Ecologistas en Acción apoya los actos convocados por el 15-M en su aniversario
08/05/2012 - 12:07
La organización ecologista manifiesta su rotundo apoyo a las
movilizaciones convocadas desde el 12 al 15 de mayo. Al mismo tiempo
denuncia los intentos de criminalización de un movimiento que si por
algo se ha caracterizado ha sido por utilizar métodos horizontales y
no violento.
Del mismo modo, Ecologistas en Acción recuerda que
nuestro mundo no será viable sin un modelo económico que tenga en
cuenta las necesidades de las personas y los límites del planeta, como
defiende el 15M frente al sistema capitalista actual, que promueve
justo lo contrario.
Hace un año pocas personas podían imaginar que las plazas de muchas
ciudades, barrios y pueblos se convertirían en punto de encuentro para
debates públicos, abiertos y espontáneos donde la ciudadanía
denunciaría el saqueo de recursos por parte de una reducida parte de
la población en detrimento de la gran mayoría. Hace un año algo cambió
en el imaginario colectivo: miles de personas salieron a la calle para
decir lo que tanto tiempo llevaban callando.
La política, la economía,
el medio ambiente, la educación o la sanidad han seguido siendo
algunos de los temas de discusión en las asambleas populares durante
este año.
Coincidiendo con el aniversario de este despertar colectivo, las
asambleas de barrios y pueblos convocan entre el 12 y el 15 de mayo un
nuevo encuentro que se vislumbra multitudinario.
A lo largo de este
año, el discurso ha ido madurando, se ha ido asentando, y aunque las
asambleas hayan disminuido en número de participantes, en momentos
puntuales, como las manifestaciones del 15 de octubre, se ha puesto de
manifiesto que un número muy importante de personas siguen formando
parte del movimiento.
Un movimiento basado en la noviolencia, en el consenso, en la
convivencia, en el asamblearismo, en la participación, y que reclama
un modelo de las personas y para las personas, justo, equitativo y
sostenible.
La pasividad inicial de las autoridades dio paso pronto a un intento
de criminalizar a gente de todas las edades y creencias que de forma
pacífica reclamaban el espacio público para el público. Pero las
cargas policiales y los intentos de minimizar la capacidad de diálogo
y el pensamiento crítico, únicamente sirven para deslegitimar a los
poderes públicos.
Cada vez queda más claro para la gran mayoría que los gobernantes,
elegidos por una minoría en las urnas, obedecen los mandatos de los
mercados, de las grandes compañías y del poder financiero. Que son
estos los causantes de la crisis, del paro y de los recortes de
derechos sociales. Cada vez hay más personas convencidas de que la
solución a nuestros problemas no es la que aplican de forma
escandalosamente antidemocrática, de que las medidas tomadas van en
detrimento de la gran mayoría y en beneficio de los que más tienen.
Por ello, Ecologistas en Acción apoya las movilizaciones convocadas
desde el 12 al 15 de mayo. Porque no es un movimiento violento, sino
todo lo contrario. Quienes pretenden justificar la ilegalidad de
reunirse en las plazas son los mismos que legalizan el saqueo de los
bienes comunes, de los servicios sociales y de la riqueza colectiva,
la sanidad, la educación, el empleo, el medio ambiente, o la vivienda.
Del 12 al 15 de mayo, las calles y plazas volverán a llenarse de vida,
de pluralidad, de reivindicación pacífica y de agitación ciudadana, de
personas que reclaman un mundo más justo y una vida que merezca la
pena ser vivida.
Cualquier intento por parte de las autoridades por
intentar ejercer el poder de forma tan abusiva como en otras
ocasiones, sólo tendrá como efecto restarles legitimidad, y demostrará
más aún que no nos representan.
Porque la democracia real, participativa, está en el espacio público,
no en los despachos donde a puerta cerrada se aprueban leyes que nos
perjudican. Porque la democracia implica libertad y respeto, igualdad
y solidaridad, no represión, y porque violencia es cobrar un sueldo
que no llega para vivir.
Ecologistas en Acción recuerda, además, que el futuro pasa por un
modelo de sociedad en el que las necesidades básicas puedan ser
satisfechas mediante un reparto equitativo de los recursos, y que
además tenga en cuenta los límites de la naturaleza, de la cual
dependemos, en lugar de un modelo depredador de los recursos que sólo
beneficia a las elites sociales, empobreciendo al resto.