El atentado que mató a once franceses en 2002, vinculado a comisiones ocultas para vender submarinos a Pakistán
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
El Partido Socialista pide una comisión parlamentaria para aclarar los hechos
El contrato firmado el 21 de septiembre de 1994 para construir y vender tres submarinos Agosta 90B a Pakistán por valor de 950 millones de dólares podría estar detrás del atentado cometido en Karachi, el principal puerto paquistaní, el 8 de mayo de 2002, en el que murieron catorce personas, once de ellas técnicos e ingenieros franceses de la Dirección de Construcciones Navales (DCN).
El diario 'Libération' revela hoy parte del sumario sobre la investigación de un ataque atribuido inicialmente a Al Qaeda, al haberse producido meses después de los atentados del 11-S, pero que desde hace días se orienta hacia un turbio asunto de comisiones ocultas en el que podría haberse visto implicado el Estado francés.
De hecho, los dos jueces instructores antiterroristas encargados de la investigación en Francia, Marc Trévidic e Yves Jannier, informaron hace una semana a las familias de las víctimas de que la pista islamista se había abandonado y que las hipótesis se dirigían más bien hacia un "asunto de Estado", según las palabras empleadas por Olivier Morice, uno de los abogados de la parte civil.
Morice cree, en este sentido, que el móvil del atentado aparece ligado a la falta de pago de comisiones ilegales por parte francesa a Pakistán en el marco de la venta de los submarinos.
Además, desde el principio los directivos de la Dirección de Construcciones Navales (DCN) para quienes trabajaban los fallecidos están convencidos de que el atentado contra su personal en Karachi está relacionado con los compromisos contractuales entre Francia y el país asiático.
"Por la ejecución de este contrato, los once ingenieros y técnicos fueron asesinados y doce de sus colegas gravemente heridos en condiciones particularmente odiosas ", dice la DCN en una carta que figura en el sumario.
'Libération' menciona igualmente que incluso las pesquisas de Estados Unidos en estrecha colaboración con la policía paquistaní para intentar encontrar a los asesinos del periodista Daniel Pearl orientan el atentado de Karachi hacia la cooperación bilateral por la venta de submarinos. También la policía local da primacía a este análisis.
Es más, entre el verano de 2001 y principios de 2002 se desata una tormenta judicial sobre los acuerdos financieros entre el Estado mayor de Karachi y la DCN y el Tribunal de Cuentas paquistaní centra sus investigaciones en las corruptelas entre oficiales paquistaníes y responsables franceses para lograr la firma del contrato de los submarinos.
En enero de 2002 los tribunales consideran al almirante jefe de la marina paquistaní culpable por haber recibido de los franceses casi 7 millones de dólares a modo de agradecimiento. El jefe del servicio de información de la marina es condenado a siete años de cárcel y un capitán a tres. Sin embargo, en el dossier penal del atentado no se mencionan estos hechos.
El eventual móvil financiero es el que han empezado a barajar los jueces Yves Jannier y Marc Trévidic, que advertían a las familias de que se trata de una pista "cruelmente lógica".
Entre los testimonios que dan veracidad al escenario de las comisiones pagadas al margen de la venta de submarinos a Pakistán figura el del ex ministro de Defensa Charles Millon, que ha reconocido haber bloqueado "el pago de comisiones que pudieran dar lugar a retrocomisiones".
CHIRAC PARALIZA LAS COMISIONES
"Poco después de mi nombramiento en el Ministerio de Defensa en 1995, Chaques Chirac me pidió revisar los diferentes contratos de venta de armas y detener las comisiones que pudieran dar lugar a retrocomisiones. Es lo que se hizo", declaró el ex ministro en la edición digital de 'Paris-Match' desmintiendo en todo caso cualquier "amenaza de represalias hacia Francia".
El presidente Nicolas Sarkozy, que era ministro de Presupuestos en el Gobierno de Edouard Balladour y jefe de campaña de éste cuando se produjo la venta de los submarinos, calificó de "ridícula" la hipótesis de un atentado en represalia por el impago de las comisiones. "Es grotesco, respetemos el dolor de las víctimas. ¿Quién puede creer un cuento así?*", dijo.
