bidón, una maleta y varias bolsas, en Ferrol. La Guardia Civil interceptó a los tenidos en un control de tráfico.
Un hombre y una mujer, que viajaba con un bebé en una furgoneta, fueron detenidos el ayer por la mañana en la localidad lucense de Ribadeo como presuntos autores de la muerte de otra pareja de Betanzos (A Coruña), cuyos cuerpos aparecieron el lunes descuartizados dentro de un bidón, una maleta y varias bolsas de plástico, en Ferrol. La detención tuvo lugar en un control de carretera de la Guardia Civil, cuando los agentes comprobaron que el vehículo estaba a nombre de uno de los dos descuartizados de Ferrol. Los detenidos son un individuo de de 32 años y vecino de Carnota (A Coruña), y una asturiana de 26 años y vecina de Betanzos. Los restos humanos fueron encontrados a media tarde del lunes por un vecino de una parroquia de Ferrol. Pocas horas tardaron los agentes en identificar los cadáveres de las víctimas como los de Claudia Alejandra Castelo Castro, de 25 años, natural de Buenos Aires (Argentina) y actualmente con domicilio en Betanzos, y José Manuel Gómez Rodrigo, de 37, nacido en París (Francia). Ambos eran hijos de emigrantes gallegos.
En el lugar donde aparecieron los restos se encontraron al menos dos armas blancas, un cuchillo y un machete, que pudieran ser los instrumentos del crimen y posterior descuartizamiento de los cadáveres. La policía investiga si los asesinatos se cometieron donde se encontraron los restos o si fueron trasladados allí para ocultarlos.
Sobre las 7.00 horas, la Guardia Civil dio el alto a la furgoneta en la que viajaban los sospechosos, momento en el que el al conductor salió corriendo y dejó en el vehículo a su pareja y al bebé que ésta llevaba en brazos. Poco después, el huido era detenido a bordo de un taxi, en otro control establecido en el municipio lucense de Lourenzá, y conducido al cuartel de la Guardia Civil de Ribadeo.
En Sada, donde la pareja asesinada era muy conocida por ser sus padres naturales de esa población coruñesa, los vecinos mostraban entre sorpresa y cierta resignación, porque José Manuel Gómez Rodrigo no era mal tipo, pero eligió malas compañías. Al parecer, el joven, que era conocido como Pachá porque su padre había tenido un pub en Sada durante los años 80 y sigue residiendo allí, tenía antecedentes judiciales por cuestiones relacionadas con las drogas y había salido de la cárcel hace un año. Su pareja, Claudia Alejandra Castelo Castro, trabajaba como camarera en distintos establecimientos de la comarca y gozaba de la consideración de sus vecinos de Betanzos, donde vivía con José Manuel.
En el lugar donde aparecieron los restos se encontraron al menos dos armas blancas, un cuchillo y un machete, que pudieran ser los instrumentos del crimen y posterior descuartizamiento de los cadáveres. La policía investiga si los asesinatos se cometieron donde se encontraron los restos o si fueron trasladados allí para ocultarlos.
Sobre las 7.00 horas, la Guardia Civil dio el alto a la furgoneta en la que viajaban los sospechosos, momento en el que el al conductor salió corriendo y dejó en el vehículo a su pareja y al bebé que ésta llevaba en brazos. Poco después, el huido era detenido a bordo de un taxi, en otro control establecido en el municipio lucense de Lourenzá, y conducido al cuartel de la Guardia Civil de Ribadeo.
En Sada, donde la pareja asesinada era muy conocida por ser sus padres naturales de esa población coruñesa, los vecinos mostraban entre sorpresa y cierta resignación, porque José Manuel Gómez Rodrigo no era mal tipo, pero eligió malas compañías. Al parecer, el joven, que era conocido como Pachá porque su padre había tenido un pub en Sada durante los años 80 y sigue residiendo allí, tenía antecedentes judiciales por cuestiones relacionadas con las drogas y había salido de la cárcel hace un año. Su pareja, Claudia Alejandra Castelo Castro, trabajaba como camarera en distintos establecimientos de la comarca y gozaba de la consideración de sus vecinos de Betanzos, donde vivía con José Manuel.