El Ayuntamiento concede las primeras ayudas urgentes a los trabajadores de Avicu
01/10/2010 - 09:45
El Ayuntamiento de Guadalajara, a través de su concejalía de Familia y Bienestar Social, después de un estudio exhaustivo de las necesidades sociales, ha concedido las primeras ayudas para necesidad urgente a los trabajadores de AVICU. En concreto, se trata de un total de 32 ayudas de entre 300 y 500 euros, por un valor total aproximado de unos 13.000 euros.
En concreto, se trata de un total de 32 ayudas de entre 300 y 500 euros, por un valor total aproximado de unos 13.000 euros, dirigidas a necesidades básicas como pueden ser la compra de alimentos, el pago de recibos de suministros básicos o los pagos de hipotecas y alquileres antes de que los afectados entren en posibles problemas de desahucios.
Tras la tramitación de estas solicitudes, se procederá al pago de estas ayudas en los próximos días. El Alcalde de Guadalajara, Antonio Román ha reconocido que aunque no es la mejor solución, se trata de un recurso que puede evitar situaciones críticas mientras se resuelven los problemas laborales provocados por el conflicto de AVICU.
A la puerta del juzgado
Unos 150 trabajadores de Avicu se apostaron ayer en las puertas de los Juzgados, donde se encontraba el propietario de la empresa, Jesús María Saboya, que al parecer había acudido a Guadalajara para presentar la adhesión de la empresa al concurso de acreedores, medida que los trabajadores han acogido con cierta esperanza, porque así, al menos, pronto podrán ir al paro.
Los ánimos de los trabajadores estaban tan encendidos que no fue hasta cerca de las 18.00 horas cuando varias decenas de antidisturbios lograron sacar a Saboya de los Juzgados.
Unos 150 trabajadores de Avicu retuvieron ayer, en el interior del edificio de los Juzgados, durante cerca de nueve horas, al máximo responsable de la situación que viven estos trabajadores más de 400 desde hace más de cuatro meses, Jesús María Saboya, propietario de grupo Avicu. El empresario llegó a los Juzgados hacia las 9.00 horas, momento desde el cual se apostaron a las puertas del edificio los más de 150 trabajadores de Avicu que se negaron a dejar salir a Saboya, que no ha dado la cara desde septiembre. Por la mañana, la Policía agentes antidisturbios incluidos hicieron un primer intento por sacar de allí al empresario, pero los ánimos de los trabajadores, que arrojaron todo tipo de objetos e insultos contra los agentes y el propio Saboya, hicieron que el empresario volviera al interior del edificio, custodiado por varias decenas de efectivos. Tras varias maniobras de distracción sin éxito, finalmente fue rozando las 18.00 horas cuando la Policía logró sacar de los Juzgados a Jesús María Saboya, montado en un vehículo y por el lado de la plaza de San Esteban, en un despiste de los trabajadores. Para ello, fue necesaria la actuación de mayor número de efectivos policiales y antidisturbios, que se enfrentaron a los trabajadores con porras, cascos y otras defensas.
Los empleados aguantaron estoicamente ante las puertas de los Juzgados durante las nueve horas que duró la retención, ante la situación de desesperación e indignación que viven. Al menos, ahora, como explicó ayer Rocío García, miembro del comité de empresa de Avicu, esperan que pronto puedan cobrar el paro, pues los abogados de Saboya admitieron ayer que la empresa se ha adherido ya al concurso de acreedores. Ahora sólo falta que la juez dictamine y que nos envíen cuanto antes al paro.
Tras la tramitación de estas solicitudes, se procederá al pago de estas ayudas en los próximos días. El Alcalde de Guadalajara, Antonio Román ha reconocido que aunque no es la mejor solución, se trata de un recurso que puede evitar situaciones críticas mientras se resuelven los problemas laborales provocados por el conflicto de AVICU.
A la puerta del juzgado
Unos 150 trabajadores de Avicu se apostaron ayer en las puertas de los Juzgados, donde se encontraba el propietario de la empresa, Jesús María Saboya, que al parecer había acudido a Guadalajara para presentar la adhesión de la empresa al concurso de acreedores, medida que los trabajadores han acogido con cierta esperanza, porque así, al menos, pronto podrán ir al paro.
Los ánimos de los trabajadores estaban tan encendidos que no fue hasta cerca de las 18.00 horas cuando varias decenas de antidisturbios lograron sacar a Saboya de los Juzgados.
Unos 150 trabajadores de Avicu retuvieron ayer, en el interior del edificio de los Juzgados, durante cerca de nueve horas, al máximo responsable de la situación que viven estos trabajadores más de 400 desde hace más de cuatro meses, Jesús María Saboya, propietario de grupo Avicu. El empresario llegó a los Juzgados hacia las 9.00 horas, momento desde el cual se apostaron a las puertas del edificio los más de 150 trabajadores de Avicu que se negaron a dejar salir a Saboya, que no ha dado la cara desde septiembre. Por la mañana, la Policía agentes antidisturbios incluidos hicieron un primer intento por sacar de allí al empresario, pero los ánimos de los trabajadores, que arrojaron todo tipo de objetos e insultos contra los agentes y el propio Saboya, hicieron que el empresario volviera al interior del edificio, custodiado por varias decenas de efectivos. Tras varias maniobras de distracción sin éxito, finalmente fue rozando las 18.00 horas cuando la Policía logró sacar de los Juzgados a Jesús María Saboya, montado en un vehículo y por el lado de la plaza de San Esteban, en un despiste de los trabajadores. Para ello, fue necesaria la actuación de mayor número de efectivos policiales y antidisturbios, que se enfrentaron a los trabajadores con porras, cascos y otras defensas.
Los empleados aguantaron estoicamente ante las puertas de los Juzgados durante las nueve horas que duró la retención, ante la situación de desesperación e indignación que viven. Al menos, ahora, como explicó ayer Rocío García, miembro del comité de empresa de Avicu, esperan que pronto puedan cobrar el paro, pues los abogados de Saboya admitieron ayer que la empresa se ha adherido ya al concurso de acreedores. Ahora sólo falta que la juez dictamine y que nos envíen cuanto antes al paro.