Por su parte, los parlamentarios socialistas de Cherburgo, donde tiene su sede la naviera DCN, Bernard Cazeneuve y Jean Pierre Godefroy, han anunciado que pedirán la creación de una comisión de información parlamentaria para que se conozca toda la verdad sobre los hechos y se determinen las responsabilidades tanto francesas como paquistaníes en este asunto.
De hecho, los dos jueces instructores antiterroristas encargados de la investigación en Francia, Marc Trévidic e Yves Jannier, informaron hace una semana a las familias de las víctimas de que la pista islamista se había abandonado y que las hipótesis se dirigían más bien hacia un "asunto de Estado", según las palabras empleadas por Olivier Morice, uno de los abogados de la parte civil.
Morice cree, en este sentido, que el móvil del atentado aparece ligado a la falta de pago de comisiones ilegales por parte francesa a Pakistán en el marco de la venta de los submarinos.
Además, desde el principio los directivos de la Dirección de Construcciones Navales (DCN) para quienes trabajaban los fallecidos están convencidos de que el atentado contra su personal en Karachi está relacionado con los compromisos contractuales entre Francia y el país asiático.
"Por la ejecución de este contrato, los once ingenieros y técnicos fueron asesinados y doce de sus colegas gravemente heridos en condiciones particularmente odiosas ", dice la DCN en una carta que figura en el sumario.
'Libération' menciona igualmente que incluso las pesquisas de Estados Unidos en estrecha colaboración con la policía paquistaní para intentar encontrar a los asesinos del periodista Daniel Pearl orientan el atentado de Karachi hacia la cooperación bilateral por la venta de submarinos. También la policía local da primacía a este análisis.
Es más, entre el verano de 2001 y principios de 2002 se desata una tormenta judicial sobre los acuerdos financieros entre el Estado mayor de Karachi y la DCN y el Tribunal de Cuentas paquistaní centra sus investigaciones en las corruptelas entre oficiales paquistaníes y responsables franceses para lograr la firma del contrato de los submarinos.
En enero de 2002 los tribunales consideran al almirante jefe de la marina paquistaní culpable por haber recibido de los franceses casi 7 millones de dólares a modo de agradecimiento. El jefe del servicio de información de la marina es condenado a siete años de cárcel y un capitán a tres. Sin embargo, en el dossier penal del atentado no se mencionan estos hechos.
El eventual móvil financiero es el que han empezado a barajar los jueces Yves Jannier y Marc Trévidic, que advertían a las familias de que se trata de una pista "cruelmente lógica".
Entre los testimonios que dan veracidad al escenario de las comisiones pagadas al margen de la venta de submarinos a Pakistán figura el del ex ministro de Defensa Charles Millon, que ha reconocido haber bloqueado "el pago de comisiones que pudieran dar lugar a retrocomisiones".
CHIRAC PARALIZA LAS COMISIONES
"Poco después de mi nombramiento en el Ministerio de Defensa en 1995, Chaques Chirac me pidió revisar los diferentes contratos de venta de armas y detener las comisiones que pudieran dar lugar a retrocomisiones. Es lo que se hizo", declaró el ex ministro en la edición digital de 'Paris-Match' desmintiendo en todo caso cualquier "amenaza de represalias hacia Francia".
El presidente Nicolas Sarkozy, que era ministro de Presupuestos en el Gobierno de Edouard Balladour y jefe de campaña de éste cuando se produjo la venta de los submarinos, calificó de "ridícula" la hipótesis de un atentado en represalia por el impago de las comisiones. "Es grotesco, respetemos el dolor de las víctimas. ¿Quién puede creer un cuento así?*", dijo.
Por su parte, los parlamentarios socialistas de Cherburgo, donde tiene su sede la naviera DCN, Bernard Cazeneuve y Jean Pierre Godefroy, han anunciado que pedirán la creación de una comisión de información parlamentaria para que se conozca toda la verdad sobre los hechos y se determinen las responsabilidades tanto francesas como paquistaníes en este asunto.