EEUU derriba un satélite espía a la deriva
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Un misil lanzado desde un buque de guerra estadounidense interceptó con éxito un antiguo satélite espía norteamericano a la deriva, para evitar, según la versión ofrecida por el gobierno de George W. Bush, que cayera en la Tierra con el tanque lleno de un combustible altamente tóxico.
A primeras horas de la madrugada de ayer, hora española, el 'USS Lake Erie', un buque de guerra de la clase Aegis, disparó un misil táctico SM-3 que impactó contra el satélite a unos 247 km de altitud sobre el Océano Pacífico cuando se desplazaba por el espacio a más de 11.265 km/h", anunció el Pentágono en un comunicado. El satélite espía, del tamaño de un ómnibus, estaba a la deriva y su tanque contenía hidracina, un combustible para los motores de los satélites altamente tóxico.
Portavoces militares dijeron que el misil redujo el satélite a piezas del tamaño de un balón, aunque el Pentágono dice no estar seguro al cien por cien de haber destruido el tanque de combustible. "Hasta ahora no hemos visto nada más grande que un balón de fútbol", declaró el jefe adjunto del estado mayor conjunto estadounidense, general James Cartwright, durante una conferencia de prensa. Hay "un alto grado de certeza de que golpeamos el tanque" de combustible del satélite, que era el objetivo establecido, pero "aún no podemos afirmarlo de manera cierta", precisó.
El gobierno estadounidense había afirmado que el misil fue lanzado para derribar al satélite espía, ya que existía el peligro de que cayera sobre la Tierra y diseminara la hidracina, un químico que puede atacar el sistema nervioso central y ser mortal en fuertes dosis. El gobierno de Bush advirtió que sin esta intervención el satélite averiado habría llegado a la atmósfera terrestre el 6 de marzo y se habría estrellado en un punto impredecible. Algunos países, como Rusia y China, mostraron su preocupación por esta operación, que consideraron un ensayo antimisiles. "China pide a Estados Unidos que respete seriamente sus obligaciones internacionales y proporcione rápidamente a la comunidad internacional la información necesaria para que los países afectados puedan tomar sus precauciones", declaró el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Liu Jianchao.
Portavoces militares dijeron que el misil redujo el satélite a piezas del tamaño de un balón, aunque el Pentágono dice no estar seguro al cien por cien de haber destruido el tanque de combustible. "Hasta ahora no hemos visto nada más grande que un balón de fútbol", declaró el jefe adjunto del estado mayor conjunto estadounidense, general James Cartwright, durante una conferencia de prensa. Hay "un alto grado de certeza de que golpeamos el tanque" de combustible del satélite, que era el objetivo establecido, pero "aún no podemos afirmarlo de manera cierta", precisó.
El gobierno estadounidense había afirmado que el misil fue lanzado para derribar al satélite espía, ya que existía el peligro de que cayera sobre la Tierra y diseminara la hidracina, un químico que puede atacar el sistema nervioso central y ser mortal en fuertes dosis. El gobierno de Bush advirtió que sin esta intervención el satélite averiado habría llegado a la atmósfera terrestre el 6 de marzo y se habría estrellado en un punto impredecible. Algunos países, como Rusia y China, mostraron su preocupación por esta operación, que consideraron un ensayo antimisiles. "China pide a Estados Unidos que respete seriamente sus obligaciones internacionales y proporcione rápidamente a la comunidad internacional la información necesaria para que los países afectados puedan tomar sus precauciones", declaró el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Liu Jianchao.