“El 99% de los pasos elevados se adapta a la norma de Fomento”

Este miércoles ha entrado en vigor una nueva norma dictada por el Ministerio de Fomento que regula los badenes que se reparten por toda la geografía nacional. El Gobierno central ha decidido unificar la forma de estos guardias tumbados, ya que, hasta la fecha, no existía un referente en el que basarse y cada Ayuntamiento los instalaba a su libre albedrío. A partir de ahora, todos ellos, tanto los nuevos como los que ya estaban construidos, deberán contar con al menos un metro de rampa, cuatro metros de longitud y una altura de diez centímetros como máximo.
El Ayuntamiento de Guadalajara asegura que el anuncio de Fomento no supondrá grandes quebraderos de cabeza para la ciudad porque “el 99 por ciento de los pasos elevados están dentro de la normativa de Fomento”, apunta la concejala de Seguridad, María José Agudo. De hecho, señala, “el segundo informe que realizó Doymo –la empresa que asesora al Consistorio en materia de movilidad– fue sobre pasos elevados”. En éste y estudios posteriores se realizó un análisis de su necesidad en la capital, así como de la urgencia con la que debían ser instalados. Estos criterios se refieren a niveles de tráfico de la vía en cuestión, jerarquía viaria, siniestralidad y, también, la distancia que existe entre el paso elevado más próximo –que no debe ser inferior a los 200 metros–. Basándose en estos criterios se han colocado parte de los 92 guardias tumbados que se reparten por la ciudad y serán también los que rigan en la potencial instalación de los 12 que han sido solicitados en las últimas fechas.
El jefe de la Policía Local, Julio Establés, recuerda que estos sistemas “son una medida de pacificación del tráfico. Se sitúan allá donde no puede ponerse un semáforo o una rotonda y donde está demostrado que existe un exceso de velocidad y hay paso de peatones y riesgo”.
Según Establés, los guardias tumbados de mayor altura de la capital tienen 14 centímetros, “aunque lo normal es que tengan diez”. Para adaptarse a la normativa, el Ayuntamiento empezará por remodelar el paso elevado de la intersección entre Julián Besteiro y Camilo José Cela, puesto que “es necesario prolongar la rampa en la parte de la subida para dejarla al siete por ciento”.
El coste de estos dispositivos de control de tráfico no es un tema menor. “Cada uno cuesta cerca de 7.000 euros”, apuntaban los responsables de este área.
Por su parte, los conductores profesionales son los que más sufren la presencia de estos dispositivos. A juicio del responsable de Trapsa –empresa adjudicataria del los autobuses urbanos–, Félix Minchillo, “los badenes son perjudiciales para el transporte urbano porque producen averías en la suspensión y en el carter”. Minchillo ha recibido con satisfacción la nueva norma de Fomento y asegura estar “deseando que se corrijan los que están mal porque las consecuencias las estamos sufriendo nosotros”. Considera que los que deben ser modificados son los que regulan el tráfico en Julián Besteiro, poco antes de la rotonda que da acceso a Los Manantiales y la que se instaló en avenida de Venezuela. Minchilla asegura que “el 90 por ciento de los badenes son demasiado altos y no son buenos ni para los autobuses urbanos, los taxistas o los servicios de emergencias”. El responsable de los autobuses urbanos de la capital entiende que “aplaudimos que se quiera controlar la velocidad, pero existen otras medidas como los radares portátiles”.
Los últimos pasos elevados instalados en la capital se han colocado en Aguas Vivas. Durante estos días, se han instalado varios pasos elevados en la zona coincidiendo con la campaña de intensificación de la vigilancia y control de tráfico de la Policía –aunque son dos proyectos diferentes–. La avenida de Beleña, la avenida del Vado y la de la Bujeda son las tres vías que ya lucen nuevos guardias tumbados.