El agua, un patrimonio natural de la región que debemos cuidar

26/06/2020 - 12:30 Redacción

PUBLIREPORTAJE - Es fundamental para luchar contra la despoblación, y debe servir para unificar a toda la región, aspectos que quiere potenciar el Gobierno de Castilla-La Mancha con la campaña `Agua, caudal de vida´.

Llega el verano, y con él, las habituales sequías provocadas por el sofocante calor y la escasez de lluvias, algo propio de esta época del año. Por eso es más importante que nunca resaltar la importancia que tiene el agua, un bien público, y a su vez un patrimonio natural limitado y frágil que tenemos que proteger. Además, el agua es uno de los elementos más característicos y diferenciales de Castilla-La Mancha. De hecho, el territorio de nuestra región se distribuye por 7 de las 9 demarcaciones hidrográficas peninsulares y en todas ellas es un emisor neto de recursos hidráulicos y un emisor de cantidades importantes, salvo en la cuenca del Duero, que apenas tiene unos 50 km2 en el territorio regional. Por todo esto, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ha lanzado una campaña para la concienciación de la importancia del agua.

El agua es uno de los recursos naturales más importantes de nuestro planeta, de hecho, es indispensable para la vida. Sin embargo, por desgracia, no es ilimitado. Los efectos del cambio climático en los últimos años han generado diversas sequías que nos han hecho darnos cuenta de que puede terminarse. Por ello debemos ser responsables con el agua, y más en Castilla-La Mancha, región de la que el agua forma parte. Para beber, para cocinar, para regar los campos, incluso para ratos de ocio, el agua es parte de nuestra vida, es fuente de vida, y estamos en la obligación de no desperdiciarla. Por estas razones, el Gobierno regional ha creado la campaña `Agua, caudal de vida´, cuyo objetivo es concienciar de la importancia del líquido elemento, y por supuesto, de su cuidado.

El preámbulo de la Ley de Aguas del año 1985 señala que “el agua es un recurso natural escaso, indispensable para la vida y para el ejercicio de la inmensa mayoría de actividades económicas: es irreemplazable, no ampliable por la mera voluntad del hombre…”. A pesar de la longevidad de esta ley, su contenido es válido para la actualidad en la España interior. Perpiñá Grau, un economista y ganador del Premio Príncipe de Ciencias Sociales del año 1981, decía que España es como una rueda de bicicleta. Este símil quiere decir que el país está concentrado en su parte central y en la periferia, pero la parte central, los radios, están vacíos, una situación que se ha ido acentuando con el paso de los años. Es algo extrapolable a las políticas hidráulicas aplicadas en España, que suelen perjudicar a las cabeceras de las cuencas, y esto es algo que afecta directamente a Castilla-La Mancha porque contiene siete cabeceras

En cuanto a los regadíos, hay que destacar que 2/3 partes de los existentes en nuestra región se surten de aguas subterráneas aprovechando la afortunada existencia de grandes acuíferos. La apuesta por el regadío ayudó a vertebrar el territorio y coadyuvó, decisivamente, a que, hoy por hoy, pueda afirmarse que esas zonas no forman parte de la España vaciada.

Por todo ello, esta región necesita tomar conciencia de su singularidad en todo lo relacionado con la política hidráulica y actuar unida. El agua tiene que ser ese hecho diferencial, ese elemento vertebrador del territorio, pese a la fragmentación en numerosas demarcaciones hidrográficas, cada una con sus peculiaridades. Además, Castilla-La Mancha, mayoritariamente rural, necesita el agua para luchar contra la despoblación, algo que se está logrando en zonas donde el regadío es la actividad predominante. 

El agua es un elemento vertebrador de nuestro territorio y debe estar al servicio de nuestra sociedad. Contribuye de forma decisiva al progreso de la economía regional y nos ayuda a afrontar el reto demográfico. De ahí, la importancia del cuidado del agua como se resaltaba al comienzo del texto, y más en esta época del año. Castilla-La Mancha se ha visto afectada en los últimos años por el crecimiento de las zonas con clima semiárido, provocado por el cambio climático. Por ello, al igual que es importante acabar con la despoblación, hay que intentar acabar con la desertificación de nuestra región. Además, es fundamental concienciar a la población del aprovechamiento máximo del agua. Castilla-La Mancha depende de las aguas continentales, y por ello, hay que sacar el máximo rendimiento a cada gota de agua.

En ocasiones, los datos sirven para reflejar las realidades, y eso es lo que vamos a hacer a continuación. Vamos a enumerar algunas cifras que reflejan la importancia que tiene el agua, que en nuestra región, se convierte en un moldeador del territorio y del paisaje, ya que siete de las nueve demarcaciones hidrográficas del país, afectan a Castilla-La Mancha, principalmente cuatro de las más destacadas, la del Tajo, la del Guadiana, la del Júcar y la del Segura. Esto lo refleja a la perfección el dato que dice que Castilla-La Mancha es la primera región por superficie ocupada en las cuencas de los ríos Tajo, Guadiana y Júcar, y que alrededor de 7.000 millones de metros cúbicos de agua recorren anualmente Castilla-La Mancha en su camino hacia el océano Atlántico o hacia el mar Mediterráneo.

Pero más allá de todo esto, el agua debe significar un elemento de unión para toda la región, porque al final, todos estamos unidos por el agua que nace y discurre por nuestro territorio. Así que cuidemos uno de nuestros recursos naturales más importantes, y disfrutemos de ella, del agua, con responsabilidad.
 

Decisivo para evitar el despoblamiento

Castilla-La Mancha es mayoritariamente rural, y una de las principales actividades que se realizan en la región es la agricultura. También en este aspecto, el agua supone un recurso imprescindible, sobre todo, para la viabilidad del medio rural, y de esta forma, evitar el despoblamiento. De hecho, la agricultura de regadío es la principal consumidora de agua de la región, y esta actividad contribuye claramente en el fijamiento de la población.  Eso sí, es una actividad que cada vez es más sostenible para el medio ambiente, y también para el cuidado y aprovechamiento del agua. De hecho, en Castilla-La Mancha el 60 por ciento de la superficie útil agrícola de la región se riega mediante la modalidad de riego localizado, también conocida como riego por goteo, con un total de 309.234 hectáreas, un 63 % de incremento respecto de la superficie que se regaba por este método en 2004, que era de 189 mil hectáreas. La importancia del sector agroalimentario en nuestra región lo refleja el dato que indica que representa más de un 30 por ciento de las exportaciones de la misma, en concreto, un 34,2 por ciento.  También es una de las actividades que más trabajo da a los castellanomanchegos, de hecho, son 24 mil las personas que viven de este sector. Pero su importancia no acaba aquí, y es que el peso que tiene en el PIB de la región es uno de los más importantes de todo el país, suponiendo un 14 por ciento, cuando la media del peso del sector agroalimentario en el resto del país ronda el 6 por ciento. Todos estos datos reflejan una realidad tozuda, el agua es fundamental para el desarrollo de la agricultura, actividad clave para evitar un despoblamiento que cada vez es más generalizado.