El acusado de matar a Marina ha pedido perdón

19/02/2014 - 12:46 M. M.

El acusado de asesinar a Marina G. Y. en agosto de 2012 ha reconocido durante el juicio los hechos que se le imputan. A preguntas de la fiscal ha asentido afirmativamente con un tímido sí, reconociendo el relato de los acontecimientos que han presentado tanto el Ministerio Fiscal como las acusaciones particular y popular (ejercida por la Junta de Comunidades), incluso cuando se le interrogaba si por venganza, por mantener la víctima una relación con otra persona, la había estrangulado. Pero antes de responder, sus primeras palabras han sido para pedir perdón a la familia de Marina, a todas las mujeres y a los presentes, señalando su arrepentimiento e indicando que siente rabia cada vez que se mira al espejo.

Su testimonio ha sido tan breve como clave para este juicio. Los abogados de la acusación han declinado hacer preguntas y la defensa solo le ha interrogado sobre su arrepentimiento. El acusado ha insistido en que se arrepiente todos los días y ha vuelto a pedir perdón “de todo corazón”.

Esta mañana ha sido el primer día del juicio. Se ha constituido el jurado popular, formado por nueve personas y dos suplentes, y ha testificado el acusado. Está previsto que se prolongue durante tres jornadas más, durante las cuales se llamará a declarar a amigos, familiares, policías que investigaron el caso, forenses, etc. y se presentarán las pruebas correspondientes para que el jurado popular tenga argumentos suficientes para emitir su veredicto.

La fiscalía pide 15 años de prisión y una indemnización de 125.000 euros para cada uno de los hijos de la víctima, mientras que la acusación particular pide 20 años y 200.000 euros.

Los hechos se remontan al 7 de agosto de 2012, cuando el acusado reconoce haber estrangulado a Marina, de 29 años en ese momento, en un descampado cercano al Hospital General de Guadalajara.

Segundo M. T. L., de nacionalidad ecuatoriana, mantenía una relación sentimental con la víctima, también ecuatoriana, desde el año 2008. Él vivía en Almería y ella en Guadalajara con sus dos hijos, que tienen en la actualidad 12 y 14 años, fruto de una relación anterior, y su hermana. El acusado confiesa que mantenía una buena relación con los niños y, en las ocasiones que se desplazaba a Guadalajara, hacían una vida familiar. Unos días antes de que ocurrieran los hechos que acabaron con la vida de Marina, está le manifestó su deseo de romper con él ya que había iniciado una relación con otra persona. La ruptura no le sentó muy bien en un primer momento, pero después su actitud cambió, mostrándose más comprensivo y quedando con ella en los días sucesivos, según relatan las acusaciones y la Fiscalía.

El día 7, tras salir de una consulta en el Hospital, víctima y asesino confeso acudieron a un descampado cercano que solían frecuentar situado entre el centro hospitalario y el Casino de Guadalajara. Una vez allí, se trasladaron a la parte trasera de la furgoneta y el acusado se abalanzó sobre Marina y la estranguló con algún objeto, cuerda, soga o similar, que no se ha encontrado.

Posteriormente S. M. T. L. ocultó el cadáver entre la maleza y bajo una manta y unas tablas y, tras abandonar el vehículo en el barrio de Los Manantiales, huyó en tren a Madrid, desde allí a París y luego a Milán, donde fue detenido tres meses después de los hechos.

El cuerpo de Marina no se encontró hasta un mes después de su muerte.